martes, 26 de junio de 2007

LAST DAYS

LAST DAYS
Director: Gus Van Sant
Intérpretes: Michael Pitt, Lukas Haas, Asia Argento
Web: http://www.vertigofilms.es/last-days/

Gus Van Sant cierra su trilogía inspirada por noticias de la prensa, “Gerry” y “Elephant” fueron las anteriores, con “Last days”. Y la verdad es que esta biografía de personajes bajo pseudónimo hace honor a sus hermanas mayores: resulta tan vacua y artificiosa como ellas. Toca en esta ocasión relatar los últimos días de Kurt Cobain, el líder de “Nirvana”, aquí llamado Blake. Alrededor del cantante desfilan amigos, compañeros, representantes, familiares… que no consiguen nunca lo que necesitan de Kurt. Ni que comience un tour, ni que finalice una canción, ni que abandone las drogas…
Lo mismo que a la troupe cobaininana, le pasa al espectador: no sacamos nada de esta película. Por no conseguir, no conseguimos ni entender lo que dice el protagonista. ¿Una serie de frases inconexas? Vale, bien pueden ser las de un adicto (fíjense en Pocholo) pero en celuloide sólo sirven para cargar a cualquier ser humano. Billy Wilder resumía los diez mandamientos en uno: “No aburrirás”. Gus Van Sant, últimamente obsesionado con la experimentación (¿dónde habrá quedado “Todo por un sueño”?), le hace un corte de manga al maestro vienés. El “qué” cuento le importa un rábano. Mi sello de autor por encima de la historia… vamos: menudo petardo.
Claro, si juzgamos a posteriori todo vale. Un ejemplo: Blake toca la guitarra y la cámara, lentamente, muymuy lentamente (la escena dura 3 interminables minutos), se aleja de la ventana abriendo el plano. Eso, que podría interpretarse como “la perfecta metáfora para expresar la incomunicación del ser con su entorno y la alienación que produce la fama en el artista”, en realidad es un peñazo al cuadrado. Decimos al cuadrado porque venimos de aguantar durante sesenta minutos la insoportable actuación de Michael Pitt (Blake/ Kurt) y las maneras autocomplacientes de Van Sant retratando a un Cobain entre lo maldito y lo patético. Puffffff, y todavía queda media hora.

CRONICAS

CRONICAS
Director: Sebastián Cordero
Intérpretes: John Leguizamo, Leonor Watling, Alfred Molina
Siempre que se estrena una cinta crítica con los medios de comunicación, las referencias son inevitables: por ahí desfilan “Network”, “El gran carnaval”, “Mad city”... Todas ellas aportan una visión desoladora sobre el ser humano y sus circunstancias (tecnológicas), aunque “Crónicas” nos sitúa en un nuevo escenario, recién nacido para la televisión: el tercer mundo.
En la superficie de la película de Sebastián Cordero se encuentra un “thriller” rutinario, aceptablemente montado y algo previsible, pero lo esencial se encuentra dentro de sus entrañas. El filme pone de manifiesto los difuminados límites que existen en los países subdesarrollados entre la policía, el Estado y la prensa. En estos lugares, las fronteras se vuelven tan nimias, tan imperceptibles, que la legalidad, la ética o la moralidad son conceptos marcianos y nunca superiores al hambre. Así, no pasaría nada si trastocásemos una de las escenas clave haciendo que la policía linchase a un periodista mientras la multitud observa. Con sus irregularidades y, sobre todo, con su honestidad, “Crónicas” escarba en el barro para encontrar el maremagno de violencia donde se engendran los monstruos junto a los que los observan sin pestañear. Ahí, ante la evidencia, es cuando nos damos cuenta de que el horror no tiene límites.

SHREK 3

SHREK TERCERO
Director: Miller/ Hui
Web: http://www.shrekthethird.com/

La primera “Shrek” trajo a nuestras pantallas una cierta renovación. El cine de animación digital ampliaba sus miras, siempre desde una visión infantil, y daba una oportunidad a los padres para disfrutar un filme de dibujos a la vez que sus pipiolos. Shrek era un ogro bastante punk que habitaba una Edad Media anacrónica y graciosa. Poco a poco, comenzando con la desafortunada segunda entrega, el encanto que poseía el original se ha ido desgastando hasta caer, en “Shrek tercero”, en la repetición de una serie de automatismos conocidísimos. Cierto que entretiene, que es amable y que la BSO es muy divertida, pero todo eso le viene en los genes. Poco aportan las peripecias con el nuevo candidato a Rey, las diversas tonterías de asno, los respectivos aumentos de familia… esperemos que el “spin-off” del gato con botas (y de Antonio Banderas, por tanto) relance a una serie que, desgraciadamente, se apaga poco a poco.

