lunes, 23 de marzo de 2009
GRAN FLORENTORINO
En su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, Camilo José Cela pronunció una de sus habituales sentencias bizarras: “En España el que resiste, gana”. ¿Se acuerdan de cómo se largó Florentino Pérez del Real Madrid? Faltó muy poco para embrearle, llenarle de plumas y que la turba le echase de la ciudad a caponazos. Tres años sin títulos le habían convertido en un dirigente hundido, sin capacidad de poner orden en un club que iba a la deriva. Además, nos dejó en manos de un humano llamado Fernando Martín, señor que colocaba las gafas en la punta de la nariz y decía frases míticas como “Hay que hacer lo que hay que hacer, y para hacer lo que hay que hacer, hay que saber lo que hay que hacer”. Pues eso, “my friends”, que metíamos mucho miedo. Sólo cuatro temporadas después, el madridismo agita los ramos por la llegada del mesías Pérez. ¿Qué narices ha pasado? ¿Un episodio de locura colectiva?
El Clint Eastwood director nos ha regalado una filmografía apasionante y desbocada: “Sin perdón”, “Mystic river”, “Million dollar baby”, “Un mundo perfecto”… hasta “Gran Torino”, un documento valiosísimo de un artista que sigue vigente a sus setenta y siete tacazos. Aunque su figura se engrandezca con las décadas, tampoco conviene olvidar que Clint ha hecho películas indignas: la terrible “Firefox”, “El principiante”, “El Cadillac rosa” o “Duro de pelar” (en la que libró un duelo interpretativo titánico con Clyde, un orangután peludo).
Florentino (y Clint Eastwood también) ha cometido errores que el tiempo se ha encargado de borrar. Vamos, que el que resiste, gana. Si consigue enganchar en su candidatura a dos madridistas esenciales, Valdano y Zidane, no queda duda de que podría ser el dirigente sólido que llevamos buscando demasiados años. Superar a Lorenzo Sanz (su episodio carcelario por presentar pagarés falsos a nombre de la “Fundación por la defensa legal del pobre” es berlanguiano) o a Calderón no parece muy difícil, pero pedimos algo más. El Real Madrid necesita a un tipo duro que, Clint Eastwood en “Gran Torino” lo sabe, nos defienda escopeta en mano de tanto pandillero peligroso (Mijatovic o Nanín), de tanto barcelonismo plasta.
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3 comentarios:
Soberana estupidez de analogía.Ahora meteme tambien a Solbes en el cocido y tan contentos.
Es que tienes que pensar que yo soy un soberano gilipollas. Teniendo en cuenta ese detalle, ya lo entiendes todo.
Si se me llega a ocurrir lo de Solbes, lo meto también para quedar contentos.
Saludos!
No eres gilipollas, pero sí soberano... de mi corazón. (L)
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