lunes, 8 de noviembre de 2010

ATLÉTICO, ¡AÑO 2000, LLEGA EL AÑO 2000!


Año 2000, llega el año 2000...

Este sábado, en el Palacio de Deportes de Madrid, dieciséis mil humanos compartimos con Miguel Ríos su despedida de los escenarios. Vale, es cierto que a nuestro alrededor pululaba personal de cierta edad (abundaba el calverismo y el taponismo, una prueba de que las generaciones futuras nos mejoran), que las canas monopolizaban la melena de Rosendo (no la de Ana Belén), y que, en determinados momentos, el chute de nostalgia (el “Himno a la alegría” es uno de los entes más pastosos de los últimas tres décadas) nos dejó temblando. Pero si hubo algo que nos recordó que la carrera de Miguel Ríos rondaba el cincuentenario fue cuando el granadino entonó su canción “Año 2000”… Año dos mil, año dos mil, el milenio traerá un mundo feliz, un lugar de terror, o simplemente no habrá vida en esta tierra…

Al único equipo en España que no le debe sonar anacrónica esta canción es al Atlético de Madrid. Desde el 30 de octubre de 1999 no gana al Real Madrid y, después del partido de ayer, así seguirán, en un estado de congelación permanente, como Mr. Freeze, Jordi Hurtado o Esperanza Aguirre, hasta el año que viene. Uno observa en el Atlético actual la misma inocencia con la que, post-adolescentes nosotros en aquella época, consumíamos Internet (¿recuerdan Terra u Ozú?) o idealizábamos a Britney Spears y su aspecto entre Disney y Playboy. Fíjense en el tremendo “¡haced lo que queráis, grandes!” que nos permitieron los colchoneros; incluso Carvalho se creyó que un robo de balón en el centro del campo le autorizaba para subir a línea de fondo, recibir un pase de Di María y ¡marcar gol! Menudo elemento el portugués: un jugador del siglo XXI, al igual que Özil o Agüero, si este último jugase en un equipo grande.

Pareciese como si la candidez de De Gea (¿se fijaron en su cara imberbe durante el segundo gol?) se contagiase al resto del equipo en cada una de las visitas del Atlético al Bernabeu. Por mucho que Forlán nos azuzase con un palo, nosotros teníamos a Higuaín (reitero que no está todavía en forma) y a Marcelo, en una de las mayores vaciladas a un jugador que se recuerda en el estadio madridista; Reyes parecía el chino Cudeiro de “Humor amarillo”: no sabía por dónde le venían. Fines de semana así, fallan Marcelo, Ramos y Benzema el tercero, producen paradojas espaciotemporales: ¿cómo es posible que se retire un tipo con la fuerza, el madridismo y el talento de Miguel Ríos? Y, ¿cómo es posible que el Atlético haya ganado la copa de la UEFA en 2010 sin haber llegado, aún, al año 2000?

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