lunes, 30 de agosto de 2010

EL ZARA DEL FÚTBOL

Mi verano ha sido muy bizarro, amigos. Después amenazar durante toda la temporada, he estado los tres últimos meses en Bangkok, el lugar al que el bueno de Guti se quería ir para recuperarse del “injustísimo” mundo del fútbol. Allí, encerrado en un monasterio de la secta “Chu-Lin” (una buena gente cree en un dios mono que llegará a la tierra a tocar el “guatanebikonso”), me pasé los días olvidando la temporada de Pellegrini y, qué jodido, pensando en frases subordinadas. Desconectado del mundo, mi única obsesión era que nuestro nuevo tótem, el magnífico Mourinho (guapo, bueno, salao, esbelto, inteligente, fresquísimo…) nos ayudase a devolver la Liga a los manos de su verdadero dueño, el Real Madrid.

Por eso al desembarcar en Barajas y leer las noticias, el “shock” me dejó tan noqueado que unos viandantes me confundieron con Massiel recién salida de una boda. ¿España, campeona del mundo? ¿Raúl, al Schalke 04? ¿Los toros, prohibidos en Barcelona? ¿Camilo Sexto, vuelve a cantar? Dios, el universo se ha vuelto tarumba. Y más aún cuando comienzas a leer los titulares: la COPE y la SER, enfrentadas por culpa de Paco González. Páginas y más páginas hablando de las “putadillas” que le hicieron al pobre de Paco y las “putadillas” que el pobre de Paco tuvo que hacer. Menudo lío. Ah, y Rossell diciendo que Laporta era un pufista y que no tienen un duro. Ah, y el Atlético ganando la Supercopa de Europa contra un Inter de pandereta. Ah, y Anelka declarando que los miembros de la federación son “unos payasos” por sancionarle por su comportamiento en la Copa del Mundo. Rápidamente, busqué la única solución que tengo para cuando me quedo sin respuestas: la bebida.

¿Dónde estaba el Madrid? ¿No ha hecho pretemporada? ¿Cuáles son sus fichajes? ¿Hay vida más allá de Mou? El bueno de José Luis Moreno, ese impulsor de la cultura desde sus tiempos de los desfiles de verracos y verracas en lencería, declaró al tomar las riendas de la Laboral de Gijón que iba a convertir a este centro en el “Zara de la cultura”. Vamos, que fuera los “gafapastas” y pa’ dentro la Pantoja y Manolo Royo. En la prensa deportiva de este verano parece como si hubiese ocurrido algo semejante: dejémonos de tonterías cultas, es decir, de hablar de fútbol, y vamos a ponernos a mil con el morreo de Carbonero a Casillas. Esperemos que, con el movimiento centrífugo del balón, con la belleza del saque inicial, se acaben las tonterías y nos dediquemos a esa amante habitual que vuelve siempre, bendita sea, a finales de agosto.

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