sábado, 27 de diciembre de 2008

THE SPIRIT

Director: Frank Miller
Intérpretes: Gabriel Macht, Eva Mendes, Samuel L. Jackson
Web: http://www.sonypicturesreleasing.es/sites/thespirit/



Hasta “The spirit”, las adaptaciones cinematográficas de la obra de Frank Miller han avanzado en paralelo a su creador. Por mucho que hayan recibido su bendición (“300”), por mucho que haya colaborado en ellas (“Sin city”), al espectador le quedaba la duda de hasta qué punto el propio Miller influía en la visión fílmica de su obra o si, por contra, eran los “adaptadores-homenajeadores” (Rodríguez, Snyder) los encargados de acercar sus películas al estilo de los “comic-books”. Definitivamente, vista “The spirit”, deberíamos pedir al cineasta que institucionalizase en un documento (como Von Trier con su “Dogma”) una opción formal “Miller” que combine todos los elementos en juego: la “voz en off”, la colorización del fotograma, los juegos de sombras, la creación 3D o la post-producción digital. Con esta guía, podría titularse “Frank Miller para torpes”, haría un favor inmenso a los siguientes directores que aborden su literatura.

Eso sí, tengan cuidado los que vengan detrás. Aquello que podía fascinar en “Sin city”, aquí comienza a notar un desgaste pútrido. Robert Rodriguez, cineasta de claroscuros, entendía perfectamente que para sostener una hora y media de cine se necesita algo más que una opción formal. Por eso, enganchó tres historias, tres cortometrajes y ensambló una película irregular que, probablemente, envejezca bastante mal. Este es el problema de “The spirit”: su envoltorio posee mayor entidad que lo que guarda dentro. Recuerda uno, mientras soporta a Gabriel Macht en la piel de superhéroe vacuo (y pedante), a ese filme fallido titulado “Sky captain y el mundo de mañana”. Poco tiene que tramar Miller (ni siquiera la tradición de Will Eisner le vale) y dedica su tiempo a reiterar esbozos de personajes (Johansson o Vega rozan el ridículo), a plantar chistes malos (los clones idiotas) o a engalanar un guión mediocre. Desde mi posición de pobre columnista de página par, cabrea reprochar a un contador de historias, a un tipo con talento, que no haga su trabajo. ¿Por qué, en lugar de imponer decálogos visuales, Miller no se dedica a narrar? Quizá sea menos lustroso pero, se lo aseguramos, es muchísimo más emocionante.

domingo, 21 de diciembre de 2008

COMO EN CASA EN NINGÚN SITIO

Director: Seth Gordon
Intépretes: Vince Vaughn, Reese Witherspoon, Robert Duvall
Web: http://www.fourchristmases.com/

El subgénero de las comedias navideñas se ha mimetizado de tal forma con la época del año retratada que la temática fílmica ha adquirido la principal característica de las vacaciones invernales: ser capaz de lo mejor y de lo peor. En Navidad, tan rápido podemos encontrar a un niño feliz abriendo un regalo como a la plasta de la mujer de tu primo dando la barrila durante Nochebuena. En las comedias navideñas, tan rápido podemos encontrar subproductos blandengues como “Elf”, “El grinch” o “Un padre en apuros”, como sátiras hirientes del estilo de “¡S.O.S! Ya es Navidad”, “Pesadilla antes de Navidad” o “Bad Santa”. La nueva película de Seth Gordon, obligada visión de su anterior “The king of kong”, se decanta por el lado sensiblero.

A priori, la idea de obligar a una pareja (Witherspoon y Vaughn) a sufrir a sus cuatro familias (padre, madre, padre, madre… menudo suplicio) de una sola tacada, tiene la suficiente mala baba e interés. En cambio, en lugar de diseccionar con sus “gags” de medio pelo a ese ente de contradicciones y traumas llamado “familia”, los creadores de “Como en casa en ningún sitio” deciden realizar un canto al núcleo familiar. De esta manera, el discurso final de Jon Voight proponiendo a la familia (a la suya, claro) como solución para todos los males, chirría demasiado frente a la supuesta ligereza anterior. Quizá sean esas intenciones soterradas las empujen a este filme de lo malo a lo peor.

sábado, 13 de diciembre de 2008

MY BLUEBERRY NIGHTS

Director: Wong Kar Wai
Intérpretes: Norah Jones, Jude Law, Natalie Portman
Web: http://www.myblueberrynights.es/

Sabe Wong Kar Wai que, una vez escrito epitafio al amor, sólo permanecen los objetos. Elizabeth (Norah Jones) aparece una noche en el bar de Jeremy (Jude Law) y descubre que de su última relación únicamente quedan las llaves de un apartamento vacío. Sobre la barra, un bote de cristal guarda otras llaves olvidadas, otras historias caducas, otros amantes que nunca van a volverse a ver. Así arranca “My blueberry nights”, una película que ha tardado dos años en estrenarse en España. Menos, justo doce meses, dura el viaje que emprende Elizabeth a través de las carreteras de Estados Unidos para enterrar sus recuerdos.

