lunes, 23 de noviembre de 2009

APOLOGÍA DEL GOL DE MIERDA


Un gol de mierda, vamos

Después de muchos años de estudio, el doctor Lewis F. Cheese (Universidad de Virginia Occidental) presentó ayer en un banco del Retiro sus conclusiones sobre una materia vital en fútbol: el gol de mierda, también conocido como gol basura, gol detrito, gol cadáver o “cualquieradelosgolesdeJulioSalinas”. El profesor, rodeado de sus colaboradores y tres palomas, puso las cosas claras antes de arrancar la conferencia: “Entérense, señores, una gran parte de los goles que ustedes cantan los fines de semana son goles de mierda.”. Murmullos en la audiencia. “Mierda, usted y Florentino”, gritó un jubileta del Atleti. “No se me acaloren”, continuó Cheese, “fíjense en la jornada pasada. ¿El primer gol de Huche contra el Osasuna? Bazofia. ¿Y qué me dicen del de Bilic? Una cagada. ¡Ah, tampoco se me olviden del tercero del Valencia!”. Más lío. “Escuchando “Eleanor Rigby” (se refería el profesor a “All the lonely people/ where do they belong?”) lo pensé. ¿Qué ocurre con esos goles que no son ni tan feos ni tan bellos como para recordarlos?”. Tuve que intervenir, emocionado. “¡Profesor, a mí me pasa con los actores mediocres! ¡Andoni Ferreño, Juan Carlos Martín o Lola Baldrich! ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Dónde se han ido?”.

“Ay, amigo Galán, es usted imbécil. Mezcla las partes con el todo”, me respondió cabreado. “Tomemos como ejemplo el partido de ayer (por antesdeayer) del Real Madrid y el gol patético de Higuaín. Revivamos la jugada: centro de Kaká, rechace de Toño a la cabeza de Garay, que la entrega al “Pipita” y éste último marca, trompicado. Un gol lamentable en un partido lamentable. Pero lo que importa no es el gol ni el partido, dos eventos particulares que el espacio-tiempo ya se ha encargado de borrar. El gol basura es un elemento necesario, no suficiente, si quieres lograr el todo, la Liga. Ésos son los goles que te permiten llegar líder al Camp Nou, ésos son los goles que han permitido a este Real Madrid repetir los números de Antic”. Como buen pupilo, le debía responder: “¿Y si un equipo sólo marca goles basura? ¿Podríamos ganar una liga sin saber cómo?”. Mi maestro (siempre hace lo mismo con las preguntas incómodas) empezó a tararear, pupilas en blanco, “Sit on my face (and tell me that you love me)”.


El tercero de Salinas, un gol "bazura"

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