lunes, 25 de octubre de 2010

GUARDIOLA ES ZULÚ

Maximino tiene pelotas

Un señor que viste bien, que no grita, que no eructa, que respeta las colas, que no cree en la lotería primitiva, que no sabe para qué utiliza Leire Pajín sus morritos… no puede ser español. En “La invasión de los ladrones de cuerpos”, el cineasta Don Siegel caracterizaba a unos engendros alienígenas sin emociones que trataban de conquistar el mundo camuflados como seres humanos. ¿Y si la ficción se ha vuelto realidad? ¿Quién nos dice que el teletubbie morado Guardiola no sea uno de ellos? Al final de la película clásica, Kevin McCarthy gritaba a una multitud de automóviles indiferentes que los extraterrestres están entre nosotros. Esa desazón ha creado Maximino Martínez, el presidente de la Federación de Futbol asturiana, al desvelar que Guardiola es “extranjero”.

El etnólogo Martínez (sus estudios transversales en el Vallobín occidental y la famosa frase que pronunció un habitante tribal de La Felguera al verle bajar del Alcotán, “Maximino, supongo”, así lo prueban) ha refrendado nuestras sospechas cuando, este viernes, declaró que el catalán Guardiola no comprendía los premios Príncipe y, por tanto, no permitía a sus jugadores acudiesen porque, como el portugués Mourinho, era “extranjero”. ¡Grande Maximino! Dejen de engañarse, cabestros. Pep es alguien que, si seguimos la etimología de la palabra “extranjero”, viene “de fuera”; en definitiva, Pep pertenece al “exterior”. Y, ¿existe algo más extrínseco (¡y a-español!) que enfundarse “tweeds” púrpura? En lo único que se ha equivocado nuestro presidente es en la posibilidad de que el portugués y el catalán no conozcan los premios Príncipe. Cualquiera que siga las siguientes instrucciones podría hacerlo: 1) vaya a un locutorio; 2) encienda un ordenador; 3) mande que apaguen el “guatanebikonso”; 4) cómprese dos chicles; 5) abra Google; 6) Teclee en el buscador “premios príncipe”.

Al igual que el alegre langreano, todos los grandes genios fallaron por poco: Colón creyó que llegaba a las Indias, Hipatia de Alejandría que explicaba el movimiento de los planetas a Amenábar o Cachero que podría hundir a Gabino. Craso error dentro de una teoría revolucionaria. Puestos a aceptar que Guardiola es extranjero, yo le veo más de Zimbabue. Su piel morena, su acento multicultural y su afición al baile demuestran que al hombre le va la marcha (ordenada) y extranjera. Aunque no haya dado en el clavo, me atrevo a proponer a Max Martínez como nuevo Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales. Un tipo así, que ha planteado un algoritmo que distingue taxativamente quién es extranjero y quién no, se merece semejante galardón. Y, amigos, no duden de que él sí va a venir a la ceremonia, no como Bob Dylan. Bendito sea.


En "Talkin John Birch Paranoid Blues", Dylan veía gente "de fuera" (en este caso, comunistas) por todas partes

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