domingo, 13 de junio de 2010

LA ÚLTIMA ESTACIÓN

Director: Michael Hoffman
Intérpretes: Christopher Plummer, Helen Mirren, James McAvoy
Web: http://www.sites.sonypicturesreleasing.es/sites/laultimaestacion/



Paradójicamente, el aroma literario de los últimos días de algunos escritores (y no su obra) puede ofrecer material jugoso a cualquier guionista. Además, si su desaparición se produjo en tiempos tumultuosos (Neruda y el golpe de estado de Pinochet; Lorca y la guerra civil española), las posibilidades de ficcionalizar estas muertes (con las necesarias licencias), se multiplican. Algo así sucede con “La última estación”, que se encarga de trasladar a celuloide la novela del mismo título de Jay Parini. La película cuenta la vejez y el fallecimiento de Tolstoi con la intención de sumergirse en una época esencial de la historia rusa, justo durante el cultivo ideológico previo a la revolución de 1917. Poco a poco, descubrimos que no pretende el filme más que dar una pincelada del filósofo-creador. Utilizando de pretexto todos los “ismos” de su biografía (izquierdismo, pacifismo, vegetarianismo, catolicismo), el director y guionista Michael Hoffman se adentra en la relación del escritor con su familia y las disputas, en desenlace de su vida, entre ésta y los seguidores de su política, los tolstoianos.

“La antigua estación” abandona, por tanto, la macrovisión crítica de una Rusia que comenzaba a ebullir y afianza su carácter dramatúrgico de conflictos y enredos. Desarrollada en la casa de Tolstoi cerca de Tula, la cinta arrastra un problema común a este tipo de producciones: su premisa central aparenta siempre haber sido ensartada “a posteriori”. La figura (a aquello que los promocionales dan una importancia vital: el epílogo de la existencia de Tolstoi en este caso) resulta ser el fondo (no se escarba lo suficiente en el personaje y se le deja, a medida que avanza, en un arquetípo aséptico de viejo sabio); y el fondo (una historia de amor protagonizada por James McAvoy como secretario del escritor) resulta ser la figura y dominar al metraje. No se intenta rebajar los logros interpretativos (especialmente, Helen Mirren y Christopher Plummer), pero “La última estación” se queda en un esbozo que lleva a la indiferencia. Es muy posible eso que ocurra cuando escoges el camino fácil (sus tramas teatrales) y desechas recorrer el tortuoso, pre-bélico, inquietante escenario ruso del que desertó Tolstoi en una estación de tren.

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