martes, 24 de febrero de 2009

MEDIOCRIDAD MILLONARIA

Diría Kevin Smith: "Slumdog Millonaire trata de indios corriendo".

Con el discurrir de los años, si algo distinguirá a los “Oscar 2009” será lo cerca que estuvieron de convertirse en un hito en la historia del cine. Finalmente, abrumados por tanta responsabilidad, decidieron pasar a las hemerotecas como uno de los palmarés más mediocres en mucho tiempo, superando incluso a la edición de “Titanic” o “Chicago”. Una noche obligada a rendir pleitesía a los incontables logros de “El curioso caso de Benjamín Button” (trascendencia, monumentalidad, aroma literario... puro Hollywoood clásico, puro cine adulto), desaprovechó esta oportunidad irrepetible al coronar a una cinta caduca en sus formas, deslavazada en su fondo y liviana en su todo: “Slumdog Millionaire”. Para un académico norteamericano, ¿quizá sea el encanto “exótico” de una española tormentosa (Penélope Cruz) o de unos chiquillos indios corriendo el que le impulse a votar a su favor? Si no, no llegamos a comprender sus respectivos triunfos frente a filmes como “Frost/Nixon” o “The reader” o actrices como Taraji P. Henson o Marisa Tomei.

Uno piensa que los Oscar de este año sufren la misma enfermedad que Benjamin Button en su vejez infantil: la amnesia. Se olvidan de Brad Pitt, Frank Langella, Mickey Rourke o Richard Jenkins (cálido y entrañable en “The visitor”); se olvidan de “Wall-E”, un “Luces de ciudad” robótico; y, sobre todo, se olvidan completamente, ¡qué injusticia!, de la heroica labor de David Fincher y su guionista Eric Roth arrastrando un relato corto de F. Scott Fitzgerald hasta los confines del séptimo arte. Salvo los premios cantados (Kate Winslet, Heath Ledger), el “show” dejó aroma a decepción, una decepción casi futbolística de tener el partido entre las manos, de casi alcanzar la gloria, de fallar (Djukic que lanzaste a los cielos) una ocasión única.

Los premios a “Benjamín Button” hubiesen aliviado una gala insólita. Vetado de las nominaciones por su documental antirreligioso “Religulous”, una breve frase de Bill Maher (“algún día deberemos darnos cuenta de que nuestros dioses idiotas cuestan demasiado al mundo”) tendría que hacer entender a la Academia cuánto requieren estos eventos de un presentador consistente, divertido, transgresor y experimentado. Aún con las mejores intenciones, Hugh Jackman jamás será Billy Cristal o Jon Stewart o Stephen Colbert o Jay Leno o Tina Fey (transubstanciación patria también este año; Carmen Machi jamás será Wyoming o Buenafuente). Tampoco, por mucho que guste a los franceses, empatará Jerry Lewis con premiados de honor anteriores como Altman, Lumet o Edwards. Seguramente por esa razón Eddie Murphy le entregó, con rácana pompa y cierto extravío, un premio “Jean Hersholt” más humanitario y menos artístico que nunca.

lunes, 23 de febrero de 2009

EL CURIOSO CASO DEL REAL MADRID

¿Estamos rejuveneciendo?

¿Recuerdan cómo estaba el Real Madrid el 9 de Diciembre del año pasado? Schuster se despedía por una puerta y, segundos después, por la otra entraba Juande Ramos. Con un entrenador para seis meses, con un presidente de saldo, con un equipo derruido, el Real Madrid se asemejaba a un viejo a punto del epílogo. “A ver si nos clasificamos para la Champions…”, me repetía un amiguete encorvado en nuestro bar favorito. “Juande ye un triste”, decían unas líneas fúnebres en un periódico local. “¿Dónde vamos con un equipo de “lesionaos”?”, agitaban sus bastones un par de ancianos.

