lunes, 16 de febrero de 2009
PROBABLEMENTE EL BARÇA NO EXISTE
“Probablemente el Barcelona no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Este eslogan debería colocarse en el autobús con el que Real Madrid se dirige a sus partidos. Razónenlo; el equipo con el que nos sermonean desde los púlpitos culés tiene tantas posibilidades de existir como un hada o un orco (robo esta comparación al sabio ateo Richard Dawkins). Despiecemos las características de este club metafísico: entrenador, presidente y capitán forman un ente “cool”, uno y trino a la vez; el arcángel “pichichi” y el profeta “Zamora” completan sus filas; han superado veintidós de veintitrés pruebas de fe; llevan un maná de goles a estas alturas de temporada; Dios Maradona se refiere a ellos como “el mejor equipo que ha visto en los últimos tiempos”…
Contra un adversario mitológico así, lo único que puede hacer el Madrid es relajarse y jugar al fútbol. Sabemos quiénes somos, Juande entiende quiénes somos: somos, ¡bendito Ángel González!, “un escombro tenaz que se resiste a su ruina”. Robben, Raúl, Guti o Casillas aguantan con la firmeza de Mark Twain cuando decía que “la fe es creer lo que sabes que no es verdad” o con la certeza de Einstein cuando escribía que “la palabra “Dios” es, para mí, una expresión de las debilidades humanas”.
No se nos olvide que la metafísica, la religión y la mitología provienen de la fragilidad y, paradójicamente, son muy frágiles ante la realidad. Ese club que se nos vendía como la causa inmanente del todo futbolístico, el sábado chocó con un Betis darwinista que demostró que los dioses son débiles frente a la gravedad. Sorprendidos por once hombres que desafiaron a la divinidad blaugrana, el Barça se aferró a una actitud humana (y criticadísima desde sus altares): el esfuerzo sin talento. Eto’o, despojado de trascendencia, alcanzó un objetivo terrenal: empatar a cualquier precio.
¡Aleluya, hermanos! En ese momento, los madridistas nos dimos cuenta. No hay un mago de Oz, sino un anciano manejando cables; no hay una “Respuesta”, sino muchas preguntas esperando a ser resueltas racionalmente; no hay Dios, sino hombres primitivos escribiendo fábulas; no hay un Barcelona divino, sino sudor de Eto’o peleando un mísero punto. Ahora, dejemos de preocuparnos y disfrutemos del fútbol o, lo que es lo mismo, de la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Sinceramente me parece mas temible ese sudor de Etoo luchando por un misero punto que todo el aura de divina omnipotencia del mundo.Las cosas empeoran o mejoran??.Saludos de un culé del culé moyau.
Publicar un comentario