sábado, 29 de diciembre de 2007

AMERICAN GANGSTER

Director: Ridley Scott
Intérpretes: Russell Crowe, Denzel Washington, Cuba Gooding Jr.
Web: http://www.americangangster.net/



En Italia, durante los treinta años de los Borgia, hubo guerra, terror, asesinato y derramamiento de sangre, pero surgió Miguel Angel, Leonardo Da Vinci y el Renacimiento. En cambio, en Suiza reinó el amor fraterno; tuvieron 500 años de democracia y paz. Y eso, ¿qué produjo? El reloj de cuco”. El monólogo de Orson Welles en “El tercer hombre” (Carol Reed, 1949) podría servir de resumen de la nueva película de Ridley Scott. “American Gangster” narra los años de ascenso al poder de Frank Lucas (Denzel Washington), un sicario de la “black mafia” del Harlem de principios de los setenta. Lucas ideó el método perfecto para introducir heroína en el país: utilizar el sistema de transportes de las tropas estadounidenses destinadas a la guerra de Vietnam. Esta droga pura y barata inyectada a borbotones en las venas de Estados Unidos, impulsó la creación de un departamento especial a cargo del detective Richie Roberts (Russell Crowe) para “limpiar las calles”, Nixon dixit.

El conflicto sociocultural que sacudía USA a finales de los sesenta (recordemos; Vietnam, final del hippismo, Watergate, fin de la segregación…), provocó la aparición de personajes como Frank Lucas, acompañado por un cosmos “funk” y sangriento. Aquí reside la fuerza de “American Gangster”; en fotografiar una sociedad contradictoria (el “black power” hace suyas las estructuras mafiosas “irreplicables”), agitada (Muhammad Alí se abraza con traficantes y éstos confirman su reinado saliendo en la blanquísima “Time”) y, por tanto, creativa. Anthony Hamilton, los Staple Singers o Lowell Fulson se mueven tan bien entre las hipodérmicas, el sexo, los asesinatos y las palizas que parece, volvemos a Welles, que no habrían existido sin ellas. A la vez, emboscado en su traje de emperador discreto, Frank Lucas muestra como juez y parte al mundo negro del siglo XX, ése que comenzó con su madre en Nueva Orleans y termina con Public Enemy en Nueva York.

Pero mientras que la historia de Lucas funciona a pesar de los dejes típicos de Scott, su némesis en “American gangster” no pasa de lo habitual. Armada con un texto cotidiano (una referencia es “Los intocables de Elliott Ness”), la trama del correcto Russell Crowe se atranca en el dibujo dicromático de un policía encerrado entre su honestidad profesional y su incapacidad personal. Al igual que sus minutos finales, que combinan lo excepcional con lo fácil, “American gangster” queda descompensada. Casi tanto como comparar el efectismo de “Good Lovin’” de Los Rascals adornando a Russell Crowe, con la apabullante “Across the 110th street” de Bobby Womack refulgiendo sobre Denzel Washington.

ESCUELA DE PRINGAOS

Director: Todd Phillips
Intérpretes: Jon Heder, Billy Bob Thorton,
Web: http://www.schoolforscoundrels-movie.com/



Todd Phillips posee una habilidad notable para facturar comedias gamberras; ahí están “Viaje de pirados”, experiencia lisérgica y testicular, y la magnífica “Aquellas juergas universitarias”, prueba de la existencia de un “síndrome de Peter Pan” vírico. Lo que le falta a Todd Phillips es la habilidad para facturar cualquier otro tipo de películas. Esto se evidencia, primero, con la adaptación a la gran pantalla de “Starky y Hutch” y, ahora, con “Escuela de pringaos”.

El encasilladísimo Jon Heder interpreta a Roger, un tímido controlador de aparcamiento enamorado de su vecina. Desesperado por cambiar, acude a las clases del Dr. P (Billy Bob Thorton) buscando arreglar su situación a base de pruebas que aumenten su virilidad y su autoestima. El cierto interés que puede encontrarse durante el inicio, impulsado por una sucesión de “sketches” cortos, se destroza cuando hay que enhebrar una historia. Así, las medias sonrisas que producen los ejercicios propuestos por el buen doctor acaban por desaparecer y todo comienza a recordar a “Ejecutivo agresivo” (2003) con sus peleas plastas por la chica de turno y su protagonista enclenque. En definitiva, la muy vista y muy resobada “Escuela de pringaos” sólo merecerá la pena si Todd Phillips se da cuenta del subgénero que corre por sus venas y se deja de tonterías.

domingo, 23 de diciembre de 2007

SOY LEYENDA

Director: Francis Lawrence
Intérpretes: Will Smith, Alice Braga, Dash Mihok
Web: http://www.iamlegend.com/



“El increíble hombre menguante” (1954) inauguró la dependencia hollywoodiense del “pulp” de Richard Matheson. De entre las drogas mathesonianas, el “chute” favorito de los estudios es “Soy leyenda”, que ya había sido inyectado en vena dos veces: “El último hombre sobre la tierra” (1964), digno esfuerzo con Vincent Price, y “El último hombre… vivo” (1971), protagonizado por un Charlton Heston “kitsch” emperrado en dar estopa a personal maquillado.

