lunes, 10 de enero de 2011

(POR AHORA) NO NECESITAMOS A DI STEFANO

No se preocupe, D. Alfredo, tenemos a CR7

Por fin se ha terminado nuestra semana en la ruta del Bakalao valenciana. Menuda locura, amigos. Acuérdense; el trámite del Levante en Copa del Rey se saldó con una derrota inerte del Real Madrid “B” y ese conciliador “Mourinho, muérete” que entonó el Ciutat de Valencia, emocionado con la visita de un míster de ese nivel a la (casi) Segunda División. Ahora, como solemos arrasar a los contrarios, la diversión del personal, hastiado con su equipo, es tocar las pelotas al entrenador del Real Madrid quien, con sus inoportunas declaraciones (la última, maravillosa: “Tampoco Jesucristo era simpático para todos, así que imagínate yo”), ha contribuido a convertirse en el Fernán-Gómez del fútbol español. Si no le provocan en una rueda de prensa, le provocan en los vestuarios; si no le provocan a la entrada de un restaurante, le provocan en los baños. Todo un poema en el que debería intervenir el presidente, por el bien de la imagen del club.

Nada que ver el mediocre Levante con la visita del espléndido Villarreal, tan obsesionado como siempre con el conjunto blanco. Se añora a Higuaín, se duerme la defensa en la primera parte (¿sintieron que nos estaban vacilando?), y ahí tenemos a Rossi, Marco Rubén, Cani y Cazorla haciendo lo que les daba la gana. Pero si en algo ha acertado el Madrid, ha sido en fichar al poligonero. Nuestra situación recuerda esa película bizarra de los ochenta, “La mujer explosiva” del gran John Hughes, en la que unos adolescentes feos (y salidos) construyen a una moza estupendísima (y biónica) que, con el cuerpazo de Kelly LeBrock, les arregle los problemas de popularidad en el instituto.

A base del talonario del tito Floren, hemos programado al jugador biónico perfecto que nos haga parecer populares en Liga. Su triplete y la victoria contra el Villarreal concluyeron en un estado amnésico-eufórico del madridismo, como si fuésemos adolescentes feos y salidos con novia salada de pega, bastante perjudicial en nuestra situación actual. Se nos olvidaron, por arte de magia, las carencias de Benzema, el aturdimiento de Pedro León, el autismo de Marcelo, la recuperación lenta de Kaká o la desaparición de Sergio Ramos. Le preguntaron estos días al octogenario Di Stefano si habría que fichar a algún delantero para sustituir a Higuaín. “Sí, a mí”, respondió el sabio. Siento mucho decirle a D. Alfredo que, con CR7, ya no le necesitamos. Bueno, por lo menos, hasta que el portugués se lesione.

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