domingo, 29 de marzo de 2009

LA VIDA SECRETA DE LAS ABEJAS

Directora: Gina Price-Bythewood
Intérpretes: Queen Latifah, Alicia Keys, Dakota Fanning
Web: http://www.foxsearchlight.com/thesecretlifeofbees



En 2003, la “cristianocaucasiana” Sue Monk Kidd publicó "La vida secreta de las abejas", una novela sobre una chiquilla que refugiaba su escapada en una casa de tres mujeres negras. Ambientada en el Sur de EEUU durante 1964, el libro (y el filme) relata la adaptación de esta niña blanca a una vida totalmente desconocida. Dakota Fanning asume el papel protagonista rodeada de las tres hermanas (Queen Latifah, Alicia Keys y Sophie Okonedo) y de su acompañante en la huida (Jennifer Hudson).

Una pregunta inicial, ¿por qué Gina Prince abandona la contundencia de su primera escena? En lugar de apostar por la sucia realidad del Sur, ésa que Won Kar Wai y su "My Blueberry Nights" comprenden al milímetro, la directora escoge edulcorarla hasta límites lamentables. Carolina del Sur no era una casa de negras bien donde una niña blanca bien llegaba y se la acogía con tal de que diese de comer a las abejas. Por el contrario, Carolina del Sur era un lugar abatido entre Luther King y el Ku Kux Klan, entre Vietnam y el "flower power", un estado aislado sin techos para “niggers”. Una pregunta final, ¿cómo compran una historia tan reaccionaria semejante elenco de activistas afroamericanos (no sólo están en el asunto las actrices y la realizadora, sino Will Smith y su mujer dirigiendo la producción)? Quizá la memoria selectiva, la incultura o la clase social de los humanos implicados hacen que el conflicto racial estadounidense, reflejado a lo largo de obras artísticas honestas como "Arde Missisipi" de Alan Parker o "He was my brother" de Simon & Garfunkel, aquí se deforme en un sucedáneo de "La casa de la pradera".

lunes, 23 de marzo de 2009

GRAN FLORENTORINO

CLINT FOR PRESIDENT!

En su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, Camilo José Cela pronunció una de sus habituales sentencias bizarras: “En España el que resiste, gana”. ¿Se acuerdan de cómo se largó Florentino Pérez del Real Madrid? Faltó muy poco para embrearle, llenarle de plumas y que la turba le echase de la ciudad a caponazos. Tres años sin títulos le habían convertido en un dirigente hundido, sin capacidad de poner orden en un club que iba a la deriva. Además, nos dejó en manos de un humano llamado Fernando Martín, señor que colocaba las gafas en la punta de la nariz y decía frases míticas como “Hay que hacer lo que hay que hacer, y para hacer lo que hay que hacer, hay que saber lo que hay que hacer”. Pues eso, “my friends”, que metíamos mucho miedo. Sólo cuatro temporadas después, el madridismo agita los ramos por la llegada del mesías Pérez. ¿Qué narices ha pasado? ¿Un episodio de locura colectiva?

El Clint Eastwood director nos ha regalado una filmografía apasionante y desbocada: “Sin perdón”, “Mystic river”, “Million dollar baby”, “Un mundo perfecto”… hasta “Gran Torino”, un documento valiosísimo de un artista que sigue vigente a sus setenta y siete tacazos. Aunque su figura se engrandezca con las décadas, tampoco conviene olvidar que Clint ha hecho películas indignas: la terrible “Firefox”, “El principiante”, “El Cadillac rosa” o “Duro de pelar” (en la que libró un duelo interpretativo titánico con Clyde, un orangután peludo).