Y, claro, con esto de las adicciones no hay dos sin tres. Ahora llega el turno de Will Smith en el papel de Richard Neville, el superviviente de una epidemia que ha eliminado a una parte de la población mundial y convertido a la otra en zombies alérgicos a la luz. A base de dólares y más dólares, Francis Lawrence demuestra durante el inicio que, contradiciendo a Dylan en “I shall be released”, las megalópolis son más solitarias cuanto más vacías están. Will Smith recorre Nueva York silbando a Bob Marley y, como Noé tras el diluvio, se rodea de animales y de aislamiento. Este prólogo de anuncio mantiene con efectismo el interés por el metraje mezclando presupuesto y algunas ideas de Matheson.

El bache creativo comienza después. El descubrimiento para el espectador del reverso de la infección trae, masacrando las supuestas buenas intenciones previas, un “blockbuster” correcto, tan impersonal y aséptico como una franquicia. Sus dosis son exactas (un poco de romanticismo, una gota de religiosidad, un trozo de acción, otro de terror) para dejar contento al mayor número de público posible. Admirable objetivo si se quiere recuperar la pasta pero no si se pretende hacer una película memorable. Raspando sus previsibles vueltas y apartando sus personajes tipo, sirve la tercera “Soy leyenda” para diagnosticar las obsesiones de nuestro tiempo. Mientras que la obra original de Matheson se fundamentaba en el temor al diferente, este filme adaptado y sus contemporáneos (“28 días después”, “Planet Terror”, “Rec”…) vienen detectando al virus como epicentro de nuestros terrores. Por tanto, ahora que hace frío no tosan ni sean tosidos por nadie. Nunca se sabe.

EL ESPÍA

Director: Billy Ray
Intérpretes: Ryan Philippe, Chris Cooper, Laura Linney
Web: http://breachmovie.net/



John Ashcroft, ex-fiscal general de EEUU, cristiano renacido, patriota y ultraconservador, abre con un flashback la historia real de Robert Hanssen, espía traidor, cristiano renacido, patriota y ultraconservador. Apoyado en juegos de espejos y paradojas similares, “El espía” relata los días previos a la captura del topo infiltrado por, primero, la URRSS y, después, Rusia, dentro del corazón del FBI. En el centro de la trama, como el traidor que traiciona al Judas oficial, se sitúa Ryan Philippe. El joven actor imberbe, valgan de prueba sus trabajos anteriores, se pierde entre la hipérbole y el acartonamiento y no aguanta un quite de Linney ni de Cooper. De desarrollo parecido a otros largos, vienen a la cabeza “Donnie Brasco” o “Munich”, la cintura del, a ratos, repelente Philippe desmerece la dignidad del guión de Ray/Mazer/Rotko, un texto “bestseller” rodado con cierto ritmo y poca emoción. Mimetizando otra de sus maravillosas estampas del imaginario masculino estadounidense, lo más afortunado llega con Chris Cooper, disfraz y carne de Hanssen, en una interpretación tan rellena de contradicciones como los valores del personaje que representa.

No conseguirán sorprender sus robos y escenas de catalogo; no alcanzarán sus fotogramas un lugar en el Olimpo del cine occidental, pero “El espía” entretiene con su traje de “thriller” y, gracias a Cooper, permite atravesar las rendijas de los confesionarios para ver a cristianos renacidos, patriotas y ultraconservadores llorar su sexualidad, su corrupción y, sobre todo, su futuro hundiéndose.

ALVIN Y LAS ARDILLAS

Director: Tim Hill
Intérpretes: Jason Lee, David Cross, Jane Lynch
Web: http://www.alvinandthechipmunksmovie.com/



El grupo de roedores con voz más insoportable tras “Los pitufos” debuta en un filme de acción real junto a Jason Lee. Esto, que puede parecer un hito para muchos estadounidenses, no lo es tanto si lo sufrimos en suelo patrio. A lo largo de gran parte de los ochenta y noventa, Alvin y sus amigos acompañaron nuestras vidas de infante proporcionándonos canciones en un tono de falsete sólo comparable con el de Robin Gibb.

Pero, claro, cuando uno crece y observa que el mayor reclamo de “Alvin y las ardillas” es Jason Lee haciendo un papel sin alma y con jugoso recibo, la cosa se torna decepción. Chistes chabacanos con un pretendido doble sentido sexual, lastimeras versiones digitales de las ardillas... lo necesario para felicitar a Tim Hill por haber fusilado al amanecer a dos de los mitos animados (y peludos) de nuestro subsconsciente: Alvin y Garfield.

lunes, 17 de diciembre de 2007

UN BLANCO RADIANTE

SEMANA SUICIDA


Clint achantando al personal en "Ruta suicida"

En “Ruta suicida”, Clint Eastwood interpreta a Ben Shockley, un duro policía de San Francisco que tiene que custodiar a una testigo desde San Francisco hasta Phoenix para que participe en un juicio contra la Mafia. Lo que no sabe el pobre Ben es que existe una trama para asesinar a la mujer y, de paso, a todo el que la proteja. Solo, abandonado por sus propios compañeros corruptos, el gran Clint decide llevar a cabo su misión pase lo que pase (¡con Eastwood hemos topado!). En la última escena, la pareja de fugitivos debe atravesar, dentro de un autobús acorazado para la ocasión, una calle llena de policías dispuestos a sacarles las tripas. Mil y una veces disparan al bus pero nuestro poli, echándole arrestos y evitando tropocientas balas, consigue llevar a la mujer al juzgado y, además, ligársela.

