domingo, 28 de febrero de 2010

ENTREVISTA CON FRANCISCO NIXON


Nota previa: esta es una versión "extendida" de una entrevista que publicó "La Nueva España" el 28-02-2010. Las únicas razones de que no haya salido en su extensión original son las que impone el espacio en un diario.

A la una, en el Café Comercial madrileño, dominan los viejitos de corbata y vermú. Allí, Fran Nixon habla de su nuevo EP, “Gloria y la belleza sureña”, de venta exclusiva en FNAC y, por correo, en siesta.es. Ese ambiente decadente del Comercial nos recuerda las tertulias míticas de Cossío, a él, y las tertulias miserables de “Calle Mayor”, a mí. Pero mejor pasamos a su disco.

- Decía el psicólogo Marino Pérez que “hoy día quien no es varios no es nadie”. ¿Tú cómo llevas eso de ser varios (Australian Blonde, Nixon, Costa Brava) y, sobre todo, en este nuevo EP en el que Ricardo Vicente redefine el concepto “Nixon”?
- Yo creo que es todo un proceso de aprendizaje en el que sólo se ve el resultado, no se ve el proceso. Con Australian Blonde, cuando empiezas tratas de hacer la música de la gente que te gusta: Lemonheads, Pixies… en nuestro caso. Tuvimos la buena o mala suerte que en ese momento hubo un fenómeno editorial en el que se buscaron grupos nuevos que aglutinasen algo similar a lo que ocurría en Seattle. Con “Chup chup” se generó una inercia que nos llevó hasta el 98, donde me empiezo a plantear componer en castellano.
Esto fue un paso más en el aprendizaje: te das cuenta que en inglés tienes muchas limitaciones y que para mejorar en las letras era necesario el castellano, lo que pasa es que el grupo todavía tenía mucha fuerza y era difícil plantear un cambio radical. Del 98 son las primeras maquetas de Nixon y están un par de años en el limbo, justo hasta que conozco a Sergio Algora que es el catalizador de esa historia. Juntamos nuestros proyectos y surge “La costa brava” que se desarrolla y crece hasta el fallecimiento de Sergio. En ese momento a mí ya me apetece un proyecto que me dé más libertad, no porque en “La costa...” o en “Australian…” no la tuviese, sino porque necesitas coordinarte con más gente y me apetecía tocar a mi bola sin ninguna responsabilidad de cara a una banda, a una compañía o a un público.
La diferencia con los dos discos anteriores (“Es perfecta”, 2006, y “El perro es mío”, 2009) es Ricardo Vicente, que en este EP tiene unas canciones de tanta o más calidad que las mías.

- Mientras que tus dos discos anteriores referían al Oeste de EEUU (Brian Wilson o Burt Bacharach), tu nuevo EP “Gloria y la belleza sureña” señala al Sur norteamericano de Tenesse Williams, como apuntas en las notas del disco.

Sí, porque a Ricardo Vicente (compositor de tres de los seis temas del EP) le gusta mucho Neil Young y Bob Dylan. Él tiene ese toque sureño que en mis canciones no está tan presente. Por ejemplo, en “San Fernando”, el primer tema, se establece ese juego entre los dos “sures”, el de Cádiz y el de Estados Unidos.



- Frente a la seriedad (muy) divertida de “El perro es mío”, parece que aquí tus temas buscan una cierta trascendencia, como en “Llegaste tarde”.
En los temas de este disco también estoy buscando mi tono. En “La costa brava” estaba claro cuál era el planteamiento: verano y risas. En “Nixon”, el tono es un poco más sombrío pero siempre al lado del “pop”. A veces, sí que juego con ese contraste de estribillos “pop” y que las letras tengan enjundia. “Lo que Jekyll le dijo a Hyde” también habla de la parte mala que todos tenemos dentro, pero en clave de ruptura sentimental, de cómo las exigencias de la vida te ponen en lugares en los que hay que decidir. Eso sí, la trascendencia que comentas me gusta que esté en una segunda o tercera lectura porque no podemos olvidar que son canciones “pop”. A mí me horripila cuando a la gente se le ve que la primera lectura que ofrece es “mira, estoy tratando los grandes temas”. Creo que uno de los secretos para ser un buen letrista es ser muy humilde y hablar de cosas muy pequeñas.

- De acuerdo. Lo primero que llama la atención de tus discos es la ironía. La ironía, muy postmoderna, de “oye, nos vamos a separar” (“Lo que Jekyll le dijo a Hyde”, “Gloria y la belleza sureña”, 2010) o “Me dicen que te han visto traficando y yo contesto que no te conozco” (“Traficando”, “El perro es mío”, 2006).
Ya que has sacado tú la palabra “postmoderno”, creo que eso es las define. El arte comienza a ser autoconsciente y, entonces, empezamos a decir que “no es para tanto”. Cuando te expones al público, un mecanismo de defensa muy eficaz es el de “tengo esto hecho, pero no os lo tomeís muy en serio”.