Florentino (y Clint Eastwood también) ha cometido errores que el tiempo se ha encargado de borrar. Vamos, que el que resiste, gana. Si consigue enganchar en su candidatura a dos madridistas esenciales, Valdano y Zidane, no queda duda de que podría ser el dirigente sólido que llevamos buscando demasiados años. Superar a Lorenzo Sanz (su episodio carcelario por presentar pagarés falsos a nombre de la “Fundación por la defensa legal del pobre” es berlanguiano) o a Calderón no parece muy difícil, pero pedimos algo más. El Real Madrid necesita a un tipo duro que, Clint Eastwood en “Gran Torino” lo sabe, nos defienda escopeta en mano de tanto pandillero peligroso (Mijatovic o Nanín), de tanto barcelonismo plasta.

sábado, 21 de marzo de 2009

DUPLICITY

Director: Tony Gilroy
Intérpretes: Julia Roberts, Clive Owen, Paul Giamatti
Web: http://www.duplicity-lapelicula.es/



Un espejo dirigido hacia otro y éste colocado frente a un tercero que descubre uno más. Sobre un mecano de formas deformadas construye Tony Gilroy su nueva película. Superar el impacto de su debut “Michael Clayton” parece difícil, por eso el director neoyorquino escribe un guión (pretendidamente) liviano que busca el juego cómplice con el espectador para desvelar las diversas capas de la batalla entre dos multinacionales.

“Duplicity” posee un mérito de arranque: haber creado los títulos de inicio (con permiso de “Watchmen”) del año. Como en un documental de “National Geographic”, dos primates se enfrentan a cámara lenta por intereses encontrados, revuelven sus pechos inflados, descarrilan sonidos guturales, desatan hostias enormes. Howard Tully (espléndido Tom Wilkinson) y Richard Garsik (espléndido Paul Giamatti) son los presidentes de dos compañias rivales que pelean por un mismo descubrimiento que podría hacerles líderes en el mercado. En medio de la batalla, dos espías (Roberts & Owen) enfrentan sus mentiras con el objetivo de sacar una buena tajada.

Lo mejor de “Duplicity” es su vertiente menos divertida. Frente a su embarullado y pretencioso tablero de secretos y dobles identidades, reluce su disección del funcionamiento del capitalismo feroz. El “ganarás el pan con el sudor de tu frente” del neoliberalismo se torna un eslogan vacío al extraer, como en una autopsia de un cadáver pútrido, los tejemanejes y las miserias de un mundo donde sólo los depredadores consiguen sobrevivir. Si “Michael Clayton” funcionaba a golpes con su despiadada mirada a la justicia y sus vericuetos, “Duplicity” se aúpa con un solitario valor: mostrar con ahínco documental la vida de los tiburones que controlan las existencias de países enteros. Por tanto, aquello que nos vende el cartel (una tontería de espejos caleidoscópicos para desentramar engaños, apelmazada con el habitual “te quiero” de la Roberts), empequeñece y desmerece el verdadero secreto de la película.

lunes, 16 de marzo de 2009

¡MICKEYROURKEANO!

Mickey Rourke antes y después de jugar en San Mamés.

Entre el Real Madrid que entró a San Mamés y el que salió, hay la misma distancia que entre el Mickey Rourke patético que se dio de hostias en la Real (esa oscura y, por tanto, divertida ex-discoteca ovetense) y el tipo que el mes pasado estuvo a punto de ganar el Oscar. Recordemos un poco la historia de este actor norteamericano. En los ochenta, Rourke enlazó varias películas de desigual calidad pero esenciales para comprender aquellos tiempos en los que los hombres llevaban hombreras y Madonna tenía cejas: “Nueve semanas y media”, “La ley de la calle”, “Manhattan sur”… En cambio, llegaron los noventa y las drogas y la chifladura del boxeo y una peli con Denis Rodman & Van Damme y Mickey Rourke se acabó… hasta “El luchador” (2008), donde recuperó el reconocimiento del mundo del cine.

