lunes, 31 de enero de 2011

(NON) NOS DEIXARON SEM O TÍTULO


El vídeo del lío...

Prólogo. Empiezo este artículo con una frase que me define como persona. Columna. Me cae bien Del Nido. Esto es como empezar una escrito y teclear “me cae bien Charlie Sheen”, “me cae bien Riopedre” o “me cae bien Rafi Camino”. Junto con “me ha salido un bulto en un testículo” o “mi mujer es aficionada al bondage”, son sentencias que dejan a uno tocado de por vida. El problema es cuando humanos inconscientes las utilizan. Disponer de un buen eslogan podría igualarse a poseer una espada láser o un pechaco musculado, al final, todos ellos son artilugios que te pueden llevar a muchos lugares divertidos. Los periodistas lo saben: un buen titular, una buena referencia, un buen Güikileaks… en nuestro mundo, lo que cotizan son las palabras (clave).

“Vamos deixar-te sem o titulo”. Ésta fue la frase que se le ocurrió a un publicitario de Dos Hermanas o Jaén para calentar el partido de Copa frente al Sevilla y, por consiguiente, a nuestro entrenador portugués. Seamos serios. A Del Nido se la han metido en una agencia de publicidad y, como me cae bien, me veo en el deber de avisarle. Lee, Chema: N-O-n-o-s-d-e-j-a-s-t-e-i-s-s-i-n-t-í-t-u-l-o. Tranquilos, lectores, creo que José María ya habrá llegado a esta conclusión tras ver el partido de Copa en el que les barrimos (¿fue gol? ¿no fue gol? Conclusión: da igual).

“Casarse por lo civil resulta más leve que contratar un móvil”, soltó Martínez Camino, ese monseñor soltero, esta semana. ¿Hostia? ¿Sí? Como saben los lectores de LA NUEVA ESPAÑA, me he casado cuatro veces (dos tailandesas, una jiennense y una rumana) y he pedido la portabilidad en dos ocasiones. Por tanto, les puedo asegurar que Juan Toni tiene razón. Es más fácil dejar a una mujer y a tus hijos que irse a Vodafone. “Tranquilo, se lo hacemos todo”, me aseguró María, mi nueva teleoperadora de Orange al pasarme a su compañía. ¿Cuándo os han dicho esto vuestras mujeres? ¿Será lo que te propongan tus querubines si les abandonas?

“A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores nuevos”, escribía Ángel González. Del Nido es feliz con la vacuidad de sus palabras. ¿Son ciertas, como las de Martínez Camino? No, pero son novedosas y, aunque el Sevilla tenga un equipo mediocre, corrupto y machetero, le (re)cubren de colores nuevos. Aquí, amigos, el poder de las palabras justas: como una candela un día lluvioso, aparecen cuando necesitas maquillar la realidad.

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