- ¿Y es un mecanismo de autodefensa sacar un EP de 6 canciones, en lugar de un CD con 13?
- En este caso, más que autodefensa, creo que se trata de urgencia. Yo había escuchado “San Fernando” y tenía muchas ganas de sacar esa canción cuanto antes, no quería esperar dos años a que apareciese en el próximo disco. Me dicen que no tengo paciencia para las cosas y sí que existe esa ansiedad. En mis canciones hay esa premura de “me estoy haciendo mayor y me siento un poco ridículo haciendo música de adolescentes”. Ese juego interno sí está ahí, si tiene sentido componer “pop” con cincuenta años porque el cantautor sí posee una estética asumida, pero no así el “pop”.

- Y siendo un EP, ¿por qué no en vinilo?
Me hubiera gustado, pero la edición de vinilo se puede hacer cuando hay una en CD que recupera, digámoslo así, las pérdidas del vinilo. Ahora mismo las copias que puedes vender en tiendas especializadas son demasiado pocas, a no ser que seas un grupo importante. Con “El perro es mío”, pudimos sacar “Erasmus borrachas”: en cambio no en este, que era algo más concreto. Hemos decidido dar la exclusiva a la FNAC para que el disco saliera publicado. Si se quiere encontrar en Asturias hay dos opciones: la FNAC o pedirlo a Siesta (siesta.es) por correo.


- ¿Se puede entender “Gloria…” como un reverso literario de “El perro es mío”?
Sería como un último disparo del disco anterior. Incluso si se agotaran ambas ediciones, la idea es sacar una conjunta con ambos discos. La estética, si te fijas, es similar. La ilustradora es Carmen Segovia: la conocí porque organizaban fiestas en El Ferrol con la idea de hacer un “club del single”, ibas a la fiesta y te regalaban un single del grupo que tocaba. Ví que los carteles que hacían eran muy chulos y con “Es perfecta”, les llamé para que me diseñaran la portada.

- ¿Alguna presentación en directo?
Sí, es muy probable que haya presentaciones en Oviedo y Gijón que se anunciarán en francisconixon.blogspot.com.

- He visto que con Australian Blonde también tienes un bolo en Cádiz. ¿Van a continuar los directos?
Hemos hablado y me haría ilusión sacar otro disco con ellos, no sé si en castellano o inglés, pero me gusta mucho trabajar con ellos tres (Paco Loco, Pablo y Paco, el batería). Me apetece tocar un poco de rock, el problema es el tiempo: de momento nos llaman como grupo “rememeber” para tocar en aniversarios (Sala Sol en Madrid, Ratzzmatazz en Barcelona) y en Cadiz sigue esa línea porque es el aniversario de la sala Mirador Pop. Si nos llamaran más, yo tocaría más con Australian. Es algo que aunque suene a etapa anterior, no reniego nada de ella y me divierto muchísimo tocando con ellos.



- Aparte de tu web, últimamente también le das vida a un blog “megabizarro” en telecinco.es que sigue las 24 horas de “Gran Hermano: el reencuentro”.
Lo chulo es tener tu propio canal alternativo a la cultura oficial. Sabes que tienes un contacto directo, ya no dependes de la prensa, de la radio u otra gente para mostrarte cómo eres. El resultado ha sido mayor de lo que esperaba. Eso sí, Internet no es la panacea. Hay mucha gente, sobre todo proveniente de la tecnología, que le asombran sus capacidades pero falta personas que piensen realmente sobre el fenómeno desde la filosofía, la sociología, la antropología… espero que Gustavo Bueno un día se anime (se ríe).
Otra cosa que ha cambiado Internet en la música independiente, donde yo me muevo, es que en los noventa, las modas tardaban seis meses o un año en llegar y muchos grupos aprovechaban ese tiempo con tal de ser punta de lanza de un movimiento o tendencia y llevarse una cuota de mercado. Eso se ha acabado: todo es simultaneo en todo el mundo. Ya no te puedes presentar desde una posición de supuerioridad: cualquier chaval puede tener la misma música que tú. La accesibilidad a la información hace que el público sea tan del grupo como el propio grupo: ya no somos las personas que componemos la banda, sino que se extiende a los fans y éstos actúan como si fueran ellos los que tocasen la guitarra. De esta forma, se forman unas broncas en Internet muy importantes porque existe una militancia vital de jóvenes que están fabricando su identidad en un entorno urbano. Ahí juegan un papel importante los gustos musicales y en ese punto es donde los grupos ejercen una función práctica: proporcionar señas de identidad a la gente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaría pensar que el sombrero, el paraguas y el abrigo que hay junto a Fran Nixon en la foto en que mira a cámara los llevaba puestos cuando entró en el café. Probablemente no fuera así. En todo caso: todo mi respeto y admiración para el y para Vicente.
Excelente entrevista.

Jar

Edu Galán dijo...

No te voy a destrozar la historia. Pregúntaselo a él en francisconixon.blogspot.com

Sobre todo, gracias por leerla.