lunes, 30 de noviembre de 2009

MANUAL DE SUPERVIVENCIA MADRIDISTA

1) ORGANÍZATE ANTES DE QUE TE ASALTEN: Los barcelonistas siempre vienen preparados (“Os ganamos con diez” o “Vuestro entrenador es penoso”). Parécete a Casillas y no a Valdano. Utiliza respuestas concisas y puteantes (“¿No erais vosotros los que gustaba jugar bien?” o “¿Estaba Messi?”).

Míralos, ¡cómo lo pasan con las bandericas!

2) NO TIENEN MIEDO, ¿POR QUÉ DEBERÍAS TENERLO TÚ?: Son yonquis de la victoria chunga (un gol rácano de Ibrahimovic). Eso sí, luego nos venden que les encanta el fútbol de ataque. Tú mantente firme y sereno. Piensa en Florentino durante la entrevista con los Manolos en Cuatro.


Como Floren

3) UTILIZA LA CABEZA: No hay nada mejor que un barcelonista cabreado. Ahí sí que supura el azulgrana de su piel. Pregúntales: “¿En qué pensaba el gran Busquets cuando sacó la manaza?”.

Busquets, res cogitans

4) NO NECESITAS MÁS ARMA QUE UNA FOTO DE DI STEFANO: Como una estampita, sácala del bolso. Te gritarán. Muéstrala en alto. Guarda silencio un segundo. Dí “este señor solito ha ganado más Copas de Europa que el Barça”. Guarda la foto con cuidado. Continuarán gritando. Aléjate lentamente dando gracias a la alopecia de D. Alfredo.

Imprime ésta

5) PROTECCIÓN IDEAL = UNA IMAGEN DE CR9: Lleva a nuestro poligonero favorito en los calzones o en las “pastis” del “after”. Llévalo, joder.

La llevo en el salpicadero

6) ELIMINA TODOS LOS PUNTOS POR LOS QUE PUEDAN ACCEDER A TI: Los barcelonistas son personal muy brasas… y muy predecible. Sabes donde paran. Esta semana evita bares, no hables con tu compañero de curro y, ¡qué se joda tu tío!, no le cojas el teléfono.

Ahora mismo, están tapiando mi casa

7) NO VEAS OTRA COSA QUE REAL MADRID TV: ¿Para qué quieres el resto de los canales? ¿Necesitas enterarte de algo más?


Total, pa ver estas mierdas...

8) SÉ ÁGIL. SÉ DISCRETO. SÉ SILENCIOSO. ESTÁTE ALERTA: Resumiendo, como Raúl (pero no el Raúl de ayer).

Sí, a éste me refiero

9) NINGÚN LUGAR ES SEGURO, SÓLO ES MÁS SEGURO QUE EL ANTERIOR: No te confíes. Esa chusma puede aparecer en la peña madridista, en el bar madridista. Recuerda la regla seis. Ya dominas cómo te van a increpar. Ten claro que en el derby descubrieron que no son los mismos.

Aquí hay un barcelonista... y no es Roncero...

10) LOS BARCELONISTAS PODRÁN CALLARSE, PERO LA AMENAZA SIGUE VIVA: ¿Ves al bebé (se llama Claudia, en mi caso) al que cantas el Himno del Centenario imitando a Plácido Domingo? No te confíes. Conociendo a su padre, probablemente sea una futura barcelonista.


Sí, es José María Cano con gomina, coleta y frac.

11) LEE “MANUAL DE SUPERVIVENCIA ZOMBIE” (ED. BERENICE), DE MAX BROOKS: Una maravilla para superar este mal trago.

¡Cómo te queremos, Brooks, cómo te queremos!

sábado, 28 de noviembre de 2009

EL BAILE DE LA VICTORIA

Director: Fernando Trueba
Intérpretes: Ricardo Darín, Abel Ayala, Miranda Bodenhofer



En una de las presentaciones de “El baile de la victoria”, Fernando Trueba declaraba que “la cultura no puede ser nacional”. Siguiendo esta máxima, su obra vive en viaje, en permanente tránsito: traspasa fronteras (“Two much”, “El milagro de Candeal”), quema pasaportes (“El sueño del mono loco”) y regresa a casa (“Belle epoque”, “La niña de tus ojos”, “Ópera prima”). El accidentado estreno de “El embrujo de Shangai” dio paso al documental y, sólo al cabo de seis años, vuelve Trueba a atacar una ficción: la adaptación de la novela “El baile de la victoria” de Antonio Skármeta.

