Director: Brad Anderson
Intérpretes: Ben Kingsley, Eduardo Noriega, Woody Harrelson
Web: http://movies.filmax.com/trannsiberian/
Los trenes en el cine toman caminos diferentes. Ana Torrent apoyaba su cabeza en las vías metálicas de “El espíritu de la colmena” para adivinar al humeante tren de las tres y diez a Yuma. Dentro de él, en sus compartimentos turbios, se escondía Robert Donat más cerca de la muerte que de esa estación donde los enamorados de “Breve encuentro” se suponían enamorados. Ah, y por si todavía no lo tienen claro, nuestro futuro verá llegar el tren de los Lumiere a la estación que Wong Kar Wai imaginó en “2046”.
Brad Anderson, experto en herrumbres diversas (ahí “El maquinista”), decide sentarse en el transiberiano ruso entre una pareja norteamericana. El encuentro de éstos con otros dos turistas (un hombre español y una chica estadounidense) desemboca en un “thriller” de suspense sostenido gracias a la presencia de Ben Kingsley. En suma, sus dos horas de metraje parecen precisamente eso: dos historias apelotonadas en una. En su primer capítulo, el largo se inclina hacia un psicológico polanskiano (“Lunas de hiel”) que rechina de asepsia y previsibilidad. Mortimer y Harrelson, parapetados en el frío, sólo mejoran en comparación con una de las interpretaciones más risibles de los últimos tiempos: Eduardo Noriega chapurreando “spanglish” y en plan seductor. No extraña, claro, que la película gane al abandonar su mitad “profunda” y entrar en el “thriller”. Comprometido con un suspense de trucos habituales, Anderson conduce hasta el final la gloria de un Ben Kingsley desbocado y miserable. Con mayor interés que el arranque (nula dificultad), el final de “Transsiberian” deja un engañoso sabor (quizá incluso mereciera peor calificación) a filme olvidable.
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