jueves, 21 de junio de 2007

BAJO LAS ESTRELLAS

«Bajo las estrellas»
Director: Félix Viscarret. Intérpretes: Alberto San Juan, Emma Suárez, Julián Villagrán.
Web: http://www.bajolasestrellas.es/

Hay muchos astros en «Bajo las estrellas» pero el más fascinante y canalla es el que ha iluminado a Alberto San Juan. Se llama Benito Lacunza y usa la trompeta para echar a los últimos clientes de los clubes madrileños. Sólo hay un obstáculo para su «triunfo» en la capital: su padre se muere y Benito tiene que volver a Estella. Aislado en el tiempo, su pueblo natal camina lentamente hacia Dios sabe dónde: su hermano Lalo sigue siendo un proyecto de escultor, su tía sigue maquinando con la herencia y allí sigue Nines (¿envejece Emma Suárez?), ahora novia de Lalo, con la que todavía guarda alguna deuda pendiente.

A San Juan, un actor irregular, le vio la Virgen (de Estella). Benito Lacunza, personaje riquísimo de matices: tierno, miserable, jeta, seductorÉ le da al actor la oportunidad de agitar un sólido filme. A falta de leer la novela en la que está basada, la habilidad fílmica de Viscarret es evidente: conjuga, sin despeinarse, naturalismo, compromiso, agilidad y, sobre todo, emoción. Porque, al final, ahí está el secreto de «Bajo las estrellas» (y del cine): barnizar el metraje de emoción. Algo complicado de conseguir pero que Viscarret alcanza con una picardía comparable a la de su protagonista (¡qué bueno ye tener talento, señora!). Imposible no implicarse y no viajar a ese pueblo berlanguiano de muertos vestidos de requeté, mozos borrachos, camareros demodés y buscadores de metales. En el medio, refulgen Lacunza, su «puerquita» y los astros, dando luz a una de las películas españolas más recomendables de la temporada.

sábado, 16 de junio de 2007

HISTORIA DE UN CRIMEN

HISTORIA DE UN CRIMEN
Director: Douglas McGrath
Intérpretes: Toby Jones, Sandra Bullock, Sigourney Weaver
Web: http://wip.warnerbros.com/infamous/

Es una pena que a esta película, de mano, se la valore por comparación. No entendemos bien por qué o por quién, pero comparte exactamente la trama y el año de producción (2005) de “Capote”. Ambas cuentan la estrecha relación que se estableció entre Truman Capote y Perry Smith, uno de los asesinos retratados por el escritor en su “novela de no ficción”, esa obra maestra, oscura y dolorosa, titulada “A sangre fría”. Para pasar página y olvidarnos de “Capote”, “miembro fantasma” al que se sobrepone “Historia de un crimen”, la conclusión es que el estreno de ayer supera a la anterior en profundidad narrativa y atesora bastante más riqueza expresiva en la dirección. En cambio, en lo interpretativo empatan (¿habría problema en intercambiar a las espléndidas Keener y Bullock?). Además, sólo podríamos basarnos en el físico para preferir a Toby Jones sobre Philip Seymour Hoffman. Indudablemente, Jones, un actor extraordinario, compruébenlo en la reciente “El velo pintado”, posee un mayor parecido (¡increíble!) al literato neoyorquino.
El libreto de McGrath tiene pocos peros: retumba el efectismo del “enamoramiento” carcelario con Smith (Daniel Craig, algo pasado de vueltas) y se sigue obviando, aunque menos que en “Capote”, la relación del novelista con su eterno “no-novio” Jack Dunphy, personaje esencial para comprender al escritor. Su mayores logros comienzan en el colorido mosaico de la alta sociedad neoyorquina y culminan en la hábil disección de cómo Capote, ambivalente y miserable, transmuta a personas, Smith y Hickock, en personajes. Por eso, tomar el camino inverso y permitir que las dos brutales almas contenidas en “A sangre fría” vuelvan a tener un cuerpo, justifica dos (o tres) filmes.

