lunes, 31 de agosto de 2009

MARKETING ES MARKETING

Con tácticas de un “Blockbuster” hollywoodiense, la liga explotó en el Bernabeu. Háganse a la idea: Florentino Pérez maneja los mismos mecanismos que Michael Bay, el director de “Transformers” o “Armaggedon”. El espectáculo pirotécnico de fichajes, salidas, declaraciones y presentaciones produjo el efecto buscado: crear una nebulosa (emocional) sobre los tres títulos del Barcelona (y, de paso, sobre Calderón y compañía). Estos “tempos” de marketing globalizado, éstos que cabrean a Laporta o Busquets, son los que dominan el presidente y los directivos del Real Madrid. Y son los que provocan que los aficionados nos parezcamos a los protagonistas de “Resacón en Las Vegas”. Hay pruebas suficientes de que la temporada pasada existió (las vitrinas obesas del Barça, los infiltrados a las asambleas de Calderón) pero ya no la recordamos. Los focos de un mundo “youtube” dirigen hoy su luz (efímera, artificiosa, “impactante”) hacia Cristiano Ronaldo, Benzema, Kaká, Xabi Alonso o Arbeloa. Eso sí, ¿durará?

Lo gritaba el cómico Bill Hicks: “profesionales del marketing, ¡suicídense!”. Es esencial que hablemos de fútbol cuanto antes y “suicidemos” a los comerciantes. En “Robocop”, la corporación OCP ofrecía solucionar los problemas de seguridad de Detroit con la fórmula perfecta: un “robo-policía” ensamblado del cadáver de Alex Murphy, un agente asesinado en servicio, y piezas de tecnología robótica. Esa vorágine de cables y carne representa perfectamente al Madrid de Pellegrini. Un “robo-equipo” que posee restos de la anterior campaña (Marcelo, Raúl, Lass) incrustados en un esqueleto metálico de última generación (Kaká, CR, Xabi Alonso).

La “neoplantilla” que se enfrentó al voluntarioso y limitado Depor de Lotina, sufrió las carencias de estos experimentos. En un lado de la báscula, se materializan futbolistas reinventados (enorme Lass) y jugadas impecables (el segundo gol o el palo de Benzema). Y en el otro, como le atormentaban a Alex Murphy/Robocop los recuerdos de su vida anterior, pesan las memorias de tiempos pretéritos: una defensa quebradiza y jugadores heridos por la duda. Sí, me refiero a Raúl. ¿Se mantiene el capitán por marketing o porque es la pieza futbolística que solidifica a un Madrid heterogéneo, desconcertante, inestable?

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