Con la inusitada calidez de la fotografía de Darius Khondi (incluso los azules queman), con la música de Ry Cooder (de nuevo, “Paris, Texas”), el realizador chino estructura su película en una serie de episodios que sobrepasan a cómo Elizabeth “re-conduce” su vida. Robert Johnson, mítico “bluesman” de los años veinte, escribió en “Crossroads blues” las siguientes líneas: “Fui al cruce de carreteras e intenté que alguien me llevase/ Nadie me conocía, todo el mundo pasaba de largo”. El demoníaco Johnson entendía, había sufrido sus golpes, dolía en su carne de esclavo, la esencia de Norteamérica. Asimismo, el artífice de “My blueberry nights” (y de “In the mood for love” y de “Happy together” y de…) disuelve el habitual discurrir estadounidense de carreteras secundarias en su paleta de barroquismo oriental. Amores violentos a los que no sobrevive ni la memoria, jugadoras adictas a perder mucho muchas ocasiones… un mosaico de personajes, abordados por un reparto solidísimo (Strathairn, Law, Weisz, Portman), circundan el viaje de Elizabeth cual fotografías de Robert Frank y revelan el espíritu fronterizo, polvoriento de Estados Unidos.

Parece mentira que Norah Jones, una debutante, soporte el peso de “My blueberry nights” con semejante esplendor. Como el protagonista de una novela “beat”, Jones asiste fascinada (¡qué guapa, qué talento!) a existencias que atrapa en sus cartas. Tras su larga travesía vital, Elizabeth cierra el metraje con una de las escenas más dulces (en el mejor sentido) del último cine norteamericano. Apagados los títulos de crédito, faltaría reprocharnos que este filme no se haya estrenado antes.

sábado, 6 de diciembre de 2008

BOLT

Director: Williams & Howard
Web: http://disney.go.com/disneypictures/bolt/

La sombra de John Lasseter es alargada. El creador que colocó a Pixar en cabeza de las “majors” de animación con “Toy Story”, “Bichos” o “Cars”, estrena en Disney una nueva película para las navidades, “Bolt”. Salvo el habitual cortometraje previo (por ejemplo, la reciente “Wall-E” venía acompañada de “Presto”), todo en la nueva película de Lasseter recuerda a sus anteriores trabajos en Pixar. Esto, revisando el histórico, florece como un mérito. Al igual que Buzz Lightyear en “Toy story”, el can Bolt se siente otro, un “súpersabueso” con poderes extraordinarios, cuando en realidad no pasa de pobre perrucho. Su ilusión está hábilmente construida por una cadena de televisión que necesita la mejor de las actuaciones: aquella en la que el protagonista crea realmente que es el personaje interpretado. Pensando que “verdaderamente” han secuestrado a su amiga Penny, Bolt comienza un viaje hacia el exterior del estudio que transforma al filme de Williams & Howard en una “road-toon movie”.

El “Barking at the moon” de Jenny Lewis que acompasa el discurrir de “Bolt” podría resumir el carácter de la cinta. Con tempo “country”, la carretera que recorre el perro funciona de dos maneras: una, derruyendo su antiguo personaje (magnifica desmitificación del “súperladrido”) y la otra, construyendo uno nuevo. Al mismo tiempo que Bolt choca con la realidad (a ratos, el metraje se asemeja a la esencial “El show de Truman”), Lasseter vuelve a ofrecer un rosario de secundarios inolvidables: un hamster espídico (gran primer paso fuera de su bola), una minina racionalista o unas palomas internacionales.

A pesar de bordear el habitual sentimentalismo de producción Disney, a pesar de ciertos esquemas reconocibles, “Bolt” reitera la colosal artesanía de Lasseter (& Williams & Howard). En un mundo donde los Lean, De Mille o Griffith han desaparecido, parece que únicamente la manufactura digital, miles y miles de diseñadores detrás, conserva la monumentalidad del cine. Mientras hordas de coches maléficos atacan a Bolt, uno se siente como al descubrir que Charlton Heston era capaz de seccionar el Mar Rojo.

CREPÚSCULO

Director: Catharine Hardwicke
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner
Web: http://www.crepusculo-lapelicula.es/

En nuestro querido siglo XXI, casi todos los productos cinematográficos son susceptibles de “juvenilizarse”. Extraño término para una táctica barata mediante la cual las distribuidoras alcanzan un público joven que piensa (ingenuos) que se le está tratando como adulto. La épica se pasa por el “turmix” y sale “Harry Potter”; los musicales se ablandan y tenemos “High School Musical”; las películas de vampiros se coagulan y se titula “Crepúsculo”.

Bella (Kristen Stewart) acaba de instalarse con su padre en un pueblecito del medio oeste norteamericano. En su primer día de instituto, conoce a Edward (Robert Pattinson), un vampiro “súperatractivoquetecagas” que no bebe sangre humana, claro. Con estos mimbres, sabemos ya el resultado final. Muy alejada de “teen movies” ochenteras como “Jóvenes vampiros”, “Crepúsculo” no vale ni como anécdota. Pero no son su realización plana, sus actores guapetes o su guión lo que más aburre. Su principal punto de asqueo es la pose “quinceañerogoticoatormentada” que, cual flema verde, supura el metraje. Esa postura detrítica y no tanto su mínimo interés artístico, constituye el principal motivo para aborrecer este tipo de filmes.

viernes, 5 de diciembre de 2008

DE PERSONAJE FICTICIO EN "MI VIDA INSUSTANCIAL"

Habitar el blog de Ángel Ramos como un personaje de ficción (¿o no?) es un honor.

Ángel tiene a Baroja, a Berlanga y a Ferlosio dentro.

Aquí, en nuestro paseo inventado (¿o no?) por una Ciudad de la Imagen desértica, se demuestra:
http://mividainsustancial.blogspot.com/2008/12/memorias-de-madrid.html

Lean el blog de Ángel. Se harán un favor.