¿Impresionante, no les parece? ¡Menudo elemento el Eastwood, eh! Pues, siento revelárselo, lo que hizo en “Ruta suicida” no es nada si lo comparamos con la semanita que espera a todos los madridistas antes del derby. Vayan cogiendo el soldador, la radial, unas buenas placas de hierro y ármense, amigos. A lo largo de estos dolorosos seis días, de estas largas ciento cuarenta y cuatro horas, nos veremos asediados por seres corruptos que intentarán asesinar a algo que debemos proteger: nuestro madridismo. Seguro que hoy, nada más llegar a la oficina o al bar, han escuchado sus vocecillas que, como Colts rápidamente desenfundadas, emitieron sonidos de pólvora brusca e inesperada para formar frases del estilo de “os vamos a machacar”, “el sábado os vamos a dar pal’ pelo”, “Raúl está acabado” o mi favorita “te apuesto lo que quieras a que os ganamos”. Sigan la estela del maestro estadounidense, cowboys madridistas. Apunten con sus Magnum y apuesten, sáquenles hasta el cuero de las carteras a esta mafia que quiere que su ley siga reinando en la ciudad.

Ah, y por supuesto, no se me vengan abajo al descubrir que sus armas son más potentes o que su número supera al nuestro. Recuerden que si ellos ventilaron al Valencia con un 0-3, nosotros eliminamos a los “ché” como hizo Eastwood en “Ruta suicida” con unos “punkies” del desierto: metiéndoles cinco puñetazos en su propio hábitat. Tras el partido, verán ustedes qué bien se sienten al llegar a casa, entre llamas de una batalla que promete ser divertidísima. Tendrán la victoria, un montón de apuestas ganadas y, si siguen las enseñanzas de Clint Eastwood, un ligue a su lado.

sábado, 15 de diciembre de 2007

DESEO, PELIGRO

Director: Ang Lee
Intépretes: Tony Leung, Joan Chen, Tang Wei
Web: http://www.bvi.com.tw/movies/lust_caution/main.html



Gracias a una historia de Eileen Chang, Ang Lee vuelve a centrar su mirada en uno de sus temas favoritos: la representación. Existen muchos ejemplos durante su filmografía; los vaqueros de “Brokeback mountain” eran dos homosexuales actuando como rudos padres de familia; el doctor Bruce Banner escondía al Increíble Hulk bulliendo en su interior o la familia Hood de “La tormenta de hielo” interpreta una partitura armónica rellena de espinas y aristas. En su espléndido nuevo filme, Lee disecciona con erotismo oriental y pincelada renoiriana la progresiva identificación, año tras año de la Segunda Guerra Mundial, de Wong Chia Chi (Wei Tang), una joven actriz china perteneciente a la resistencia, con su papel de señora Mak, la amante de un alto cargo de la ocupación japonesa.

Lo que comienza como un puro teatro que emociona al público, desemboca en un plan juvenil e idealista, siempre la patria en la boca, para seducir a Mr. Yee (Tony Leung) y eliminarle. Desfila Hitchcock por el fondo, ahí el cartel de “Sospecha”, durante toda la preparación de la joven aspirante a concubina, desvirgada por sus propios compañeros y observada por su enamorado, hasta el sangriento asesinato, ¡cómo cuesta matar a un hombre!, de un delator. Ang Lee pone de manifiesto su extraordinaria habilidad, casi de alquimista, para hilar los detalles (esa galleta que descubre un teléfono) y hacer avanzar su historia con una sutileza estudiadísima.

Si el primer acto se supera con algunos altibajos (quizá tienda a la reiteración en las vidas burguesas) e infinidad de aciertos, la última parte del filme evidencia la potencia de su discurso. Acompaña la magnífica fotografía de Rodrigo Prieto a los contradictorios cuerpos de Tony Leung y Wei Tang para demostrar que el sexo artificial y el amor de libreto, a base de ser representados noche tras noche, acaban convirtiéndose en el “Amor” y el “Sexo”. Así lo reitera brutalmente Ang Lee en una escena goyesca de epílogo; las vidas interpretadas no se olvidan, Ingrid Bergman besa al culpable Cary Grant, sino que se asumen como otras nuevas (y muy reales), empujando a la protagonista de “Deseo, peligro” a un abismo tan doloroso como su pasión realmente representada.

MR. MAGORIUM Y SU TIENDA MÁGICA

Director: Zach Helm
Intérpretes: Dustin Hoffman, Natalie Portman, Jason Bateman
Web: http://www.deaplaneta.com/mr-magorium/



Dustin Hoffman interpreta a Mr. Magorium, un excéntrico juguetero que guarda en su establecimiento algunos de los artefactos infantiles más sorprendentes del mundo. De pronto, esta especie de mago decide que, a sus 244 años, es hora de marcharse y debe preparar todo para su sucesión. Molly Mahoney (Portman), su ayudante, no piensa lo mismo.

En principio, cualquiera desconfiaría de una película que está “inspirada” por las tiendas de juguetes de una multinacional. Con lo guapo que sería inspirarse en Dickens, o en Dahl, o en Gloria Fuertes. En el arranque, las expectativas se cumplen. Las historias que fundamentan al filme (el mayor atractivo recae en la de Portman) se ven oscurecidas por una sucesión, a veces artificiosa, de las diferentes maravillas del establecimiento. Por el medio pululan un Dustin Hoffman sin más argumento narrativo que una serie de anécdotas mágicas, y una estructura de capítulos bastante sobada.