Construida a partir de dos personajes, el ladronzuelo Ángel Santiago (Abel Ayala) y el ladrón Nicolás Vergara (Ricardo Darín), el filme opta por lo inmenso: una época histórica tumultuosa (el Chile del encarcelamiento londinense de Pinochet), el reencuentro con una vida anterior, un amor desbordado, un robo a un ex - militar, una venganza en ciernes… Acaso semejante cantidad de elementos narrativos, aquí alineados uno tras otro, abrumaría. Pero no es el caso de la primera hora de metraje. En ese rato se obvia la intención de Trueba de imprimir a cada fotograma, a cada transición, una insoportable trascendencia. Y esto lo consigue “El baile de la victoria” con la alternancia hábil, rítmica de sus dos historias paralelas. Comandadas por el encanto de Ayala y Bodenhofer (especialmente de la segunda, con ese misterio atormentado) y por la solvencia de Ricardo Darín, uno sí se inmerge en la pelea (“lutte”, en francés, por hermanarla con “noir”) que estos personajes disputan con su pasado y su futuro.

La película se trompica y se embarulla en el cruce de caminos de los protagonistas durante el tercio final. Demasiadas aspiraciones (trata de tocar un número inabarcable de géneros), demasiado entramado (no se acaban de entender muchos “por qué” de la resolución) y demasiado efectismo. En este último exceso, uno recuerda la fábula del león enamorado de Esopo, cuento que el director madrileño utilizó en uno de sus cortos de aprendizaje. La dinámica de este Trueba monumental, de intenciones trascendentes (paradójicamente, las menos trascendentes de las intenciones) contrasta con la de aquel cineasta ingrávido, de intenciones intrascendentes (paradójicamente, las más trascendentes de las intenciones). Como si Trueba, cual león enamorado, se hubiese arrancado los dientes y se hubiese cortado las uñas y hubiese dejado de ser él.

PARANORMAL ACTIVITY

Director: Oren Peli
Intérpretes: Kathy Featherston, Micah Sloat, Ashley Palmer
Web: http://paranormalactivity-movie.com/



Quince mil dólares de producción y cien millones de recaudación. Esas son las cifras de “Paranormal activity”, el mayor “sleeper” de la historia del cine. Su director, Oren Peli, aprovechó los recursos que están reescribiendo el modo de filmar en el siglo XXI: cámara digital, actores desconocidos, abundantes interiores, la obligación de un rodaje corto y eficaz y el objetivo puesto en las nuevas formas de distribución (youtube, Itunes, myspace). ¿Qué es lo que suele ocurrir en estos casos? Que nunca despejan en la ecuación la incógnita más importante: el guión. Porque, al final, ese es el punto vital que disuelve el resto en nadería, en la anécdota de una producción limitadísima que alcanza el número uno de taquilla.

El texto de Peli rechina de referencias. Ectoplasmas de “Poltergeist” (1982); relaciones de pareja de “La semilla del diablo” (1968); majaderías teológicas de “El exorcista” (1973) y una dosis de “La bruja de Blair” (1999). Entre el montón de “homenajes” y admitiendo la inteligencia de Peli (esa “cámara-terapia” que nace, crece y muere), uno distingue mínimas novedades, mínimos retos al espectador. El conjunto, aunque haya sorprendido al público de EEUU, suena a sabido, a visto ya, a indiferente.