CORAZONES SOLITARIOS

CORAZONES SOLITARIOS
Director: Todd Robinson
Intérpretes: John Travolta, James Gandolfini, Salma Hayek
Web: http://www.millenniumfilms.com/lonelyhearts

Raymond Fernández y Martha Beck, los “corazones solitarios”, ocupan un lugar destacado en el imaginario de parejas criminales norteamericanas, al lado de Bonnie y Clyde o de Starkweather y Fugate. Escondidos tras el sistema de carteo entre solteros anónimos, muy en boga en los años 40, el dúo asesinó, al menos, a 12 mujeres. Roy, porte a lo Valentino (con peluquín), cercaba los corazones (y las carteras) de las solteronas. Mientras tanto, Martha, poseída por la muerte y los celos, eliminaba a sus presas.
De mayor sobriedad que versiones anteriores (“Profundo carmesí” de Ripstein y “Los asesinos de la luna de miel” de Kastle), “Corazones solitarios” muestra dos perspectivas: la de los perseguidores y la de los perseguidos. En la primera, más afortunada por su aroma noir, la voz en off de un (siempre) magnético Gandolfini traza a nuestro protagonista: Elmer C. Robinson (Travolta). El policía (paradójicamente, un corazón solitario) busca, a través de la captura de la pareja de criminales, la absolución por el suicidio de su esposa. Un paso delante suyo, siempre un paso delante, la espiral de pasión y sangre en la que se hunden el patético Fernández y la “femme fatale” Beck (¡qué fascinante es Salma Hayek!) va dejando un rastro de cadáveres difícil de perder. Filme áspero e irregular, termina con el hastiado agente Robinson mintiendo y mintiéndose en el interrogatorio a “su” asesina: “Mi vida es una fila interminable de miserables como tú”. No, detective. Tras haber visto el horror, tu vida nunca volverá a ser la misma.

HOSTEL 2

HOSTEL 2
Director: Eli Roth
Intérpretes: Lauren German, Bjou Phillips, Roger Bart
Web: http://www.hostel2.com/

La idea básica de “Hostel” (1 y 2): un grupo de ricachones aburridos se divierte torturando. Pujan por los candidatos y, hala, a ejercitar el serrucho con el pobre infeliz. La verdad es que esto de las sociedades malignas secretas está más visto que “Los pajaritos” de María Jesús y su acordeón. “La semilla del diablo”, “La profecía”, “Eyes wide shut”, “Fu Manchú y el beso de la muerte”… Aquí, para no aburrir al personal, se valen otra vez del truco patético de mostrar mutilaciones. Qué fácil ye todo. Si en la primera se sacaban ojos pues en esta, oiga, se cuelga a una chata boca abajo o se le cortan las criadillas a un pobre hombre. La pena es que no exista una sociedad secreta que amenace a todos los involucrados en estas películas. Posdata: si quieren disfrutar un filme serio, negrísimo, sobre la fascinación con la violencia, denle una oportunidad a “13 Tzameti”. No lo lamentarán.

LO QUE NO SE VE

LO QUE NO SE VE
Director: David S. Goyer
Intérpretes: Justin Chatwin, Margarita Levieva, Marcia Gay Harden
Web: http://www.myspace.com/TheInvisibleMovie

¿Se acuerdan de “Ghost”, aquel pestiño infumable que catapultó a la nada las carreras de Demi Moore y Patrick Swayze? “Lo que no se ve” se parece a un “remake” pero en clave de thriller adolescente. A un chavalote que quiere ser “crítico de escritores” (no sabe la que le espera) le acusan de delator otros imberbes delincuentoides, liderados por una chica muy macarra, y le dejan en coma a collejas. El guaje despierta en un limbo similar a una discoteca: nadie te ve y tienes que encontrar la salida. ¿Cómo? Descubriendo a tus asesinos. Y luego sale también una moza y haciendo barro y los “Everly brothers”… ¿o esa era otra?