Pero la cosa comienza a cambiar cuando el largometraje se decide a fabular y, por lo tanto, a educar sobre algo. El desarrollo de cómo afrontan la finitud de Mr. Magorium los diversos personajes (unos haciéndose adultos y otros volviendo a la infancia olvidada) proporciona la integridad y valentía que le habíamos quitado a la cinta. Mr. Magorium, en una maravillosa moraleja que sirve de terapia para los protagonistas, cuenta a su ayudante que la última palabra que escribió Shakespeare sobre el extraordinario Rey Lear fue un sencillo “Muere”. No se necesita más equipaje, revela el genio inglés. El resto, ya lo sabía Javier Krahe, es vanidad.

1408

Director: Mikael Hafstrom
Intérpretes: John Cusack, Samuel L. Jackson, Kate Walsh
Web: http://www.1408-themovie.com/



Superado el exitazo de “Hoteles encantados”, el novelista de tapa blanda Mike Eslin (Cusack) no tiene escapatoria. Debe escribir una continuación con lugares que horroricen aún más a sus lectores de saldo. ¿Por qué no comenzar por el Dolphin de Nueva York? De allí le llega una misteriosa postal y la negativa del gerente de alquilarle la habitación 1408. Las dos excusas perfectas para querer pasar una noche allí.

De esta forma comienza "1408", filme de terror capitalizado por un John Cusack desesperado. Cercana a “El resplandor” y alrededores (de King es el relato en el que se basa), la cinta trata de contar el hundimiento del protagonista en la locura y el miedo. Pero frente a un desarrollo atractivo y sólido, ése que podría emparentarle con "En la boca del miedo" de Carpenter, el guión nos atrapa en un bucle anodino de salidas tapiadas. La “casa del terror” barata que montan las paródicas advertencias de Samuel L. Jackson discurre hacia una especie de monólogo claustrofóbico que el náufrago Cusack intenta sacar adelante sin ninguna posibilidad de victoria. Como una rata encerrada incapaz de escapar de una estancia electrificada; así se siente el pobre novelista y, por extensión, el pobre espectador. Esta indefensión aprendida hace adivinar a cualquier palomitero majadero que el protagonista no va a salir nunca de una serie de barreras indestructibles, repetitivas y archiconocidas. Así, en vez de dejarse llevar por los sustos de fantasmas o los horribles asesinatos (básicamente, el haber de “1408”), a uno no le queda más que mantenerse quieto, en silencio y soberanamente aburrido. La confirmación de que todo iba a ser como esperábamos llega segundos antes de los títulos de crédito y nos deja indefensos, aprehendidos por tanta falta de originalidad.

FRED CLAUS

Director: David Dobkin
Intérpretes: Vince Vaughn, Paul Giamatti, Kevin Spacey
Web: http://www.fredclaus.net/



Los primogénitos forman un grupo de extraños seres que pasan de vivir acosados por la sobreprotección, a convertirse en puñeteros desterrados. Pero esto no tiene nada que ver con unos padres pasotas. La cosa se puede entender fácilmente gracias a la aparición de un secundario inesperado y plasta: el maldito hermano pequeño. El estreno de ayer escoge a Santa Claus en el papel de ese humano recién llegado a la estirpe, un santo merecedor de todas las atenciones del universo, y cuenta las desventuras de su hermano mayor para recuperar su posición de “favorito”.

Fábula previsible, bienintencionada y políticamente navideña, el único interés radica en buscarle sus pocas cosquillas. Se vuelve nada un Vince Vaughn, papel canalla de siempre, ante un malvado que quiere ser Superman, Kevin Spacey, y un Santa Claus atrapado por el osadísimo Paul Giamatti. Los dos hermanos ofrecen la única escena “punk” del metraje: una sesión de terapia de grupo con la familia Claus. Por allí aparecen padres, novias, amigos... e intentan arreglar sus problemas de la forma habitual en estas sagradas instituciones: echándose pestes a la cara. Durante ese rato, “Fred Claus” se desembaraza de tópicos, tufo navideño y sentimentalismos el tiempo justo para intentar hacernos creer que es lo que no es.

AUGUST

Director: Kirsten Sheridan
Intérpretes: Jonathan Rhys Meyers, Freddie Highmore, Robin Williams
Web: http://augustrushmovie.warnerbros.com/



“August” cuenta la historia de un niño huérfano (Highmore) que encuentra su oportunidad al escaparse a la gran ciudad y labrar su futuro en la música. A la vez, un encuentro casual propicia que el líder de una banda de rock (Rhys Meyers) encuentre al amor de su vida (Keri Russell).