lunes, 23 de noviembre de 2009

APOLOGÍA DEL GOL DE MIERDA


Un gol de mierda, vamos

Después de muchos años de estudio, el doctor Lewis F. Cheese (Universidad de Virginia Occidental) presentó ayer en un banco del Retiro sus conclusiones sobre una materia vital en fútbol: el gol de mierda, también conocido como gol basura, gol detrito, gol cadáver o “cualquieradelosgolesdeJulioSalinas”. El profesor, rodeado de sus colaboradores y tres palomas, puso las cosas claras antes de arrancar la conferencia: “Entérense, señores, una gran parte de los goles que ustedes cantan los fines de semana son goles de mierda.”. Murmullos en la audiencia. “Mierda, usted y Florentino”, gritó un jubileta del Atleti. “No se me acaloren”, continuó Cheese, “fíjense en la jornada pasada. ¿El primer gol de Huche contra el Osasuna? Bazofia. ¿Y qué me dicen del de Bilic? Una cagada. ¡Ah, tampoco se me olviden del tercero del Valencia!”. Más lío. “Escuchando “Eleanor Rigby” (se refería el profesor a “All the lonely people/ where do they belong?”) lo pensé. ¿Qué ocurre con esos goles que no son ni tan feos ni tan bellos como para recordarlos?”. Tuve que intervenir, emocionado. “¡Profesor, a mí me pasa con los actores mediocres! ¡Andoni Ferreño, Juan Carlos Martín o Lola Baldrich! ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Dónde se han ido?”.

“Ay, amigo Galán, es usted imbécil. Mezcla las partes con el todo”, me respondió cabreado. “Tomemos como ejemplo el partido de ayer (por antesdeayer) del Real Madrid y el gol patético de Higuaín. Revivamos la jugada: centro de Kaká, rechace de Toño a la cabeza de Garay, que la entrega al “Pipita” y éste último marca, trompicado. Un gol lamentable en un partido lamentable. Pero lo que importa no es el gol ni el partido, dos eventos particulares que el espacio-tiempo ya se ha encargado de borrar. El gol basura es un elemento necesario, no suficiente, si quieres lograr el todo, la Liga. Ésos son los goles que te permiten llegar líder al Camp Nou, ésos son los goles que han permitido a este Real Madrid repetir los números de Antic”. Como buen pupilo, le debía responder: “¿Y si un equipo sólo marca goles basura? ¿Podríamos ganar una liga sin saber cómo?”. Mi maestro (siempre hace lo mismo con las preguntas incómodas) empezó a tararear, pupilas en blanco, “Sit on my face (and tell me that you love me)”.


El tercero de Salinas, un gol "bazura"

sábado, 21 de noviembre de 2009

LA SAGA CREPÚSCULO: LUNA NUEVA

Director: Chris Weitz
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner
Web: http://www.lasagacrepusculo.es/



“¡Son guapísimos!”, gritó una adolescente en la sala. El licántropo Jacob Black (Taylor Lautner) y sus colegas salían del bosque con el torso desnudo (mucho “pechaco” al albor hay en “Luna Nueva”) y esa ficción de perfección masculina postmoderna (nótese la contradicción: femenina, viril, mortuoria, impulsiva, atormentada y depilada) provocaba espasmos entre las mocitas. Porque el interés de “Luna nueva” se encuentra en analizar los mecanismos que la autora mormona Stephanie Meyer ha logrado identificar y manejar para “con-mover” (emoción igual a facturación) a un número increíble de “teenagers” femeninas.

Si eliminamos el componente sociológico (repito, lo importante), ¿cuánto vale la película de Weitz? Muy poco: un culebrón mediocre plagado de amores góticos, frases imposibles, cámaras lentas, poses suicidas y un final ultraconservador. Por tanto, se impone descifrar los elementos que convierten a “Luna Nueva” en un fenómeno planetario. Meyer actualiza el romanticismo decimonónico (las referencias, “Cumbres borrascosas” y “Romeo y Julieta”); lo mezcla con dos o tres arquetipos (el vampiro, el príncipe azul y el metrosexual); y le da una pátina religiosa (de semejante pasión, ¿no debería salir un ratillo de sexo, amigos?).