Eso fue meses atrás. Hoy todo ha cambiado. En “El curioso caso de Benjamin Button”, Brad Pitt interpreta a un hombre que nace viejo y, retando al reloj, rejuvenece cada día. El Madrid ha vivido un fenómeno parecido. Disfrutando de la goleada al Betis, desbordante juventud de Raúl o de Sergio Ramos, uno no puede asegurar que sean los mismos jugadores de hace unas semanas. Repito; recuérdenlos tras los desastres en liga contra el Getafe y el Sevilla, recuérdenlos tras el hundimiento ante la Juve…

En cambio, el Barça arrastra la biología habitual; ya está comenzando a notar la vejez. Lógico, hay que sumar Liga, Copa y Copa de Europa. Comparen el Espanyol-Barcelona de Septiembre con el Barcelona-Espanyol del sábado. En la ida, los culés funcionaron como un equipo jovial, capando al rival, controlando al árbitro. Por el contrario, el Barcelona de la vuelta sonó con los pasos lentos de la tercera edad. Depresivos, obsesionados con Delgado Ferreiro, lo único reseñable de los blaugranas fue que permitieron a De La Peña marcar su primer gol ¡en dos años! y a Pochettino recuperar su cabeza de la bandeja de plata de Sánchez Llibre.

En una escena de “El curioso caso de…”, Daisy (Cate Blanchett) le dice a Benjamin Button (Brad Pitt): “Eres tan joven…”. Él responde: “Sólo en el exterior”. El Real Madrid ha sufrido una temporada de lesiones, contratiempos, derrotas… que le ha permitido ganar una sabiduría reservada a la vejez. A la vez, enfrentados a la lógica del tiempo (ésa que les dejaría fuera de todas las competiciones), han adquirido un cuerpo adolescente que debería dar (mucho) miedo al Barcelona (y al Liverpool).

sábado, 21 de febrero de 2009

CADILLAC RECORDS

Director: Darnell Martin
Intérpretes: Adrien Brody, Jeffrey Wright, Beyoncé Knowles
Web: http://www.cadillacrecordsmovie.com/

A mediados del siglo XX, en el desbordante crisol de la música norteamericana se cocinaron (o se redefinieron) el rock, el blues, el R&B, el soul, el gospel y el jazz gracias, en parte, a la mano de unos personajes deseosos de romper la banca: los padres fundadores de los grandes sellos discográficos. De orígenes humildes, estos hombres entendieron la música (y la búsqueda de nuevos talentos) como una oportunidad para conseguir mejores casas, mejores coches, mejores mujeres. Así, Ahmet Ertegun creó Atlantic Records y fichó a Ray Charles; Sam Phillips abrió Sun Records en Memphis y juntó a Elvis Presley, Roy Orbison, Johnny Cash, Carl Perkins y Jerry Lee Lewis; o Berry Gordy arrancó Tamla Records, luego Motown, al lado de The Miracles, Stevie Wonder o The Marvelettes. El estreno de esta semana pone en paralelo dos existencias: la del fundador de “Cadillac Records”, Leonard Chess (Adrien Brody), y la de uno de sus primeros “fichajes”, el bluesman Muddy Waters (Jeffrey Wright).

Darnell Martin, realizador curtido en la televisión (“Ley y orden”), opta por el camino de Taylor Hackford en “Ray” o Bill Condon en “Dreamgirls”: ofrecer una serie de estampas de vidas de “rock & roll” donde encajar canciones. Frente a las interpretaciones musicales, el filme no profundiza en las doloridas biografías de personajes tan fascinantes, tan esenciales como Muddy Waters, Etta James, Chuck Berry o Leonard Chess. Se atranca, por tanto, en una serie de esbozos (algunos artificiosos) para no iniciados. Al resto del público (espero que esto no suene a poco), sólo nos quedan las estupendas versiones de canciones míticas de Chess. Beyoncé entona “I’d rather go blind”, Jeffrey Wright ataca “Hoochie Coochie Man” o Mos Def estalla “Johnny B. Goode” y, mágicamente, nuestra visita al cine se justifica una y mil veces.

lunes, 16 de febrero de 2009

PROBABLEMENTE EL BARÇA NO EXISTE

¿Eto'o o Yahveh?