El filme de Kirsten Sheridan apunta a adictos al género romántico. Al resto sólo nos queda suspirar de desesperanza mientras admiramos la dentadura blanquísima de un enamoradísimo e increíble Rhys Meyers como cantante rock y sufrimos al típico niño huérfano que va en búsqueda de unos nuevos padres (en el orfanato son todos muy malos salvo uno, como siempre). Ah, y de paso a Robin Williams interpreta a un vagabundo con perilla, lo que faltaba para completar el pastel. La verdad es que se requieren muchas dosis de sentimentalismo para soportar “August”, si lo hacen, un aplauso.

lunes, 10 de diciembre de 2007

UN BLANCO RADIANTE

LA SUERTE AZULGRANA

Qué suerte tienen los azulgranas. A poco que observamos su historia reciente, el tema de la “flor en el culo”, la “chiripa” o la “estrella” es una constante. Koeman coloca el balón de una falta durante un partido mediocre y adentro. Una copa de Europa. El Madrid va de viaje a Tenerife y se le atragantan las victorias. Dos ligas. El Arsenal, con una final de la Champions en la mano, se empequeñece y lo tira todo a la marchanta. Otra copa de Europa. El año pasado Ramón Calderón afirmaba, en uno de sus habituales momentos “punk”, que “Dios es del Real Madrid”. Amigo Monchu, va a ser que el Ser Supremo madridista es un ente omnipotente, omnipresente y muy pasota. No se explica la poca braga que tenemos. Por ejemplo, contra el Athletic el sábado: Robinho al poste, un gol anulado por fuera de juego, Raúl abrasando a la defensa bilbaína… al final, un mínimo movimiento de varios músculos de la pierna derecha de Van Nistelrooy decidió el encuentro. Un único momento de “chorra” al lo largo del partido, en noventa minutazos. Y eso que el Divino Creador lleva la camiseta de Di Stefano.

Paradójicamente, además de funcionar como recibo de nuestro cenizo permanente, el gol de Van Nistelrooy sirve para reconfirmar la suerte azulgrana. Qué afortunados se sentirán todos los culés con ese tanto. Qué alegría, seguramente reflejada en cánticos joviales por Las Ramblas, floreció en los corazones blaugranas al ver al jugador holandés marcar en la Catedral. Lógico. Notan que son los elegidos del Universo porque pueden confirmar ya, día 10 de Diciembre de 2007, que jugarán contra el líder el día 22. Mejor que ganar el gordo con o sin calvo; mejor que los regalos de Reyes de un niño rico; mejor que un asado de Nochebuena de una abuela cariñosa, será para ellos poder admirar y aplaudir en casa al primer clasificado (y campeón) de la liga española.

La última actuación de los Beatles fue completamente azarosa. En 1969 decidieron de improviso tocar en la azotea de su compañía discográfica en Londres para añadir la sesión a su película “Let it be”. Se subieron allí durante el frío invierno a atacar temazos como “Get back” o “Don’t let me down”. Mientras, los caminantes escuchaban y trataban de observar a los cuatro magníficos en su concierto de epílogo, inconscientes de las maravillosas causas y azares alrededor. Compañero azulgrana, cuando vayas al Camp Nou el 22 de Diciembre, no hagas lo mismo. Por una vez, al disfrutar del Real Madrid líder y campeón, podrás darte cuenta de la suerte que tienes.

viernes, 7 de diciembre de 2007

LA BRÚJULA DORADA

LA BRÚJULA DORADA
Director: Chris Weitz
Intérpretes: Dakota Blue Richards, Nicole Kidman, Daniel Craig
Web: http://www.goldencompassmovie.com/



Comienza una nueva trilogía, esta vez basada en los libros fantásticos de Phillip Pullman, que relata la odisea de una niña a través de un mundo fantástico para alcanzar el portal donde confluyen otras dimensiones. Chris Weitz se pone al mando del proyecto en la primera entrega (parece que también en sucesivas) y abre el relato mostrándonos la realidad donde va a discurrir la serie. Casi a brochazos se desarrolla el concepto de “demon” (un animal que acompaña a cada humano y que equivale a su alma), se cuenta cómo el tío de la chiquilla está a punto de descubrir algo que puede tambalear los cimientos del orden establecido por el malvado Magisterio y, finalmente, se desmenuza cómo la pipiola, naturalmente “la elegida” (tambores), va formando su equipo de seres con el objetivo de encontrar a su familiar.

De menor presupuesto que sagas anteriores (a ratos se nota el “cartón” digital), el filme arranca con varios déficits. No se puede evitar nombrar la falta de brío de Chris Weitz para atacar una narración así. Frente a la pasión (y al mayor talento, no nos vamos a engañar) de Peter Jackson o Alfonso Cuarón, Weitz se alinea con Columbus (“Harry Potter y la piedra filosofal”) o Adamson (“Narnia”) y factura casi en automático lo que podría ser cualquier largometraje de fantasía y fabulación de los últimos años. Esta falta de originalidad deja en evidencia el agotamiento creativo del sub-subgénero. La saturación de trilogías provoca paranoia, amigos. Sólo hace falta empezar a escuchar “metafísica de las partículas”, “polvo mágico”, “demons”, “devoradores”… pero ¿ésta es la quinta parte de “Harry Potter”? ¿Nos habremos confundido de sala y ahora estamos viendo “Eragon”?

Eso sí, tampoco se le van a negar a Weitz algunos instantes: los majestuosos osos polares sangrando por un rey, el conclave maligno de los breves Jacobi, Lee y De Souza y, por supuesto, el exuberante inicio que separa, en dimensiones, nuestra realidad de la imaginación de Pullman. Pero, ay, por mucho que se riegue de momentos un metraje, no florece una trilogía.