Con ese entusiasmo del que expande su franquicia, la autora ha entregado a la editorial un libro tras otro. Y ahí está su público, dispuesto a seguir consumiendo los vaivenes en la relación de Bella y Edward. Sólo una duda: ¿está Stephanie Meyer en deuda con Robert Pattinson o viceversa? Un actor limitado (recuerda a Luke Perry) se topa con su personaje definitivo y no necesita nada más. ¿Su futuro? Tener mala suerte y acabar como David Hasselhoff, regurgitando hamburguesas en un suelo de Las Vegas; o tener buena suerte y acabar como Adam West, autoparodiándose en “Padre de familia”.

AMELIA

Directora: Mira Naïr
Intérpretes: Hillary Swank, Richard Gere, Ewan McGregor
Web: http://www.foxsearchlight.com/amelia/



“Como yo, ella tenía el sueño de volar/ Como Ícaro elevándose/ en brazos inconscientes./ Amelia, sólo fue una falsa alarma”, cantaba Joni Mitchell. Si la vida de Amelia Earhart fue un compendio de hazañas y marketing, no es extraño que después de su muerte las mitificaciones de su existencia empezasen a aparecer rápidamente: la canción “Amelia Earhart’s Last Flight” de Red River Dave McEnery (1939) o la adaptación libre “Un encuentro en el Pacífico” de Lothar Mendes (1943).

Hollywood y su eterna afición a los “biopics” de héroes norteamericanos (categoría en la que cohabitan músicos, militares o cómicos) debía ofrecer su perspectiva sobre la aviadora. Tras intentos muy olvidables (en España, aterrizó en DVD “Amelia Earhart, el vuelo final” con una Diane Keaton desubicadísima), Hillary Swank parecía la opción perfecta para el papel. Ella y la realizadora Mira Naïr (“La boda del monzón”, “Salaam Bombay!”) levantan una filme que, en diferentes manos, habría caído en arenas movedizas. Aún con los vicios de estas producciones (cierto, algunas vergonzantes: las convivencias con Gore Vidal, esa gélida disputa entre dos hombres y sus excesivos secundarios de cartón), “Amelia” no merece un vapuleo en automático. Por un lado, Hillary Swank reafirma su condición de “male leading actress” y mimetiza a Earhart en gestos, sonrisas y durezas. Pero quizá una gran parte de la dignidad de “Amelia” sea responsabilidad de Mira Naïr. Maquillando millones de dólares, la directora india vuelve a honrar su mínimo discurso formal como recurso que evita imposturas y engendra dialéctica con la historia narrada. Entiende Naïr (lo entendió antes Joni Mitchell) que de nada serviría retratar a una heroína tan poco heroína con las monumentales rutinas del “biopic” hollywoodiense. Aunque “Amalia” sea una falsa alarma a la espera de la película definitiva sobre Earhart, el esfuerzo de Naïr (con sus evidentes fallos) se valora por su discreción, por su falta de pretensiones. Un mérito inusual en una superproducción, vamos.

TENDERNESS

Director: John Polson
Intérpretes: Russell Crowe, Jon Foster, Sophie Traub
Web: http://www.tenderness.es/



La relación de la carretera y las parejas psicopáticas merecería un capítulo en cualquier estudio serio del “noir” cinematográfico. Entre otros (y cada uno con sus matices psicopatológicos), sería obligado citar a Martha Beck y Raymond Fernández (“The honeymoon killers”, 1969; “Profundo carmesí”, 1996; “Corazones solitarios”, 2005); a Bonnie Parker y Clyde Barrow (“Bonnie & Clyde”, 1967); a Charles Starkweather y Cyril Fugate (“Malas tierras”, 1973; “Asesinos natos”, 1994); a Henry Lee Lucas y Otis Toole (“Henry, retrato de un asesino”, 1986) y a Dick Hickock y Perry Smith (“A sangre fría”, 1967).

