viernes, 11 de febrero de 2011

PRIMOS

Director: Daniel Sánchez Arévalo
Intérpretes: Quim Gutierrez, Raúl Arévalo, Antonio De La Torre
Web: http://www.primoslapelicula.com/



La comedia “romanticostumbristelevisiva” ha marcado la trayectoria de una generación de cineastas: David Serrano, Borja Cobeaga, Tom Fernández, Nacho G. Velilla... Aunque todavía no esté muy claro si el movimiento se debe al éxito comercial del subgénero, a una afinidad temática entre creadores (o a ambas), sí existen diferencias al afrontarlo: desde el franquiciado (G. Velilla), desde el localismo astur (Tom Fernández) o desde la remezcla postmoderna (Cobeaga). Daniel Sánchez Arévalo, a pesar de compartir edad y gustos con los anteriores, se situaba a medio camino entre este humorismo y el drama. Sus dos experimentos previos, “Azuloscurocasinegro” y “Gordos”, saltaban del grotesco a la dramedia, del gamberrismo al almodóvarismo, complicando con semejante mezcolanza el vaticinio de hacia dónde se dirigiría su carrera. Ahora, con “Primos”, su opción no deja lugar a dudas: danzar alegremente por los (pringosos) terrenos de la comedia romántica junto a algunos de sus actores fetiches.

Dos primos (Raúl Arévalo y Adrián Lastra) consuelan a un tercero (Quim Gutierrez), al que una (mala) mujer ha abandonado en pleno altar. Como manda la reciente comedia española, nada mejor que regresar al pueblo (natal o accidental) si queremos reubicar nuestra vida sentimental (es decir, encontrar a una moza salvaje y casera) mientras que, en el impás entre lo/a uno/a y lo/a otro/a, se deje paso al suficiente número de enredos que justifiquen el metraje. Esto, que parece tan mecánico, puede (de)mostrar diversas formas de enfocar el cine. Que Sánchez Arévalo se mueve a un nivel notable en todo aquello que cuenta lo podemos adivinar con el inicio del relato: un hombre solo, patético, se inmola ante su familia como un inmaduro funcional (no es capaz de desvelarles que le han dejado hasta el último momento) y, consecuentemente, se comporta como un inmaduro funcional, tratando de recuperar a su primer amor. En un pequeño pueblo de Cantabria, lejos de la (malvada) gran ciudad, se encuentra esa chica del pasado, Martina (una espléndida y guapísima Inma Cuesta), y es allí, entre borrachos buenos y putas buenas, entre “glory days” caducados, donde los personajes recomponen su existencia, atrapados por las recetas clásicas shakesperianas: equívocos, “gags” y romance. Este material, que en manos de muchos de sus congéneres se tornaría plano y repetitivo, durante la primera mitad del filme adquiere una entidad brillante, soleada, frenética. Su “cast” principal, con un Quim Gutiérrez que perpetra comedia con encanto, un Raúl Arévalo que perpetra comedia “punk” y un Adrián Lastra que perpetra comedia autista, engrandece el resultado final. Que este subgénero depende en gran parte del guión y de los actores se nos recuerda, para bien y para mal, en el total de “Primos”; aunque su tramo final derive en comedia romántica al uso (y exportable), se agradecen sus ratos luminosos, su Comillas imposible, su reparto y, cómo no, su liviandad bien hecha.

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