AL ATARDECER

Director: Lajos Koltai
Intérpretes: Claire Danes, Vanessa Redgrave, Toni Collette
Web: http://www.elatardecer.es/



Durante un delicadísimo minuto, la magnífica Redgrave, aquí anciana terminal y demente, se acerca a su cuidadora y le pregunta “¿Puede decirme dónde se fue mi vida?”. “Al atardecer” revela esta cuestión estructurándola en dos líneas temporales, una centrada en el día de boda que cambiará la existencia de la joven Ann Lord (Claire Danes) y la segunda en el final de la vida de la propia Ann (ahora Vanessa Redgrave).

Diferentes potencias dramáticas separan a ambos desarrollos. El trágico evento de juventud nunca ofrece la suficiente verosimilitud para que se sustente el trauma que sufre Redgrave en su lecho de muerte. La sucesión de acontecimientos, algunos de demostrable encanto (dos amantes cantando “Time after time” o la soleada presentación de un verano feliz con “I’ve got the world on a string”), no cohesionan suficientemente con las consecuencias que el director trata de transmitir.

De todos modos, obviando esos resquicios en el metraje y las subtramas accesorias de Collette y Richardson, si uno ha contratado a Vanessa Redgrave y su texto es mínimamente inteligente, el filme explota en cada una de sus apariciones. Con su sencilla disección de la vejez moribunda se nos olvida qué está justificado, la intensa Streep o la bellísima cámara de Koltai. Además, pocas veces hemos visto tanta dolorosa cercanía entre persona y personaje como en “Al atardecer”. La hija real (y ficticia en la película) de Redgrave, Natasha Richardson, se dirige a su madre para recordarle lo mucho que la quiere. Vanessa, con una mirada, con una sonrisa, con un silencio, le enseña donde se va la vida.

MR. BROOKS

Director: Bruce A. Evans
Intérpretes: Kevin Costner, William Hurt, Demi Moore
Web: http://www.theressomethingaboutmrbrooks.com/



Mr. Brooks (Kevin Costner) mira a su público. Entre sus manos prospera el premio “Hombre del año” mientras su lado esquizoide, personificado en William Hurt, le susurra que vuelva a matar. Este arranque, deudor del “Delitos y faltas” de Woody Allen, plantea la doble cara jeckylliana del protagonista. Costner, en su fría rigidez (sabemos de dónde viene Matt Damon) y Hurt, con su irónica maldad (sabemos de dónde viene Edward Norton), proporcionan el sobreesfuerzo actoral necesario para dar consistencia al personaje. Por mucho que, a medida que avanza el metraje, la construcción se les vaya cayendo hasta extremos paródicos, la pareja de intérpretes resulta casi lo único memorable de “Mr. Brooks”.

Nunca consigue el filme revitalizar sus referencias, agolpadas una tras otra. Ni tiene atractivo su acercamiento a “El club de la lucha” (ahí el juego de identidades); ni provoca interés su mimesis con “Henry, retrato de un asesino” (ahí su admirador incapaz); y ni siquiera el obvio parentesco con “El silencio de los corderos” (ahí una escena calcada) aporta nada reseñable. Demi Moore completa, con una subtrama de “thriller” a calzador, el mosaico final de una película desaprovechada. Si ese maremagnum de deudas desgasta “Mr. Brooks” fotograma a fotograma, tampoco el realizador Bruce A. Evans hace nada por ella. Con una carrada de estética “new age” humeante encima (últimamente sólo Kenneth Branagh en “La huella” había sido tan repelente), las espaldas de Costner y Hurt no son lo suficientemente anchas para aguantar tanto delirio onírico, tanto espejo barroco y tanta esquizofrenia heredándose y heredándose y heredándose hasta el infinito.

ARMA FATAL

Director: Edgar Wright
Intérpretes: Simon Pegg, Nick Frost, Jim Broadbent
Web: http://www.armafatal.es/



Edgar Wright, Simon Penn y Nick Frost dieron el pelotazo en 2004 con “Zombie’s Party”, una locura de terror que le abrió las puertas internacionales a Penn para trabajar en “Misión imposible III”. Ahora se reencuentra con sus amigotes en un proyecto cien por cien inglés titulado “Arma fatal”. ¿Y de qué va la historia? Muy sencillo, al policía Nicholas Angel, atentos a su historia personal, le destinan desde Londres (donde resolvía un 400% más de casos que sus compañeros) a un pueblecito de la campiña inglesa llamado Sandford. Lo que en principio parecía un trabajo patético para el eficiente poli, unos cuantos chiquillos a chirona y ya está, acaba en una serie de misteriosos asesinatos con psicópata de por medio.

A pesar de sus típicos dejes de humor británico y algunos “sketches” requeteconocidos, “Arma fatal” funciona. Y lo hace por su total falta de pretensiones. No quiere ser ninguno de los implicados más que una Miss Marple o un Hercules Poirot (descubrirán las referencias a “Muerte en el Nilo”) remezclados con los protagonistas de “Bad Boys” o “Le llamaban Bodhi”. Pegg y sus colegas de “birras” agitan una digna historia policíaca, aunque le sobre un trozo de metraje al final, con la geografía humana de “Little Britain”. De ese mejunje brota lo que los creadores querían: que todos nos riamos con el “asesino” (y sus circunstancias) y atemos cabos con el protagonista. Dos horas de cine entretenidas. ¿Para qué más?