En “Tenderness” John Polson adapta la estupenda novela de Robert Cormier y cuenta el viaje sin destino de dos jóvenes: un parricida recién salido del centro de menores y una adolescente enamorada del peligro. El principal reproche que se le puede hacer al filme es su irregular compromiso con el subgénero. En determinados tramos (uno sobresale: el continuo regreso al primer crimen), Polson se revuelca en un lirismo ajado que repele la esencia sucia, parafílica, violenta y devastada de la relación entre los protagonistas y la “carretera-mundo”. Precisamente al abandonar el tono pastel, su obra gana enteros. De una película recomendable, permanecen el implacable retrato de Russell Crowe de un policía obsesionado por un culpable (magnífico texto de Cormier en boca del madero: “Es un adicto a la intimidad del asesinato. A esa ternura”) y la redención del asesino que el propio agente pospone, como un dios terreno, hasta el día del Juicio Final.

sábado, 14 de noviembre de 2009

CUENTO DE NAVIDAD

Director: Robert Zemeckis
Web: http://www.disney.com/christmascarol/



Justo en el cambio de siglo, el director Robert Zemeckis decidió abandonar el cine de acción real. Desde “Locos por ellos” (un recorrido nostálgico por una parte de la historia norteamericana sólo comparable a “American Graffitti”), sus películas se regían por el “craftmanship” de la industria hollywoodiense clásica (léase, por ejemplo, Richard Fleischer): productos muy bien terminados, muy entretenidos y, aquí el truco, obsesionados por emocionar en cada plano (bien a través de la novelesca, “Tras el corazón verde”, “¿Quién engaño a Roger Rabbit”, “Regreso al futuro”; o del drama ligero, “Forrest Gump”, “Contact”, “Náufrago”).

Tratando de expandir los límites de su cine (y sospechamos que con la intención mesiánica de expandir los del Cine), la segunda etapa de la obra de Zemeckis se centra en rodar películas de acción digital (el físico de los actores es monitorizado y posteriormente digitalizado). Mediante una tecnología en ciernes, el cineasta levanta “Polar Express”, un filme desprovisto por el píxel de esa emoción, de ese encanto que rebosaba su producción previa. Aún mejorando la técnica y con un guión adulto, “Beouwolf” tropieza en la misma piedra: el trabajo de sus intérpretes (lo suponemos titánico) no se sobrepone a una frialdad autoimpuesta por la opción formal de Zemeckis.

“Un cuento de Navidad” continúa la aventura digital del director y presenta, a falta de una técnica depurada, similares problemas. Si obviamos la innegable laboriosidad de la estupenda versión 3D, uno aprecia lo mucho que el “cómo” puede enturbiar el “qué”. Con el magnifico (y manoseado) cuento de Dickens ocurre esto: la fábula (y, por tanto, la moraleja) de ese anciano miserable se oscurece tras la enormidad del artificio de la producción Disney. Ni un excesivo Jim Carrey, perdido entre capas y capas digitales, entre papeles y más papeles, es capaz de que nos atrape la esencia del cuento, aquello por lo que el escritor británico peleaba: su enseñanza moral. Definitivamente, con menos medios y con igual objetivo (reinterpetar “Un cuento de Navidad”), preferimos “Los fantasmas atacan al jefe” (Richard Donner, 1988).

lunes, 9 de noviembre de 2009

IN JUANITO NAVARRO WE TRUST

Juanito, you're a crack!

Sí. Lo sé. Es jodido de entender. Me río con Juanito Navarro. Su calva ácida, su puro relamido y sus ojos de presbítero vicioso provocan que me parta el culo moreno. ¡Y no me vengan de gafapastas, so cabestros! Sé que a ustedes (igual) no les pasa con Juanito pero no me jodan: seguro que se estallan al contemplar a Arévalo imitar a un gangoso, a Miguel Caiceo disfrazarse de chacha andaluza o a Marianico el Corto crear (mediante el método Stanislavski) a ese personaje poliédrico que conocemos como “puto paleto maño”. En impactantes declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA a raíz de su “espectaculazo” “Risas sin crisis”, Juanito comentaba que “lo importante de la revista es que tenga mucha risa y mujeres guapas”. Juanito es nuestro John Rambo nacional. Joder, vaya si sabe lo que hace. Por eso se me revienta el huevo izquierdo con él.

