lunes, 13 de septiembre de 2010

RESIDENT EVIL 3D: ULTRATUMBA

Director: Paul W. S. Anderson
Intérpretes: Milla Jovovich, Wentworth Miller, Ali Larter
Web: http://residentevil-movie.com/



Los franquiciados cinematográficos de Hollywood son como los sarpullidos, los hay de todos los tipos y los puedes pillar en cualquier época del año. Ni siquiera respetan los géneros: la acción (“Transformers”), la comedia (“Los padres de ella”), el terror (“Viernes 13”) o las aventuras (“La búsqueda”). También, y comienza a ser inquietante mi trastorno obsesivo-compulsivo, al repasarlos puedes darte cuenta que cada uno posee una biografía con planteamiento, nudo y desenlace: mueren por agotamiento (El “Star trek” de Shatner y Nimoy), se reinventan (“Batman & Robin” frente a “Batman Returns”), reviven (“Pesadillla en Elm Street”), se estancan (“James Bond”), o copulan (“Alien vs. Predator”, “Freddy vs. Jason”).

En principio, cuando se lanzó la primera entrega de “Resident evil”, ningún ser humano en la faz de este planeta pensó que esa amalgama de videojuego, James Bond y terrores “zombi” fuese a sobrevivir hasta la cuarta entrega. Nos equivocábamos. Ese director desigual, cargante y loco llamado Paul W. S. Anderson (“Mortal kombat”, “Horizonte final”) ha conseguido la dudosa hazaña de potenciar y estrenar otro filme que alimentase la saga y, esta vez, a ritmo del 3D. El discurrir de la Alice mutante (Milla Jovovich) aluniza en un Tokyo devastado por la apocalipsis (afortunadísimos títulos de crédito, lo mejor del metraje) y en una venganza cuasi-personal: la destrucción total de la maligna corporación que todavía se empeña en experimentar con el virus letal. Como buena capitana de barco de aventuras, la protagonista tiene sentido sólo si parasita a los quehaceres habituales del género: el viaje infinito plagado de desafíos (aquí va desde Tokyo a Alaska y, luego, a Los Ángeles, en busca de Arcadia, un ¿lugar? donde ¿no exista? la infección); la contraposición con un malvado incansable e interminable (para James Bond, SPECTRA; para el inspector Gadget, MAD; para nuestra Alice, UMBRELLA); y, asociado a ese caminar impenitente, el establecimiento de la franquicia en un “tempo” de serial clásico (arranca la película dando solución a un “continuará” anterior y da pie a un “continuará” posterior, en este caso, el quinto, sin miedo a que éste último, por falta de financiación, no se produzca).

Lo contradictorio es que, mientras la estructura general del cuarteto de filmes está clara y muy mascada (repetimos, la de un serial de aventuras, he ahí su éxito), el metraje del que se sustenta, especialmente ahora que ha cambiado del más convencional Rusell Mulcahy a Paul W. S. Anderson, se encasquilla en varios compartimentos estanco dedicados en exclusiva a que el espectador disfrute (mucho, eso sí) del 3D. Esta adicción monotemática convierte a la cinta en una ficción susceptible, cual zombi, de empodrecerse rápidamente. En una suerte de “eterno retorno”, “Resident evil: Ultratumba” se atrinchera en el búnker del que salió: el videojuego. De ahí que su valía, esto es, su capacidad para entretenernos, se apoye en unos pocos resortes (cámaras lentas, efectos tridimensionales, mucho machetazo) que, nos imaginamos, caducarán pasado mañana.

La que sí parece impermeable al paso del tiempo es Milla Jovovich. ¡Casi veinte años! después de “Retorno al lago azul” (sí, me marcó, ¿algún problema?), y con diversos triunfos en su filmografía (“Jóvenes desorientados”, “Juana de Arco”, “El perdón”, “Sin motivo aparente”, “La cuarta fase”…), la estupenda actriz ucraniana se ha apropiado de Alice y, como Harrison Ford e Indiana Jones o Sigurney Weaver y Ripley, ya no se entiende su personaje sin su persona. Quizá por ese solitario motivo (y por sus buenos ratos de aventura olvidable), debamos estar siempre agradecidos al petardo de Paul W. S. Anderson y, quizá por ese solitario motivo, la saga “Residente evil” permanezca en pie.

1 comentario:

Poker Rules dijo...

Matchless topic, it is very interesting to me))))