DONKEY XOTE

Director: José Pozo
Voces: Andreu Buenafuente, Jose Luis Gil, Sancho Gracia
Web: http://www.donkeyxote.com/



Apelotonando “Shrek” con “Don Quijote”, aparece la producción española navideña de animación digital, “Donkey Xote”. La aventura, primero, de reclamar su nombre en un casting, y después, de alcanzar la costa de Barcelona, muestra una España de ordenador en la que cada vez hay menos héroes y éstos cada vez se parecen más a los habitantes del siglo XXI. Divertida, bien narrada, quizá lo único disonante de este nuevo intento patrio de emular a los gigantes norteamericanos, sea su falta de riesgo. Algunos personajes, obviamente ese burro idiota que quiere ser caballo, remiten en exceso a ideas que ya están muy sobadas. De todos modos, la cinta se ve con cierto agrado, a pesar de que las ínsulas ya no sean lo que eran, y todo termina con el mínimo buen sabor de boca necesario para no habernos arrepentido, con el frío que hace, de haber salido de casa con los monstruitos.

lunes, 3 de diciembre de 2007

UN BLANCO RADIANTE

RAÚL. FUNDIDO A BLANCO.

Nadie confiaba en el porvenir del cine. Ni siquiera sus padres. Edison y los Lumiere se preguntaban cómo iba a sobrevivir un divertimento que se limitaba a mostrar lo que cualquiera podría ver con sólo salir a la calle. Porque eso eran las películas de principios del siglo XX: un tren llegando a la estación o un grupo de trabajadores saliendo de la fábrica. Hasta que por allí apareció Edwin S. Porter. Este ayudante de Edison descubrió que cortando trozos de diferentes rollos de película y empalmándolos en diverso orden se podían contar historias. Relatos que te llevaban de una estancia durante una tarde a una calle que descubre el anochecer; de un ojo aterrorizado al cuchillo que lo acecha; del hombre prehistórico a lo más profundo del espacio. Así, casi sin darse cuenta, Porter había inventado el montaje cinematográfico, es decir, había creado el futuro.

Siguiendo los pasos de Edwin S. Porter, Raúl es el “Big Bang” futbolístico del Real Madrid. Si “El bueno, el feo y el malo” no se entiende sin esa alternancia de planos entre los rostros de Lee Van Cleef, Elli Wallach y Clint Eastwood, tampoco el club blanco tiene sentido sin los momentos buenos, feos y malos del jugador madrileño. ¿Ustedes se acuerdan si existíamos? ¿Quién jugaba en el club merengue antes de Raúl? La diferencia entre un plano fijo inalterable y una maravillosa sucesión de insertos que provocan risa, llanto o temor, se vuelve fútbol cuando comparamos el equipo merengue donde debutó Raúl (recordemos Zaragoza-Real Madrid, temporada 94-95) y el del sábado que arrasó al Racing.

Dice Walter Murch, montador de “Apocalypse Now”, que el parpadeo del espectador es la medida perfecta para cambiar de plano. El juego de Raúl, arte como el montaje, cumple esta premisa. El capitán únicamente deja parpadear al aficionado en el comienzo y en el final de sus jugadas. El asombro, la vivacidad futbolística que regala RGB a un equipo en racha no permite cerrar los ojos ni un segundo. Por eso, mientras cantamos gol a pase de Van Nistelrooy, bajamos los párpados para descansar de una belleza imposible de soportar. Creo que pocas cosas me han hecho tan feliz como el fútbol de Raúl y el montaje cinematográfico. Juntarlas en esta empalagosa declaración de amor y ver qué fácilmente se engarza el celuloide con la bota izquierda del “7”, demuestra que este artículo sólo puede terminar de una forma. Con un precioso fundido a blanco.

DIARIO DE UNA NIÑERA

Directores: Shari Springer Berman y Robert Pucini
Intérpretes: Scarlett Johansson, Laura Linney, Chris Evans
Web: http://www.thenannydiariesmovie.com/



Una vez visto el tráiler, «Diario de una niñera» lo tiene todo en contra. Escenas romanticoides, historia tópica de superación, niño repelente, madre repelente... esta impresión comienza a cambiar cuando nos sentamos y descubrimos que tras esta producción se encuentran Shari Springer y Robert Pulcini. La pareja de cineastas, marido y mujer, nos ha regalado cuatro trabajos ejemplares desde los bordes del Hollywood actual. «Off the menu: the last days of Chasen's», «The young and the dead» y «Wanderlust» hablan del Séptimo Arte con emocionante amor de cinéfilo. Y «American splendor», magistral mezcolanza entre la realidad, el cómic y sus estancias compartidas, celebra un homenaje impagable al artista y sus circunstancias.

Aún con dejes de producción «major» de Hollywood que la anclan como obra menor en la filmografía de los cineastas implicados, la exquisita antropología de un mundo desconocido hace que «Diario de una niñera» merezca un visionado. Porque, en el corazón del corazón del mundo occidental, Nueva York, existe un barrio situado entre Central Park y el East River, el Upper East Side, donde la gente es rica de profesión. En esas mujeres que observa Annie Braddock (Scarlett Johansson) está la clase alta verdadera, una raza incomprensible para los que nos movemos en un reino donde los euros duelen. Sus hábitos, que tan ajustadamente pone de manifiesto el filme, revelan una sociedad ensimismada (no podría ser de otra forma) y marciana. Berman y Pulcini exploran sus contradicciones burguesas con la habilidad del entomólogo que cuenta las patas de un mosquito tropical. Eso sí, el resto del metraje se olvida rápidamente: pasan la breve y bellísima Alicia Keys (sólo extraña que Dylan no la nombre en todas sus canciones), el final moralizante y políticamente correcto y, sobre todo, el inevitable ligoteo de la Johansson. Permanece la visión descarnada del inimaginablemente rico dos por ciento de la población mundial, elevando «Diario de una niñera» de comedia romántica y tontorrona a algo más.