El Real Madrid es hoy un equipo “mickeyrourkeano” (según la RAE, “adj. Que sobrevive a sus propias cagadas”). En lugar del “chorreo” que imaginaba nuestro presidente, ese señor mofletudo igualico al Norm de “Cheers”, el Liverpool nos dejó como Amy Winehouse recién salida de la clínica. Fíjense; los días posteriores a Anfield fueron similares a todas las eliminaciones madridistas: una turba de blaugranas pidiendo un ERE en el Bernabeu. ¡Hay que echar a los recogepelotas!

Aullaba Bob Dylan en “Like a rolling stone”, que “cuando no tienes nada,/ no tienes nada que perder./ Eres invencible”. Eso hicieron los blancos el sábado mientras los leones descubrían, de repente, que agredir a un contrario te regala una tarjeta roja. Pues sí, amigos, así lo dice la regla XII desde que el fútbol es fútbol. Aunque poca relación hay entre eso y un partido muy serio de los de Ramos: uno espera que Huntelaar sea una de las soluciones de esta temporada, que Casillas no se equivoque de nuevo y que Robben la pase a un compañero de una puñetera vez. Evidentemente, esta liga (muy, muy mediocre) es un asunto entre dos contendientes: nosotros y ellos. En “El luchador”, a Randy “The ram” Robinson (Mickey Rourke) le dan por muerto si se atreve a disputar su última pelea contra el “Ayatolá”. Randy toma aire, mira al “ring” y camina hacia él. Ojalá el Real Madrid siga sus pasos.

domingo, 15 de marzo de 2009

A CIEGAS

Director: Fernando Mireilles
Intérpretes: Julianne Moore, Mark Ruffalo, Gael García Bernal
Web: http://www.notrofilms.com/aciegas/



En la presentación madrileña de “A ciegas” tuvo lugar un suceso paranormal: el autor (Saramago) y el adaptador (Mireilles) convivieron en un estrado para explicar, a ratos, “A ciegas”, a ratos, “Ensayo sobre la ceguera”. Siempre en posición de combate (a sus 86 años, recuerda a un árbol remontándose al viento) razonó el Nobel que el medio desbarajusta el mensaje y lo reinventa. Por tanto, ¿se puede esperar alguna cercanía, algún roce siquiera, entre el celuloide de Mireilles y líneas del portugués? De inicio, ni el título español parecía honrar a la obra: el “Ceguera” original (“a Hollywood le dio miedo colocar delante “ensayo sobre””, bromeaba Saramago) había sido sustituido por el incoherente “A ciegas” (tentar el espacio o, fíjense la distancia, desatar una ira irracional que prive de visión).

Después de admitir que en toda revisión cinematográfica se trama un abordaje (a veces, consentido), seamos justos: hay que agradecerle a determinados cineastas la falta de respeto a las obras que atacan (ahí Coppola y “Apocalypse Now” o Fincher y “Benjamin Button”). De igual manera, Mireilles venera y mancilla al maestro con notable fortuna.

Antes de increparme, aclaremos al lector que este texto valora “A ciegas” y deja “Ensayo sobre la ceguera” como el contorno al que moldear en celuloide. Gracias a esta ceguera literaria (por contra, quizá se nos olviden enseñanzas de la novela), vemos una película estimable. Mireilles retoma a Cronenberg (“La rabia”) y desdice a Shyamalan (“El incidente”) cuando arranca su metraje instalando la rutina en un hecho insólito. Con compás irregular (imposible inflar a tantos personajes de la profundidad de los protagonistas) y un grupo de actores desigual, “A ciegas” angustia con dilemas excepcionalmente cotidianos mientras atravesamos un mundo en ruinas. Aún tratándose de celuloide imperfecto, en el fondo de los ojos de ese lazarillo, de sus ciegos, encontramos a Saramago y a ese pesimismo vital sobre el cual nos propone construir un futuro mejor.

LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA

Director: Guillermo Arriaga
Intérpretes: Charlize Theron, Kim Bassinger, Jennifer Lawrence



La pareja Guillermo Arriaga-Alejandro González Iñarritu ha dado al cine algunas de las mejores películas de los últimos diez años: “Amores perros”, “21 gramos” y la esplendorosa “Babel”, en la que germinó un enfrentamiento público entre ambos. Arriaga, ya un artista solitario, sigue su camino colaborando con otros cineastas (caso destacable: la crepuscular “Los tres entierros de Melquíades Álvarez” de Tommy Lee Jones) y debutando como director en “Lejos de la tierra quemada”.
De estructura fragmentada similar a sus otros trabajos (incluso a su maravillosa novela “El búfalo de la noche”), el filme pivota sobre tres narraciones: la infidelidad de una ama de casa del medio oeste norteamericano (Kim Basinger); el enamoramiento de una adolescente marcada por la pérdida (Jennifer Lawrence); y la soledad de una mujer aislada (Charlize Theron).

Comentaba Paul McCartney que, tras romper con Lennon, padeció un “horror vacui” tan grande que sentía que nunca podría volver a escribir. No sabemos si a Arriaga le pasa lo mismo, pero en “Lejos de la tierra quemada” hay síntomas de adaptación a una nueva atmósfera. Conoce perfectamente el escritor mejicano los vericuetos del encuadre fílmico (Theron frente a un mar desbocado, Basinger mostrando su imperfección); también sabe asegurar un reparto sólido (resalta, junto con Theron, una Basinger impecable). El principal bache del Arriaga realizador es su falta de mano con los tiempos. Algo falla en la forma de relatar el filme: mientras que con Iñarritu las imágenes fluyen en el ritmo exacto (mérito de conocer el arte del montaje), Arriaga desmenuza en exceso escenas que no aportan nada y que estiran el metraje hasta la deformación. Esto desmonta una de las principales bazas de la anterior obra del guionista: su puzzle argumental, un arte que depende, en esencia, de cómo está contado. En el instante que, por fin, Arriaga decide unir sus piezas y construir una escena portentosa, descubrimos que luego sólo nos esperan los títulos de crédito.

lunes, 9 de marzo de 2009

PENALTIES VOLADORES NO IDENTIFICADOS

"¿Ye un pájaro? ¿Ye un avión? No. Ye un cerdo volando sobre el Bernabeu"

Según Agüero, el Bernabeu es como un cementerio indio, el hotel Overlook de “El resplandor” o el coche de Carlos Sainz. Un lugar maldito, vamos. En él, ocurren sucesos extraños que Iker Jiménez debería investigar ya. “Es más fácil ver un cerdo volando por encima del Bernabéu a que yo rectifique”, dijo Toshack para echarse del Real Madrid. ¿Sugirió con sus palabras el rosado entrenador galés la posibilidad de un objeto volante no identificado sobre las cabezas madridistas? ¿Y si Juande Ramos tiene esa cara triste porque, rollo Bruce Willis en “El sexto sentido”, es un espectro que quiere decirnos algo? ¿Boluda proviene de una larva que sustituye presidentes de clubs de fútbol por extraterrestres humanoides sin emociones?

Al terminar el Real Madrid-Atlético, nuestro cantante de hip-hop favorito, DJ Kun Agüero, hizo unas declaraciones ectoplásmicas. Refiriéndose a un supuesto penalty de Sergio Ramos, el “yernísimo” declaró: “Es jodido, justo faltando pocos minutos, cobrar un penalti en el Bernabéu”. Tiemblo como Shaggy en “Scooby Doo”: ¿existe algún tipo de maldición, se acuerdan de “Terror en Amityville”, que impida a los árbitros señalar los puntos de pena máxima en el Bernabeú? ¿Hay una conspiración, al estilo de “El mensajero del miedo”, que implante a los trencillas aparatos que les inhiban de pitar penales contra el equipo visitante? La de Agüero parece una rabieta de un jugador impotente tras fallar todas las ocasiones del mundo (y más). Si en vez de hacer parapsicología, el Atlético (ese equipo entrenado por ¡Abel Resino!, repito, ¡Abel Resino!) hubiese convertido en goles los tiros de Forlán, Sinama o el propio Agüero, ahora estaríamos hablando de otra cosa.

