Director: Todd Phillips.
Intérpretes: Bradley Cooper, Ed Helms, Zach Galifianakis
Web: http://wwws.warnerbros.es/thehangover2/
Uno ya no sabe por dónde le van a enjaretar los géneros. De arranque, buscando la seguridad de lo conocido, pareciese como si a la aventura, al suspense o al fantástico se les acomodase mejor una serialidad clásica, insistente en arquetipos, recursos dramáticos y cronologías. Dicha armonía no suele replicarse en la comedia gamberra, tan asociada a una determinada edad y tan deseosa de renovarse con tal de no repetir chiste. Pero eso ha cambiado. En nuestra sociedad “cool”, al asimilar los pantalones cortos o una actitud juvenil hasta poco antes de morirnos (o hasta casi, casi justo antes, como el anciano de “Aquellas juergas universitarias”), la comedia gamberra ha encontrado un filón de caracteres que no caducan, o al menos no suenan incoherentes a las inclemencias físicas del envejecimiento (incluso, en sentido inverso, Todd Phillips propone un “Resacón 2” infantil en un “flashback”). Así, los personajes de “Resacón en Las Vegas” pueden ser jóvenes siempre como le ocurre a Hugh Hefner, y sólo deben estar preocupados en mantener el humorismo serial, es decir, en buscar dónde celebrar su siguiente colocazo, en decidir a quién pierden en esta ocasión.
Con su verosimilitud incorruptible de adultos preadolescentes, lo único que necesitamos es que la estructura no se nos desgaste por el uso y eso es lo que consigue Todd Phillips en su segunda aventura de descerebrados en Tailandia. Comprobamos, mediante una situación calcada a la primera entrega (una noche de puñetera locura, alguien que desaparece), que el director norteamericano ha hallado la oportunidad de supervivencia a su serial cómico: mezclar sus nuevos "gags” con una franquicia de suspense al estilo de Agatha Christie que aclare los misterios provocados por esa droga de más que siempre rula Galifianakis. No nos engañemos, al cineasta norteamericano le importa su comedia grosera y, además, consigue que los espectadores nos impliquemos en sus "mcguffin", en sus estupendas reconstrucciones “CSI” del día anterior. Maravilloso talento el de Phillips que nos controla como un muñeco de su trama haciéndonos reír (estupendos gags inter-culturales con un mono, imprescindible Ed Helms otra vez) e intrigándonos con su “suspens(c)omedia”. Recoge un doble mérito la segunda parte de “Resacón!”, compartido con cualquier serial de misterio de la televisión, al final se trata de plantear un culpable y que alguien, aunque sean tres mongoles, lo resuelva. Aquí reside lo divertido de “Resacón 2” (y en todos los desarrollos seriales), las expectativas que nos crea de género (incluido ese Zach Galifianakis en todo su esplendor) y las sorpresas que, aún con lo(s) mismo(s), nos regala hasta su habitual, monótono y placentero “happy ending” (en Tailandia, con más razón). Continuar igual para seguir de otra forma; ése parece el lema de un Todd Phillips que puede extender tranquilamente su franquicia a un buen número de entregas; esa magnífica filosofía es la que nos hace descojonarnos a pesar de que la secuela regrese a micropenes asiáticos, tontunadas de Mike Tyson o a una borrachera previa a un casamiento.
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