“Probablemente el Barcelona no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Este eslogan debería colocarse en el autobús con el que Real Madrid se dirige a sus partidos. Razónenlo; el equipo con el que nos sermonean desde los púlpitos culés tiene tantas posibilidades de existir como un hada o un orco (robo esta comparación al sabio ateo Richard Dawkins). Despiecemos las características de este club metafísico: entrenador, presidente y capitán forman un ente “cool”, uno y trino a la vez; el arcángel “pichichi” y el profeta “Zamora” completan sus filas; han superado veintidós de veintitrés pruebas de fe; llevan un maná de goles a estas alturas de temporada; Dios Maradona se refiere a ellos como “el mejor equipo que ha visto en los últimos tiempos”…

Contra un adversario mitológico así, lo único que puede hacer el Madrid es relajarse y jugar al fútbol. Sabemos quiénes somos, Juande entiende quiénes somos: somos, ¡bendito Ángel González!, “un escombro tenaz que se resiste a su ruina”. Robben, Raúl, Guti o Casillas aguantan con la firmeza de Mark Twain cuando decía que “la fe es creer lo que sabes que no es verdad” o con la certeza de Einstein cuando escribía que “la palabra “Dios” es, para mí, una expresión de las debilidades humanas”.
No se nos olvide que la metafísica, la religión y la mitología provienen de la fragilidad y, paradójicamente, son muy frágiles ante la realidad. Ese club que se nos vendía como la causa inmanente del todo futbolístico, el sábado chocó con un Betis darwinista que demostró que los dioses son débiles frente a la gravedad. Sorprendidos por once hombres que desafiaron a la divinidad blaugrana, el Barça se aferró a una actitud humana (y criticadísima desde sus altares): el esfuerzo sin talento. Eto’o, despojado de trascendencia, alcanzó un objetivo terrenal: empatar a cualquier precio.

¡Aleluya, hermanos! En ese momento, los madridistas nos dimos cuenta. No hay un mago de Oz, sino un anciano manejando cables; no hay una “Respuesta”, sino muchas preguntas esperando a ser resueltas racionalmente; no hay Dios, sino hombres primitivos escribiendo fábulas; no hay un Barcelona divino, sino sudor de Eto’o peleando un mísero punto. Ahora, dejemos de preocuparnos y disfrutemos del fútbol o, lo que es lo mismo, de la vida.

sábado, 14 de febrero de 2009

VIERNES 13

Director: Marcus Nispel
Intérpretes: Jared Padalecki, Danielle Panabaker, Aaron Yoo
Web: http://www.fridaythe13thmovie.com/

Machetazo a machetazo, Jason Voorhes ha sobrevivido a los ochenta, a los noventa y, próximamente, a la primera década del siglo veintiuno. Y esto ha sido sorteando a la muerte de mil formas incoherentes: fue resucitado por una mentalista, criogenizado, dado por enterrado, cremado y hasta reanimado por un rayo en el fondo de Crystal Lake. A su maltrecho cuerpo ya no se le podían dar más oportunidades que produciendo un “remake” que recomenzara la serie. A Marcus Nispel, un habitual de estas tareas (atacó “La matanza de Texas” en 2003), se le encarga la nueva versión y no defrauda. ¿Por qué? Pues porque no tenía un logro excesivo que superar: una serie de “gags” sangrientos en los que Jason se las ve y se las desea para eliminar a una pandilla de chicos y chicas (sobre todo, chicas) buenorras. Siendo justos, hay que agradecerle a Nispel su divertida introducción. El resto, ¿es necesario contarlo?