HABITACIÓN SIN SALIDA

Director: Nimrod Antal
Intérpretes: Luke Wilson, Kate Beckinsale, Frank Whaley
Web: http://www.sonypicturesreleasing.es/sites/habitacionsinsalida/



Unos títulos de crédito con espíritu de Saul Bass y música de Paul Haslinger se transmutan en un coche solitario que recorre una carretera solitaria. Dentro de él duerme Amy Fox (Beckinsale) y conduce David Fox (Wilson), una pareja en trámites de separación. Así abre el primer rollo de «Habitación sin salida», historia de moteles ensangrentados con prácticas de violencia filmada. De evidentes conexiones con «Psicosis» (ahí está la presentación, el «voyeurismo», el matrimonio que escapa de una vida anterior, el policía en medio del metraje, el recepcionista extraño, las muertes inesperadas...), probablemente lo más divertido de esta cinta sea encontrar lazos con la inmortal obra de Hitchcock. Lo demás, puro aburrimiento. Comenzando por una pareja con muy poca química (una pista: no es culpa de Beckinsale), siguiendo por un argumento supertrillado con «snuff» de por medio, continuando por una dirección plana y terminando por unos malvados de risa.

Con dejes tan evidentes y vericuetos tan previsibles, la cosa se hunde y se hunde sin dejar salida ordenada al tedio. Como hemos dicho antes, sólo evita la siesta jugar a buscar similitudes con «Psicosis» para escribir este artículo y, de vez en cuando, echar un vistazo a lo salada que es Kate Beckinsale.

HITMAN

Director: Xavier Gens
Intérpretes: Timothy Olyphant, Dougray Scott, Olga Kurylenko
Web: http://www.hitmanlapelicula.es/



Echar una partida a «Hitman» en cualquiera de las múltiples plataformas «videojuegueras» tenía dos atractivos. El primero y más evidente, la metamorfosis del jugador en asesino a sueldo, tratando de evadir todas las miradas para llegar a su objetivo. El segundo encanto, unas misiones trepidantes que bebían directamente del imaginario cinematográfico. No se nos pueden olvidar ni Bond, ni Carter, ni Bourne, ni Hunt al pensar en la génesis del conjunto de píxeles asesinos de Eidos. Y a eso vamos; si el videojuego bebía de referencias fílmicas que se olvidaban a base de interactividad, ¿qué nos queda al revertir este camino? Pues muy poco; unos cuantos hipermanidos argumentos de género.
Atado en corto por los estudios -este filme vive en las antípodas de su debut «gore» «Frontière(s)»-, Xavier Gens no consigue saltarse las normas propias de un largometraje de acción y realiza otra manufactura sin alma para añadirla a la lista de adaptaciones de Playstation a la pantalla («Tomb Rider», otro ejemplo básico).

De esta manera, una idea interesante que nace del cine, salta al videojuego y vuelve al cine, podría haber dado mucho más de sí si se le hubiesen olvidado las taquillas -«Olyphant» es otro daño colateral de éstas- y se hubiese acercado a mundos tan cercanos como el cómic. En definitiva, el bebé videojuego vuelve al redil de celuloide y lo único que consigue son gestos de extrañeza: ¿el agente enamorándose? Va a ser que no. Lo malo, amigos «videojuegueros», es que aquí no hay joystick para cambiar el desarrollo del metraje.

BEE MOVIE

Directores: Smith & Hickner
Voces: Arturo Valls, María Adánez
Web: http://www.beemovie.com/intl/es/



Proyecto personal del cómico norteamericano Jerry Seinfield, «Bee movie» parte de una premisa bastante repetida en la animación actual. No hace falta más que echar un vistazo a la antecedente «Hormigaz» y, por tanto, a «Toma el dinero y corre», para reconocerla: un chico abeja se rebela contra el futuro de monotonía que le espera. La primera parte de la película desarrolla esa idea y nunca acaba de arrancar, atrancada en esquemas repetitivos y pequeñas demostraciones de imaginación (como ese departamento de recursos humanos de por vida).

El calentamiento global del templado arranque comienza bien avanzado el filme, justo en el momento en el que la palabra se hace insecto, y demuestra el expolio, incluso en derechos de autor, al que someten los humanos a las abejas. La aparición de ciertos músicos y ciertos actores malvados en un afortunadísimo gag desvela la tropelía cósmica: hemos saqueado sistemáticamente al panal y tenemos que pagarlo.

Pero lo mejor llega en su último tramo, con una lección esencial para los pipiolos que les acompañen. Más eficaz que una clase de Biología acaba siendo la demostración animada de la armonía de la Naturaleza. Un pequeño desajuste, llamémoslo aquí el «adolescente-abeja» Barry B. Benson, provoca un cambio inesperado en todo el ecosistema. Colocar de nuevo las mínimas piezas en su sitio tras haber señalado su vital importancia en el engranaje constituye una sabia enseñanza de este, por otra parte, correcto metraje.