martes, 13 de septiembre de 2011
CERCA Y LEJOS CON VILLA
Yo era un «yonqui» de «Barrio Sésamo». Me levantaba los sábados por la mañana y allí estaban esos monstruitos de peluche que te ayudaban, como niño cabezón, a manejarte por las dificultades de la vida. ¿Que necesitabas el abecedario? Teníamos a la rana Gustavo, con su parecido razonable a Pepiño Blanco, explicándotelo. ¿Que tenías que conocer dónde se colocaban los pasteles en una panadería? ¡Perfecto! ¡La labor de Chema! Eso sí, para un niño desorientado, la gran aportación del programa la trajo, un martes por la tarde, Coco. Coco era un monstruo azul con mucha clase que, mediante un bellísimo plano fijo, nos enseñó la diferencia entre dos conceptos complicados: «cerca» y «lejos». El método era precioso, señores. El bicho se colocaba frente a la cámara y gritaba «¡cerca!». Después, se situaba al fondo y gritaba, en la distancia, «¡lejos!». Ni Schoppenhauer utilizaba razonamientos tan magníficos.
Sencillez y algarabía infantil. Dos cosas por las que Coco triunfó en «Barrio Sésamo». Dos cosas que le faltan a David Villa para triunfar en el Barça. Y es que se puede pensar que el asturiano cree que el equipo se dispone a su alrededor con el objetivo de asistirle constantemente. El error garrafal del segundo gol de la Real no sólo muestra una equivocación sino, más importante, manifiesta una desconexión total del formato de juego barcelonista, siempre tan preocupado por las jugadas grupales y la asistencia de unos a otros. Bendito Aguirretxe, que marcó, y bendito Busquets que, en su maravillosa locura transitoria, intentó parar el balón con la mano. Qué divertido. Los minutos siguientes del delantero fueron como cuando Coco se escapaba de plano tras explicar su división del espacio: desaparecía por un lateral de la pantalla y no se le volvía a ver.
Por eso, siempre gracias a ésta, nuestra gran caridad madridista, le vamos a enviar a Villa un DVD de «Barrio Sésamo's Greatest Hits». A mí Coco me ayudó a salir de «Desorientados anónimos» y creo que al «Guaje» le va a venir bien. Y no estaría mal pasarle una copia también al inoperante Guardiola, un entrenador «muchomejorqueMourinho», que dejó escapar un partido con cero a dos en el marcador.
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