LA HISTORIA COMPLETA DE MIS FRACASOS SEXUALES

Director: Chris Waitt
Intérpretes: Chris Waitt
Web: http://www.avalonproductions.es/fracasossexuales/

En “Annie Hall”, Woody Allen utilizaba a una mujer (Annie) como referente de otras que habían circulado por su vida (recuerden: la inestable Robin, su ex-mujer Pam, la chiquilla a la que besó en el colegio...). Durante el pasado festival de Gijón, Chris Waitt se proclamo “una versión heroica” de Allen con “La historia completa de mis fracasos sexuales”. Cierto: enfrentarse, cámara en mano, a sus ex requiere mucho valor. Y no tanto por ellas, sino porque el realizador inglés es (o fue; o se comportó como) un verdadero imbécil. El metraje relata el “vía crucis” de Waitt recorriendo las casas, apartamentos y chamizos de sus antiguas novias para preguntarles por qué le dejaron. Eso sí, mientras que la ficción de Allen funcionaba mecánicamente (al igual que cualquier ficción esplendorosa), este documental se atranca al mostrar las (supuestamente transgresoras) peripecias sexuales y ligoteos del director. Aburridos por esa especie de burocracia fálica, sólo nos recuperamos en el epílogo, justo cuando Waitt deja al peor John Waters y vuelve a parecerse al mejor Allen.

martes, 3 de febrero de 2009

PENÉLOPE Y EL “RISITAS”

Penélope Cruz y el “Risitas”. Sándwiches y Champán. Yola Berrocal y Benicio Del Toro. Glamour y goteras. El “sarao” de los Goya es un microcosmos del panorama cinematográfico español; como en el “caldo primordial” de Oparin, de su mezcolanza podría emerger cualquier cosa. Una humana sale de las entrañas de un visón cuando Manuel Alexandre recorre la alfombra; “Déjame, mujer, que quiero sacar una foto a Franco”. Olivia Molina estira sus piernas y uno suspira, aunque ella ni lo note, tan acostumbrada a suspiros, a piropos, a “vivalamadrequeteparió”, gritan los fotógrafos a Penélope Cruz. Se nota que “Pe” y Benicio Del Toro son del asteroide Hollywood. Nada les altera: ni las cámaras, ni los fans, ni las millones de miradas que convergen en cada una de sus moléculas. ¿Qué ocurre con los actores que caducan? ¿Se transforman en árbol como “David el gnomo”? No. Asisten a los Goya: Silvia Tortosa, Xavier Elorriaga, Carmen Conesa... En equilibrio universal, Clara Lago, “El Langui”, Dafne Fernández o “nuestra” Nerea Camacho forman una “troupe” de chiquillos crecidos al cobijo del “facebook”, el “twitter” y la “Playstation”.

La sala de prensa destila un ambiente irreal: únicamente comparecen los ganadores. Uno se imagina los jetos de Nacho Vigalondo o de Jose Luis Cuerda. Este año, sí es cierto, tuvimos la increíble ocasión de ver el careto de Verónica Echegui. Mientras Jesús Franco (grande, grande) dedicaba su galardón a esos cineastas que pasean sus cortos sin futuro, el realizador de la gala pinchó a la imagen de “La Juani” siendo consolada por su amigo.

Al final, se hunden la notable “Sólo quiero caminar”, la insípida “Los girasoles ciegos” y permanece la esplendida “Camino”. Cachondeo entre los periodistas con Benicio del Toro y su “peaso” anillo. Mar Saura viene de otro planeta, doy fe. Nerea Camacho no se cansa de nombrarnos a Asturias. En la zona de la fiesta posterior, desfila la barra libre y la comida y mucha gente de muchos colores. Mientras los invitados “cool” secuestran a los camareros, Ariadna Gil conversa despreocupada y no puedo, no puedo, parar de fijarme en Massiel.

NEREA CAMACHO: “HOY ME SIENTO MITAD ASTURIANA Y MITAD ALMERIENSE”

La actriz resalta sus orígenes asturianos en declaraciones exclusivas a LA NUEVA ESPAÑA tras la gala de los Goya.