miércoles, 13 de junio de 2007

Y TONY SOPRANO SE FUNDE A NEGRO


Nueva Jersey. Un restaurante tan estadounidense que podría aparecer en un cuadro de Hopper. Lleno de gente made in América: un grupo de boy scouts, unas hamburguesas de vuelta y vuelta, un jukebox con Tony Bennett, dos teenagers enamorados, sus milkshakes, y en la mesa central, Tony Soprano. Desde allí pulsa K¿2? y suena su selección: “Don’t stop believing” de Journey. Llega Carmela. Entra un extraño de chaqueta gris y, detrás, A.J. Escogen su comida. El hombre gris les observa de reojo tras su café de barra. Fuera, Meadow Soprano intenta aparcar. Tres coca-colas rellenas de hielo. El tipo vuelve a girar levemente su cabeza. “Trata siempre de recordar los buenos tiempos”, un consejo de Tony que A.J. le devuelve. El desconocido se va al baño. Al pasar a su lado, sólo se gana un pequeño gesto del jefe mafioso. Dos negros estudian la bollería. Meadow consigue aparcar. Los Soprano devoran aros de cebolla. Tony manosea el jukebox. Lentamente levanta la vista, entre la inocencia y la sorpresa, a un punto que supera ligeramente a la cámara. Journey comienza el estribillo “Don’t stop…”
Y Tony Soprano se funde a negro. La música desaparece bruscamente. Se mantienen el silencio y la oscuridad durante diez segundos interminables, en los que montones de estadounidenses comienzan a lanzar objetos contundentes contra sus pantallas. Títulos de crédito. Fin de una de las series más importantes de la historia de la TV.
Si Orson Welles consiguió con “La guerra de los mundos” que varios miles de norteamericanos saliesen de sus casas atemorizados por una supuesta invasión alienígena, otro genio, David Chase, ha hecho algo parecido: ha perturbado a millones de personas alrededor del mundo. ¿Qué pasa aquí? Algo no funciona. ¿Se ha ido la imagen? Una escena donde se deja a la familia Soprano rodeada de posibles asesinos (un italoamericano que se va al mismo W.C. en el que se bautizó Michael Corleone, y una pareja de raperos, clásica arma de eliminación en “Los Soprano”), ¿es la última imagen de la serie? Pues sí.
Por supuesto, esta provocación de David Chase, el creador de la serie, ha impulsado una inevitable controversia en EEUU. El público y la mayor parte de la crítica, maleducados por las “sorpresas” y “giros” de la televisión y el cine actuales (ya la semana previa habían barajado soluciones rimbombantes: Tony informando al FBI, Paulie traicionándole,…), no asume lo literario y, sobre todo, lo atrevido de la propuesta de Chase. Peor para ellos. “This is the end, my friend”. Aceptémoslo. Por mucho que nos jorobe, termina la historia del jefe mafioso más importante de Nueva Jersey donde debía acabar: zampando grasosos aros de cebolla a puñados, rodeado por su familia y con Norteamérica de fondo (rock + violencia + estereotipos). Por muchas (malévolas e irresolubles) pistas que nos haya dejado Chase, plantearse porvenires hipotéticos tiene tan poco sentido como discutir si Elsa se reencontrará alguna vez con Rick o si Deckard, hundido su ascensor en negro, alcanzará la felicidad al lado de Rachel.
Y ahí se nos queda Tony Soprano, huérfano de final, atrapado por los siglos de los siglos en un presente absoluto, fotográfico, observando el infinito con incertidumbre. De su futuro nada podemos saber. Permanece para siempre su violento, glotón y fascinante pasado.

lunes, 11 de junio de 2007

MEMORIAS DE QUEENS

MEMORIAS DE QUEENS
Director: Dito Montiel
Intérpretes: Robert Downey Jr., Shia LaBeouf, Chazz Palmintieri
Web: http://www.firstlookstudios.com/guide

Resulta extraño que un escritor vaya más allá y asuma el papel de guionista y director de su propia autobiografía, sin agazaparse tras alter egos o pseudónimos. Como todo, esto tiene pros y contras. Si hay algo que convierte en deficitario a “Memorias de Queens”, es la enorme proximidad emocional con los hechos que se narran. Por esa irremediable falta de objetividad se le hace muy complicado a Montiel ahondar en las contradicciones de los personajes, ya que tiene una implicación directísima con lo que cuenta. Entonces, de forma inconsciente, el autor cae en la benevolencia o en la crítica sin demasiada justificación, dando por hecho que el espectador sabe lo mismo que él. Por tanto, parece lógico añorar un poco más de pulso en la crítica y en el trazo de los caracteres principales.
De todos modos, quedarnos ahí no haría justicia al trabajo de Montiel. Aunque tire de recursos formales interesantes pero innecesarios (chulería de debutante, probablemente), “Memorias de Queens” deja el sabor de un digno inicio de carrera. El realizador neoyorquino conoce y/o intuye los secretos para construir una parte importante de cualquier película; el montaje y el casting. Y sus actores levantarían solos un largo: la pareja terminal Palmintieri & Wiest, después de “Balas sobre Broadway”, el joven Shia LaBeouf, antes de “Transformers”, la cálida Rosario Dawson y un estratosférico, como casi siempre, Robert Downey Jr. Ellos afianzan un trabajo correcto y honesto, a pesar de las dificultades que tiene, especialmente cuando duele, eso de hablar de uno mismo.

