Director: Montxo Armendáriz
Reparto: Michelle Jenner, Lluis Homar, Belén Rueda
Web: http://www.notengasmiedolapelicula.com
En una de las escenas de “No tengas miedo” un padre propone a su hija que vean juntos “Azul”, el largometraje de Kieslowski. Lo que, encapsulado, se interpretaría como un placido retrato familiar, aquí se revuelve en referencia explícita a múltiples lugares comunes con el director polaco, dentro de un filme que también cuenta la historia de una mujer marcada (en áquella, por una muerte, en ésta, por los abusos sexuales de su padre). El cineasta navarro arranca su celuloide con una disrupción violentísima fuera de plano; mientras que, hasta ese momento, toda su atención se centraba en una niña y su entorno idílico de paseos y juegos, la cámara se desliza de plano medio a plano detalle con la intención de huir de un infierno súbito. Es durante ese primer tercio, rodado con brío narrativo, compromiso estético y extrema habilidad para sugerir abismos en lo cotidiano, donde las esperanzas en “No tengas miedo” se fundamentan: la convivencia con el monstruo y la indiferencia cómplice de su mujer, bien manejadas por Armendáriz, ayudan a construir a la mujer que Michelle Jenner afirma despúes con una interpretación autista y desesperada, cálida y distante.
Frente a los matices del trabajo de la actriz principal, las premisas de la cinta se desdicen en convencionalismos a medida que avanza el metraje y su arrojo primigenio se va diluyendo en ciertos hábitos que recuerdan los principales déficits del cine de Armendáriz. La exposición grosera al drama, aupada por la inserción de testimonios de víctimas de abusos; las licencias narrativas (¿hipnosis?); o la ¿ocultación? de un desarrollo automático con unas formas deudoras de los Dardenne o Tavernier, ensombrecen la película. Así, gana muchísimo “No tengas miedo” al cultivar la sugerencia y el silencio en los ojos de Jenner, en un taxi previo al suicidio, en las caminatas por una Pamplona habitacular o, sobre todo, cuando, tras mirar al miedo a la cara, éste no tiene nada que decir.
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