También fue muy divertido observar el careto de Laporta mirando hacia el videomarcador del Camp Nou y esbozar una pequeña sonrisa al marcar el primer gol el Atleti. ¿Cree el presi del Barça en fenómenos paranormales? ¿Por qué no se preocupa de su equipo? Como una protagonista buenorra de “Viernes 13”, el Barça sabe que hay alguien al acecho. Por mucho que traten esconderse bajo frases rimbombantes o fútbol de diseño, esa medio sonrisa nerviosa, esa gota de sudor inoportuna revela que, para ellos, hay algo más allá.

sábado, 7 de marzo de 2009

WATCHMEN

Director: Zack Snyder
Intérpretes: Malin Akerman, Billy Crudup, Matthew Goode
Web: http://watchmenmovie.warnerbros.com/



Después de varios años de espera, después de rondar por diferentes estudios y directores (previos a Snyder, Gilliam y Aronofsky), se estrena la adaptación cinematográfica de la novela gráfica de Alan Moore, “Watchmen”. De la misma manera que determinadas novelas son difícilmente abarcables en cine (fíjense en “El almuerzo desnudo” o “Ensayo sobre la ceguera”), sus hijas ¿menores? (descendientes también del cómic) presentan una dura batalla a los cineastas que tratan de domarlas. Más en un papel de luchadores acorralados que de solitarios “transductores”, estos hombres no sólo tienen que bregar con el texto sino que deben enfrentarse a las hordas de “fans” que piden cuentas ante cada fotograma, ante cada imagen extraña al original o a su propia (y original) memoria.

Su asombroso arranque de ficción que se revuelve hacia el siglo XX, reitera la increíble habilidad hollywoodiense al presentar personajes y situarlos en espacio y tiempo (el paroxismo: cualquier episodio piloto de la HBO). Dylan recorre con “The times are a’ changin’” la Historia trastocada, empujada a un lugar cuyo primer habitante fue Alan Moore. Billy Wilder recomendaba a los jóvenes directores que nunca comenzasen un metraje con un gran golpe de efecto. Así, razonaba, sería muy difícil que el resto de fotogramas le hiciesen justicia. A medida que avanza “Watchmen” entendemos a Wilder. Aún con una estructura trabajada de “flashbacks” y revelaciones, el todo no alcanza la congruencia y el esplendor de los títulos iniciales.

Snyder posee el material (maravillosa idea de Moore: unos superhéroes decrépitos, imperfectos) y los medios pero le falta lo esencial, la profundidad dramática. Y da igual que tire de inventiva visual (alguna brillante, una puerta pendular que supura sangre). Cuando hay poco que contar, nada sirve: ni siquiera aprovecharse de Cohen, Simon o Dylan (mínimo “fair play” aquí, esas obras maestras reavivarían una película checa). A pesar de ser un mediometraje inflado de minutos, sí hay que valorar a Snyder varios méritos: su compromiso con la búsqueda de nuevos lenguajes cinematográficos, su valor al abordar un tótem y, un respeto, su madurez al acompañar a sus personajes hasta el Apocalipsis y juzgarlos allí, limítrofe la paz a la extinción.

THE CODE

Directora: Mimi Leder
Intérpretes: Antonio Banderas, Morgan Freeman, Radha Mitchell