En el Real Madrid uno echa de menos una fórmula tan clara como la “navarrista”. Si el sabio Juanito postula que “tetuques” más “comedieta” ye igual a “Revista”, yo todavía no he encontrado a nadie (Valdano lo intenta) que me diga cuál es la fórmula del equipo madridista. El sábado contra el Atlético sacamos a los once elementos necesarios (en mi opinión, a falta de CR9) y aún así no ofrecimos una idea que aportase indicios de equipo compacto que supere sus partes y funcione al ritmo de una totalidad. Fíjense en los comentaristas deportivos (¡por fin algo que me emparenta con Pipi Estrada!): no hemos hablado en toda la temporada del conjunto sino de jugadores individuales con problemas individuales (¿Debe jugar Raúl? ¿Marcelo posee el nivel? ¿Nos libramos de Gago? ¿Cuándo carburará Kaká? ¿Cuánta masa encefálica hay en la cavidad craneana de Sergio Ramos? ¿Por qué no metemos a Guti en “Curso del 63”?).

Sólo se diluyen nuestros problemas al enfrentarnos a equipos menores o muy diezmados. El Atlético de Madrid entra en ambas categorías. La isla que habita Agüero en ese equipo es similar a la de “Perdidos”: el argentino ve “flashbacks” (“¿por qué firmaría yo aquí?”) y “flashforwards” (“¿Me piraré pronto?”). Demasiado poco tiempo lleva Quique y, política habitual del club rojiblanco, demasiado poco tiempo le van a dar para arreglar el lío que tiene montado. Eso sí, con el Atleti habría que utilizar de nuevo la magnífica fórmula Navarro y explicarles que un equipo mediocre más un entrenador notable no equivale a una clasificación europea.

domingo, 8 de noviembre de 2009

JULIE Y JULIA

Directora: Nora Ephron
Intépretes: Meryl Streep, Amy Adams, Stanley Tucci
Web: http://julieandjulia.com/



Winterbottom, engaña. Lynch, nos engaña. Almodóvar, se engaña. Nora Ephron, no engaña. Eso podemos sacar en conclusión mientras recorremos en imdb.com su filmografía: un conglomerado muy desigual que reitera géneros (comedia) y temáticas (la pareja y sus circunstancias). Tras la estela de Woody Allen y Rob Reiner, la cineasta jamás ha repetido su trabajo de referencia: el texto de "Cuando Harry encontró a Sally", una obra maestra que debería estudiarse en cada una de las facultades de Comunicación del mundo mundial. Apartando este caso extraordinario, la suma de sus producciones (uno no se atrevería a distinguir cuándo funciona de guionista y cuándo de directora) resulta irregular: desde la (personalísima) "Se acabó el pastel" o la mediocre "Algo para recordar" hasta las vergonzantes "Michael" o "Embrujada", la filmografía de Ephron apunta siempre al olvido.

"Julie y Julia" se enlista en los quehaceres habituales de la producción de la realizadora. Un reparto dignísimo (Streep y Smart, aquí en compartimentos estancos, ya habían intervenido juntas en "La duda"; Tucci no sabe no deslumbrar) y un planteamiento acertado (un par de historias entrecruzadas, solas no ocuparían un largo), ni siquiera permiten obviar la insensible corrección del total. Existen los "gags" (sus dos tramas interlazadas obligan a alguna media sonrisa) y determinados instantes donde la Streep y Tucci elevan el tono del guión (especialmente, durante un rato de ternura en un sofá). Mínimos detalles que no salvan a "Julie y Julia" del anonimato y que lo único que provocan (así de mal estoy) es recordar a Diane Keaton, una contemporánea de Ephron que, como ella, anda bastante perdida.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

CON FRANCISCO AYALA (1906-2009) EN OVIEDO

INT. AULA MAGNA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO. 14-06-06.
En el centenario de Francisco Ayala (1906-2009), ¡el propio escritor! se acerca a Oviedo a hablar de su obra y de su (imposible) edad. Charla lúcido, alegre, combativo, tierno (y medio sordo) de su experiencia vital y de la muerte; de Federico García Lorca y de ¡verle! tocar “Los cuatro muleros” al piano; de Ramón Pérez de Ayala y de cómo regresa el pasado cuando menos te lo esperas... Mientras tanto, Eduardo Galán habita generosamente un bancal esperando sacar algo para escribir sobre la relación de Ayala con el cine en “La Nueva España”.

