Director: Vicente Aranda
Intérpretes: Eduard Fernández, Thaïs Blume, Emilio Gutiérrez Caba
Web: http://www.lunacalientepelicula.es/
Vicente Aranda habita eso que el personal categoriza, inmisericorde y unívoco, como “cine español”. Sólo se escapan de ese saco popular (y populista) aquellas películas “que no parecen españolas” (de entre las últimas, “Celda 211” y, escarbando, “Tesis”). Esta definición de “película española” se caracterizaría, pues, por un presupuesto bajo (y la sospecha de subvenciones); una marcada afición al ritmo pausado y al drama (de la comedia se ocupa “la españolada”); una buena dosis de carnaza estrambótica (sin caer en “No desearás al vecino del quinto”); una constante revisitación del pasado reciente (especialmente de la guerra civil, esto también la alejaría de “la españolada”); y un izquierdismo hiperbólico (en genérico, ¿para qué ahondar?, que va desde el trotskismo hasta la socialdemocracia).
Lo curioso es que una parte de la filmografía de Aranda se acoge a esta descripción grosera y simplista (dos básicos de la peor producción del director barcelonés). Siguiendo esta línea, mantienen a flote “Luna caliente” sus discretas hechuras de “noir” (crimen, femme fatale, culpa). El resto de la cinta se sumerge en un artificio grandilocuente y vacuo (su trasfondo de forespán histórico) que se añade a calzador con tal de inflar el metraje. Si la macrohistoria de “Chinatown” intuía una operación urbanística en la que germinaba su trama de corrupciones e incesto, la ambientación del filme durante el proceso de Burgos no aporta nada (y nada podría aportar) a un guión de actores desubicados (Gutierrez Caba replica su personaje de “Un buen hombre”), escenas imposibles y una sorpresa. Que Thaïs Blume salga ilesa.
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