A “The code” habría que arrinconarla en un subgénero difícil de definir. Estrictamente no es un “thriller”, ya que éstos emocionan a través de la acción; ni tampoco es un “whodunit”, ya que éstos emocionan a través de la trampa; ni siquiera es un “heist film” (filme de atracos), ya que éstos emocionan a través de la multiplicidad de personajes y situaciones. La nueva película de Banderas podría describirse como todo eso y, paradójicamente, como nada de eso. Dirigido por la temible Mimi Leder (“Deep impact”), el metraje empieza con buen tono: una persecución a lo largo del metro (eso sí, Mimi no se apellida De Palma) que desemboca en un encuentro para preparar un atraco. Cercados por un Robert Forster de regreso al “B”, los dos actores se mueven por una serie de escenarios incoherentes pero comunes a ambos. A un lado del ring, Freeman reitera su habitual pose de mentor (¿cuántas veces le habremos visto?); en el otro, Banderas retoma su cara de “latin lover” (enseña el culete, suena la guitarra “ejpañola” cada vez que aparece). Imagínenselo: por mucho que la historia se anime con alguna triquiñuela de guión aceptable o dos, quizá tres, escenas de acción correctas, uno nunca se quita el sabor a producto remezclado, remendado (incluso se estrenó en USA con otro título), residual.

lunes, 2 de marzo de 2009

SALVEMOSALESPANYOL.COM

Sólo le falta la camiseta del Madrid para ser perfecto

Esteso sólo podría existir en el mismo universo que Pajares. ¿Habría Yuste sin Salcedo? ¿Y Tip sin Coll? ¿Y Seinfeld sin Costanza? Asimismo, el Real Madrid se borraría, como la familia de Marty McFly en “Regreso al futuro”, si algún acontecimiento espaciotemporal eliminase al Espanyol de la realidad. En dos semanas, los periquitos nos han convertido en candidatos a la liga. “¡Cómo os queremos! ¡Cómo os queremos!”, grité el sábado a los jugadores del Espanyol a lo Héctor del Mar. Cual orcos al servicio de Saruman, el equipo blanquiazul se levanta siempre que el Madrid lo necesita y se atempera cuando los blancos pedimos unos “punticos” extra. Incluso, ocurrió el sábado, veneran a los mismos futbolistas: Raúl y Guti (¡menudo golazo!), iconos del madridismo, revivieron en Montjuic.

Don Quijote prometió a Sancho Panza una ínsula si alcanzaban la gloria con sus aventuras. Batman no cobró ni un euro a Robin por vivir en su “peaso” mansión de Gotham. George Harrison no se enfadó con Eric Clapton cuando éste se casó con su ex–mujer. Es obligado que el equipo blanco haga un gesto que demuestre lo mucho que nos importa el Espanyol. ¿Una declaración de amor en un Parador Nacional? ¿Segarle el campo gratis todos los domingos? ¿Comprar dos toneladas de conservas “Dani”? No, amigos. Los madridistas debemos arrancar una campaña para que el Espanyol se salve. Piénsenlo: son seis puntos más y seis puntos menos del Barça cada año. Además, el cosmos futbolístico está descompensado: mientras que el Espanyol es un equipo hermano, el Atlético de Madrid da mil y un problemas al Barça (y a nosotros nos asegura otras dos victorias).

Hay que comenzar a concienciar al personal. Compañeros, abramos salvemosalespanyol.com y organicemos varios actos de apoyo. Lo primero, un concierto benéfico a favor de los pericos. Mandaríamos a varios músicos madridistas (David Summers, Victoria Beckham, Álvaro Benito) que compongan un nuevo “jit”: “We are the Espanyol”. Después, una recaudación por SMS con el objetivo de robar a Ribery al Barça. Y, finalmente, un telemaratón con el gran Luis García chutando a gol una y otra vez hasta que vuelva a marcar. Amigos, salvemos al Espanyol. ¿Se imaginan el terrible futuro? La próxima temporada sería como “Aída” sin Aída. O, ¿eso ya está pasando?

domingo, 1 de marzo de 2009

CHE, GUERRILLA

Director: Steven Soderbergh
Intérpretes: Benicio Del Toro, Demian Bichir, Carlos Bardem
Web: http://www.cheguerrilla.es/



“Ché, el argentino”, primera de las dos entregas de Soderbergh y Del Toro sobre la vida de Ernesto Guevara, dejaba un sabor agridulce. Atrincherada entre su afán documental (el discurso del Ché a la ONU) y su vertiente épica, únicamente en su tercio final recuperaba algo de brío. “Guerrilla” se aprovecha de ese tirón (y también de una cierta curiosidad de descubrir cómo Soderbergh resuelve los últimos días del guerrillero).

