Director: Michael Haneke
Intérpretes: Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt
Web: http://www.funnygames-themovie.com/
¿Qué impulsó a Michael Haneke a fotocopiar su “Funny Games” (estrenada en 1997) en una versión norteamericana? ¿Por qué, justo después de la multipremiada “Caché”, dedicó tiempo de su vida a replicar una película de hace diez años? Al igual que Hitchcock remozó en USA su anterior “El hombre que sabía demasiado”, ¿no pensó el realizador alemán en pulir su antigua creación?
Todas estas preguntas no tienen una respuesta clara. Probablemente para acercar su filosofía al público norteamericano o, simplemente, para embolsarse unos pavos de la Warner, el amigo Haneke ha sustituido a los originales Ulrich Mühe, Susanne Lothar y Arno Frisch por Tim Roth, Naomi Watts y Michael Pitt. Y la verdad, no se puede añadir demasiado porque el resto es igual (sí, repito, igual), desde los escenarios o el montaje hasta los planos o a la temática. Está la violencia azarosa en una visita inesperada a una familia burguesa; no falta la reflexión alrededor de la ínfima distancia con la que se precipitan unos acontecimientos y otros no; subyace la idea del mal como algo cercano y probable… resumiendo: busquen en su archivo las críticas de la versión del 97 y déjense de cantinelas. A la manera de esos profesores que repiten las mismas clases año tras año, aquellos que ya hayan visto la primera ésta sólo les producirá dos sensaciones: tedio e indignación. El aburrimiento se debe a razones obvias y la mala leche aparece cuando descubrimos que, en lugar de poner de su parte, Haneke se dedica a desvirtuar el original (por ejemplo, el insufrible Pitt; por ejemplo, un dubitativo Tim Roth). Una pena sabiendo perfectamente que el alemán atesora talento de sobra para dedicar esfuerzo a otras empresas (revisen “La pianista”). Falta que le dé la gana.
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