LASSIE

LASSIE
Director: Charles Sturridge
Intérpretes: Samantha Morton, Peter O’Toole, John Lynch
Web: http://www.lassiethefilm.com/

En principio, ver caminar de nuevo a un instrumento cinematográfico como la perra Lassie asusta: ¿ha sido un descendimiento angelical desde el cielo de los canes, donde descansaba junto a Rintintin, o más bien una ascensión desde el infierno peludo, donde habitaba junto a Rex, el pastor alemán policía? No se entiende muy bien rescatar del baúl de los recuerdos a una perra demodé, sino es para que los nostálgicos (¡cuidado con ellos!) regresen al cine. Hay que decir a favor de la vuelta de “Lassie” varias cosas: su correcta dirección, su costosa producción (un acierto: situarla en el periodo entre las dos Guerras Mundiales) y sus dos cabezas de cartel, Peter O’Toole y Samantha Morton. Estos ingredientes acaban de culminar una película tan, tan bienintencionada que huele a naftalina. Aún así, ¿era necesario conjurar a los astros caninos y hacer de Lassie un pobre perro zombie?

sábado, 2 de junio de 2007

ENTRE MUJERES

ENTRE MUJERES
Director: Jonathan Kasdan
Intérpretes: Adam Brody, Meg Ryan, Kristen Stewart
Web: http://www.mangafilms.es/entremujeres/

El discreto encanto de la clase media perfuma el barrio donde Carter (Adam Brody) olvida sus penas. Su novia le ha dejado (una fugaz Elena Anaya) y, encima, tiene un bloqueo creativo. O sea, lo peor que te puede pasar cuando te dedicas al guionaje industrial. Justo enfrente de la casa que habita junto a su demenciada abuela, vive Sarah (Meg Ryan) con sus dos hijas y su marido. Al poco de llegar el extraño, y siempre con “El graduado” de Mike Nichols en el ambiente, la relación entre los dos protagonistas pasa de la amistad a la pasión.
Seamos serios. “Entre mujeres” es a “El graduado”, lo que la primera película de Jonathan Kasdan (esta “Entre mujeres”, claro) es a la primera película de su padre, Lawrence Kasdan (“Fuego en el cuerpo”). Un Mar Rojo tan enorme que ni Charlton Heston podría separar sus aguas. Sólo una cosa supera al catálogo de situaciones telefilmeras (marido monótono con affaire o chico que calla su amor o niña repipi o cáncer trágico o triangulo amoroso o abuela filósofa o chavala rebelde…). Perdonen, me pierdo entre tanta situación telefilmera. Empiezo. Sólo una cosa supera al catálogo de situaciones telefilmeras; el desafortunado casting. Ni Meg Ryan nos sirve de Mrs. Robinson postmoderna, aderezada con algún incoherente sentimiento regentiano, ni Adam Brody da el pego como guionista megacool de guarrerías cinematográficas.
Ya que este filme es responsabilidad subsidiaria de Lawrence Kasdan, no nos queda más remedio que ¿condenar? a Jonathan Kasdan a ver del tirón “Fuego en el cuerpo”, “Reencuentro”, “El turista accidental”, “Grand Canyon” y “Mumford”, todas maravillosas obras de su progenitor. Bastará para la absolución.

LA MARCA DEL LOBO

LA MARCA DEL LOBO
Director: Katja Von Garnier
Intérpretes: Agnes Bruckner, Hugh Dancy, Olivier Martinez
Web: http://www.mgm.com/bloodandchocolate

Sería interesante que alguien se animase a hacer una enciclopedia de las películas que han ido a rebufo de un gran éxito de taquilla. Rápidamente, vendrían a la cabeza “Orca” y “Piraña”, recién salidas del útero de “Tiburón”. También “Mi gran amigo Mac”, gestada a partir “E.T”. Ah, ¡no nos olvidemos del porno! O, si no, ¿de dónde creen que emergió “Sperminator”?
Lógico, tras “Blade” y “Underworld” y “Underworld: Evolution” y “Van Helsing”… tocaba otra más, pero de menos presupuesto: “La marca del lobo”.
No es que el largo de Von Garnier sea excesivamente mejor o peor que las citadas (a excepción, quizá, de la segunda parte de “Blade”) pero el tamaño, en estas películas, importa. Una producción modesta ata de manos y pies a cualquier propuesta fantástica de guión clonado. Y, evidentemente, no todos somos Romero o Corman o, si me permiten, Ibáñez Serrador, para disimular el cartón piedra a base de talento. Hagamos inventario de nuestra materia prima. Efectos especiales cacharreros (fíjense cuando ella se convierte en loba) + la lozana Agnes Bruckner + interiores recauchutados + Hugh Dancy dando una de cal y otra de arena + Olivier Martínez de malvado con barba recortada. Diagnóstico: no hay quien levante el partido. Eso sí, un punto a favor de la falta de parné: que se hayan visto obligados a rodar en la bellísima Bucarest, lo único remanente (por los siglos de los siglos) de “La marca del lobo”.