sábado, 20 de febrero de 2010

UN HOMBRE SOLTERO

Director: Tom Ford
Intérpretes: Collin Firth, Julianne Moore, Matthew Goode
Web: http://www.asingleman-movie.com/



El diseñador Tom Ford, ex-director creativo de la Gucci, adapta una novela de Christopher Isherwood en su debut como realizador. Narra “Un hombre soltero” los meses posteriores a la muerte del novio de George (Colin Firth), un profesor universitario de Los Ángeles. Ambientada en los primeros sesenta (se repiten las referencias a la amenaza nuclear de Cuba y a la segregación), la película muestra el enclaustramiento de la homosexualidad en una comunidad cerrada durante el desarrollo del mercado de consumo. Atrás, la loca postguerra y, a punto, el “Studio 54” y el “glam”.

Desde la secuencia de créditos, Ford se decanta por el esteticismo: cada cuerpo está iluminado con las hechuras de quien controla la forma de sincronizar silueta y figura con armonía. El problema surge al remover el concepto de “armonía” (un constructo cultural y social) de Ford. Su visión de los sesenta en una vecindad blanca de EEUU se postula impostada y mediatizada. Pero no nos equivoquemos: este párrafo no carga contra toda reescritura “vintage”/postmodernista de una época pasada. Tomemos el ejemplo de “Lejos del cielo” de Todd Haynes y comprobaremos cómo se consigue reinterpretar a Douglas Sirk (y a los cincuenta) sin transfigurar la historia (aún con sus licencias) y, esencial, sin dejarla como el hueco vacío que rellenar (siempre en un a posteriori peligroso) con efebos, casas acristaladas y tópicos a barullo (ese estudiante español que viene del Madrid franquista, cuna de la represión, “muy liberado”).

Recordemos, en pos de la realidad “a-diseñada”, de la realidad fuera de las manos de Ford (la realidad, al cabo), que el Greenwich Village, el barrio neoyorquino donde se produjo la primera gran rebelión a favor de los derechos de los gays (la revuelta del “Stonewall Inn”, 1969), era en ese tiempo un lugar marginal, clandestino, sucio, prohibido y dominado por la mafia.

De “Un hombre soltero”, eliminando capas de su petulante envoltorio, destaca Collin Firth. Un año afortunado para el actor (soberbio en “Genova”, notable en la por estrenar “El retrato de Dorian Gray”), se completa con lo auténtico del filme: un personaje aniquilado por la imposición de la ausencia, la incomprensión, la invisibilidad. Camina Firth y es él, un cómico, no las maneras de Ford, el que hace a “Un hombre soltero” avanzar.

2 comentarios:

globetrotter dijo...

ME PARECE COJONUDO.
SER UNO MISMO POR ENCIMA DE TODOS ESOS TOPICAZOS EN LOS QUE CREE LA GENTE.
NO SE TRATA DE QUE LOS HOMO/BISEXUALES SEAMOS O NO INVISIBLES, EL MAL ROLLO EMPIEZA CUANDO SON LOS DEMAS LOS QUE TE HACEN DE MENOS.
ACASO SI NOS HACEMOS LOS IGNORANTES ANTE ESTAS OPCIONES PERSONALES DEJAMOS DE RECONOCER ESTE HECHO???
VIVIR Y DEJAR VIVIR ES LA UNICA OPCION POSIBLE PARA QUE LA ESTANCIA EN ESTE PLANETA NO SEA UNA PUTA MIERDA.
EL PROTAGONISTA DE LA PELI NO SOLO CAE EN LA DEPRESION POR PERDER A SU PAREJA, ADEMAS NADIE DE SU ENTORNO ES CAPAZ DE RECONOCERLE LO QUE SIENTE Y LO NINGUNEA. NO ACEPTA LA MUERTE DE SU PAREJA Y SE MUERE PROFUNDAMENTE EN SU MENTE.

ADELANTE CON VUESTRO PROYECTO DE AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE TODOS NOSOTROS.
COJONUDO!!!

globetrotter dijo...

Saludos Edu