EDUARDO GALÁN (muy, muy acojonado): Querría preguntarle sobre su relación con el cine. Ya sé que ha escrito sobre ella (“Indagación del cinema”, 1929) pero me gustaría que lo abordase desde lo personal: ¿qué ha sido para usted el cine?
FRANCISCO AYALA: Yo ya dije que el cine era una experiencia básica de mi vida porque soy contemporáneo del cine. El cine comienza al mismo tiempo que mi vida y he escrito el primer libro sobre cosas de cine que se publicó en España, “Indagación del cinema”, no recuerdo la fecha pero creo que fue allá en los años veinte. El cine es sustancial en mi vida, como creo que para todos nosotros. No habrá nadie hoy día que viva en el mundo, no sólo en nuestra civilización sino en las otras, que no sienta que el cine forma parte de su experiencia vital, de su vida. El cine puede haber influido en mi literatura y, desde luego, ha influido enormemente en mis valoraciones de la realidad social y de la realidad artística. ¿Qué más voy a decir?

La escena final disponible aquí, justo en el minuto 54:30.

¡FRAN NIXON LO HA VUELTO A HACER!

Impulsado por fuerzas satánicas (no tengo nada que ver, no jodais), el amiguete Fran Nixon se ha vuelto a meter en un barulloquetecagasporlasbragas al hablar de Polanski.

Es nuestro Juanito del Pop.

martes, 3 de noviembre de 2009

TRÍLER(O)

THIS IS IT
Director: Kenny Ortega
Web: www.thisisit-movie.com



Después de ver “This is it”, la filmación de Kenny Ortega de los ensayos póstumos de Michael Jackson, uno se pregunta: ¿qué van a incluir en los “extras” del DVD? Si eliminamos el gigantesco trabajo de postproducción (simultáneamente, representación de lo que pudo haber sido y “re-creación” de sus canciones), el documental se reduce a una serie de cintas de recurso de las que se ensambla un “reality” blando sobre los momentos finales de la vida del “rey del pop”. Esta vertiente del metraje parece la principal motivación de los asistentes al cine: abrillantar al mito y husmear la intimidad del recluso Jackson (Warren Zevon la bautizó “la espléndida soledad de Michael Jackson”) cuando él ya no puede controlarla. Conoce Ortega cómo se “con-mueve” al espectador (emoción igual a facturación) y así expande un material mínimo, aprovechando eso que Fernando de Felipe constata en “La risa oblicua” (Ed. Ocho y Medio): “(En nuestra época se produce la) sacralización de la ilusión a la vez que la deriva de la verdad”.

Cada minuto de “This is it” es una gran mentira. Ahí su gran virtud (filmar es mentir) y su gran defecto (aunque emocionen, no equivalen varios descartes a un filme). No vale que una cámara siluetee la escuálida figura de Jacko y asumamos que rebosaba salud; no vale que de una sala de montaje salgan coreografías impresionantes (extraídas de, al menos, cinco ensayos) y asumamos que las ¡cincuenta! fechas londinenses iban a funcionar; no vale que los efectos digitales llenen la pantalla y asumamos que el resultado se replicaría en el O2 de Londres (quien lo conoce, lo sabe).

Todo esto no vale… y vale. Porque si el objetivo del megaespectáculo era crear un truco final inolvidable (eso repiten los implicados), Michael Jackson lo ha conseguido a la manera de Elvis Presley o Andy Kaufman. Celuloide (Kenny Ortega mediante) y mortaja (“Propofol” mediante) construyen la ilusión (eterna) del “podría haber sido”. Y es éste un artificio mucho más potente que la verdad (demoledora) del “fue”: un pretérito definitivo que, no muerto Jackson, hubiese certificado su último concierto londinense en Marzo de 2010.