Madrid, Eduardo GALÁN;
Nerea Camacho salta del altillo del “photocall” de premiados y atraviesa la omnipresente alfombra verde. Poco a poco, hordas de periodistas atacan a la actriz de doce años: “¿Qué se siente?”, “¿Pesa mucho?”, “¿Dónde lo vas a poner?”, “¿Cómo lo pasaste en el rodaje?”, “¿Crees que tienes futuro en esta profesión?”. Flashes y flashes iluminan su cuerpo diminuto mientras se acerca a la posición de LA NUEVA ESPAÑA en el pelotón mediático. A la derecha, los colaboradores de un portal web sobre cine le piden unas fotos con su logo en brazos: divertida, algo ausente, Nerea sonríe a los fogonazos y a las cuestiones clónicas de rigor. Nuestro turno. “Hola, Nerea. Somos del periódico asturiano LA NUEVA ESPAÑA”, recitamos. Y la chiquilla comienza a saltar. Pequeños gritos como los que su personaje daba cuando, en la película, bailaba al ritmo de Shakira. “Estoy encantada con Asturias. Me trataron muy bien en el pase que organizamos”, recuerda, “Allí tengo a mis abuelos y me hizo mucha ilusión ver todo el cine lleno de gente”. Con esta explosión de alegría inesperada tras escuchar el nombre de Asturias, Nerea nos confiesa que “se siente mitad almeriense y mitad asturiana” y que le gustaría dedicar el premio a “todos los asturianos que me han estado apoyando”. Admite que tiene “muchas ganas de volver de visita” pero que ahora “voy a tener que dedicarme a diversos viajes”. ¿Y el futuro? “Estoy con dos proyectos de los que todavía no debo hablar. Eso sí, espero empezar a concretar uno mañana”, nos revela.
Minutos antes, Nerea Camacho, Farah Hamed, Esperanza Pedreño y Ana Wagener miraban el escenario, pendientes de un sobre relleno con un Goya. Cuatro nominadas a “actriz revelación” en una pantalla dividida. “¡Nerea Camacho!, por “Camino””. Y la chiquilla en su vestido de encajes, muy diferente a su personaje en la película de Fesser, sube la escalinata del escenario del Palacio de Congresos. Emocionada, nerviosa, titubeante, Nerea se acordó de su familia que la seguía desde la platea, de sus compañeros de rodaje (“Javier, te quiero mucho”) y de su pueblo almeriense, Balanegra. Con un Goya gigante, casi tanto como ella, apareció en la sala de prensa para atender a los medios. Reviviendo el momento del anuncio, la chica repitió a los medios lo contenta que estaba y la enorme ilusión que le hacía haber ganado un premio tan importante.

El filme cuenta la historia de Camino, una niña que sufre una enfermedad degenerativa inesperada a la vez que su familia, perteneciente al Opus Dei, encara las circunstancias de la misma. Basado libremente en la vida de Alexia González Barros, “Camino” retrata cómo los fundamentalismos religiosos pueden transformar, primero, la visión de la enfermedad y, después, la forma de afrontarla. Dentro de un reparto impecable (Dauder, Venancio, Elías), Nerea Camacho sostiene con una interpretación jovial y trágica, inocente y adulta, el peso del texto de Fesser. Esto comprobaron, en el Diciembre pasado, los asistentes a la presentación asturiana del largometraje en el Teatro de La Felguera. Acompañados por Nerea, los espectadores comprobaron la contundencia del discurso de Fesser en uno de los trabajos cinematográficos sobresalientes del año.

El domingo, viendo a Nerea correr por las salas interminables del Palacio de Congresos, no se distingue muy bien si es una chiquilla metida a actriz o una actriz interpretando a una chiquilla. Eso sí, de pronto, cuando descubre a Penélope Cruz o Benicio Del Toro y echa a chillar como una preadolescente, intuimos la respuesta.