El guión de Buchman y Van Der Veen, basado en el diario del Ché de su tiempo boliviano, obvia el extenso tramo de la existencia de Guevara durante el cual recorrió el mundo, se ocultó de la vida pública y retomó su alma guerrillera en el Congo. De manera deslavazada (un defecto constante en su desarrollo), “Guerrilla” comienza su historia con la carta del Ché que Fidel Castro lee (1965) con el objetivo de desmentir los rumores de posibles enfrentamientos entre ambos. En lugar de esbozar (al menos, podrían haberse esbozado) los orígenes de dichas luchas internas (parece ser que Guevara se acercó al comunismo chino, mientras que la política cubana se centraba en acuerdos con la URRS), Soderbergh nos lleva a la jungla de Bolivia donde el revolucionario trata de reclutar nativos para organizar una revuelta que derrocase a Barrientos.

Al igual que ocurría con “Ché, el Argentino”, esta segunda parte mantiene el interés cuando abandona la épica y entra en la intimidad, una cosa que ocurre demasiadas pocas veces en ciento treinta minutos. Sustituyendo escaramuzas, convivencias y disparos, hubiésemos agradecido que “Guerrilla” abriese más su campo hacia lo que realmente justifica una película: una buena narración. Aquello que Soderbergh da a entender y que merecería la pena desarrollar (el distanciamiento con Castro, la colaboración de USA con Barrientos) se eclipsa ante un continuo discurrir de escenas irrelevantes en la selva (en las que, además, hay que sufrir a Bardem, Jaenada o Mollá de latinos…). Ni siquiera el esfuerzo titánico de Del Toro (otra vez, soberbio, otra vez, huérfano de guión) nos recupera de otra decepción de la fallida “Guerrilla”. Todo el material épico, literario e íntimo (ese verdugo mínimo, Mario Terán) que la muerte del Ché puede regalar a un creador, se despacha en el filme de una forma tan atropellada, tan irrelevante, que uno sólo espera que alguien, en algún futuro, adopte las buenas intenciones de Soderbergh y Del Toro y ataque un biopic digno del Ché.

¡ME HA CAÍDO EL MUERTO!

Director: David Koepp
Intérpretes: Ricky Gervais, Greg Kinnear, Tea Leoni
Web: http://www.ghosttownmovie.com/

Ricky Gervais creó “The Office”. David Koepp dirigió “El efecto dominó”. Ricky Gervais protagonizó “Extras”. David Koepp escribió “Atrapado por su pasado”. Ricky Gervais monopolizó “Out of England”. David Koepp adaptó “Parque Jurasico”. La pregunta, ¿cómo acaban dos talentos así reuniéndose en “¡Me ha caído el muerto!”? Antes, una aclaración esencial: este artículo se referirá a ella con su titulo original, “Ghost town”.

Si diseccionamos sus filmografías, el gusto por la comedia amable (aún con el tinte negro de un escritor sci-fi y de un humorista “punk”) aparece cada cierto tiempo: en el final de “Extras”, en el guión de “La muerte os sienta tan bien” o en un secundario en “Una noche en el museo”. El Dr. Betram Pincus (Gervais) es un asocial británico que vive en Nueva York. Su existencia cambia cuando descubre que puede comunicarse con los muertos y que uno de ellos, Frank (Kinnear), le pide que conquiste a su esposa para librarla de su novio. Es imposible que una idea manida, unos cuantos “gags” obvios (apoyados en la indudable vis cómica de Tea Leoni) y un desarrollo amable reanimen a “Ghost town” del encefalograma plano. Sólo Gervais, con algún dialogo punzante y miserable (puro estilo David Brent en “The office”), nos sacude de esta corrección dictatorial.