Y, ¿la música? Lo mejor de la “mega-post-producción”. Las monumentales “Man on the mirror”, “Billie Jean” o “The way you make me feel” son atacadas por MJ y sus colaboradores con la exacta reverencia. Eso sí, la respuesta no se encuentra en “This is it”. Otro “zombie” incorrupto, John Lennon, nos la regaló refiriéndose a los Beatles: “La gente habla (de nuestra ruptura) como si fuese el fin del mundo. Somos sólo un grupo que se separó: nada importante. Si quieres recordar, ahí tienes nuestros discos”.

Nota al pie: El Sr. Insustancial (ese guionista, periodista, escritor... "punk" y "bon vivant", ¿no son lo mismo?) me ha creado un personaje (llamémosle "GALAN 9000") que siempre dice cosas inteligentes (y supongo que también se ría condescendientemente tal que "jo, jo, jo"). No desmerezcan al Sr. Insustancial cuando me conozcan y les defraude. En su entrada "Ilusiones y realidades" hace referencia a este artículo con más acierto que el propio artículo. Las maravillas del (su) talento y del aprecio que nos tenemos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

¡QUEREMOS A GUTI EN "GRAN HERMANO"!

Guti, un monstruo "hípercristiano", "híperfutbolero" y, cáguense, "híperhumano".

Como aconseja Ernesto Sevilla en “La hora chanante”, hay que insultarse más. Al igual que el cómico albaceteño, Guti apuesta por el humor surrealista en una entrevista reciente: "Soy un Guti más humano, cristiano y futbolero". Tipo listo este Chema. ¿Cómo se es más cristiano?: ¿cantando en latín en el “after”? ¿disfrazándose de nazareno en Semana Santa? ¿Cómo se es más futbolero?: ¿siendo menos futbolista? ¿llevando un puro y un bocata al "fúrbol"? Y ¿cómo se es más humano? Eso sí que no me entra en el cabezón. No hay forma de ser "híperhumano", como no existe la "hípergravedad" (salvo cuando ves a Falete caerse) o un "hípermamífero" (salvo cuando ves a Aznar musculándose). Aunque si hubiese que aislar una categoría que nos defina como humanos, yo me decidiría por la empatía.

Ahí es dónde empiezo a pensar que Guti, siguiendo con sus propias categorías mentales y mi apuesta por la empatía, es subhumano. Que Pellegrini admita que tuvo que cambiarle en Alcorcón porque "si no, le iban a expulsar" descalifica al jugador, al entrenador, al director deportivo y al presidente. ¿Estamos en cadetes? No creo, faltaría que Chendo lavase las toallas del equipo. Aún jugando como un "teenager" encabronado, que se descubra que supuestamente José María supuestamente mandó supuestamente a Manuel a supuestamente "tomar por el culo” supuestamente demuestra el compromiso de Guti con Ernesto Sevilla y revela que, aunque nos hayamos gastado un pastonazo este verano, seguimos siendo (con permiso del Atleti, Nanín y Calderón) el club más bizarro del futbol español. En lo que llevamos de temporada (¡dos meses!), Roberto Carlos se ha ofrecido a jugar gratis (y Marcelo vive asustado desde entonces); Sergio Ramos se dedica a presentar Audis; Cristiano canta con una post-producción a lo Madonna y el Milán nos gana en casa con mi abuelo en la alineación inicial. Por eso, continuando nuestra sufrida labor al servicio del club (y del bizarrismo), recomendamos que Guti se presente al casting de "Gran hermano".

Fijénse, si lo tiene todo: le acaba de dejar su mujer, lleva tatuajes, es metrosexual, insulta mucho (y bien), se busca conflictos a cascoporro, curra menos que el mono de Michael Jackson y hace declaraciones incendiarias. Y eso ocurre en un grupo de tíos: imagínense qué pasaría si incluimos en la ecuación a unas cuantas mozucas y a una posible portada de “Interviú”. ¡Milá, prepárate! ¡Here comes José María!