lunes, 31 de agosto de 2009

MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKYO

Directora: Isabel Coixet
Intérpretes: Sergi López, Rinko Kikuchi
Web: http://www.mapofthesoundsoftokyo.com/



El cine de Isabel Coixet (sí, ya hay algo con ese nombre tras veinte años) se revuelve entre contradicciones. Nunca ha evitado la realizadora su compromiso con contar historias y eso es lo que ensalza su producción. “Cosas que nunca te dije”, “Mi vida sin mí” y “Elegy” continúan en la terna de sus trabajos reseñables. Ahora bien, en el momento que decide que debe mediar el artificio en la emoción, incluso su mejor producción se resiente. “A los que aman” y “La vida secreta de las palabras”, paroxismos de la herencia publicitaria de la realizadora, mudan su texto en eslogan musical, sus colores en contraposiciones cromáticas “á la Álmodovar”, y sus escenas en discursos silentes muy, muy largos (y muy, muy incoherentes).

“Mapa de los sonidos de Tokyo” resumiría los vicios y las virtudes de Coixet. En esencia, a una asesina japonesa se le encarga eliminar a un español del que acaba enamorándose. Entonces gusta la película. Gusta cuando dedica su tiempo a la antropología y a la psicología: la transferencia de un ser desaparecido (una suicida, aquí) a una persona vacía (como nuestra protagonista, como Freud en su silla), y la venganza de un padre a través de un Tokyo bizarro, inesperado, “camp”, delicado, marciano.

A “Mapa de los sonidos de Tokyo” le ocurre como a un sencillo grano de maíz convertido en palomita iluminada por el microondas industrial de un multicine atiborrado de color. Como si se tratase de un asunto de vida o muerte, deforma Coixet las motivaciones de sus personajes con diseño, publicidad y artificio. En su reiteración, las escenas de sexo (un trasunto que se devalúa de Bertolucci a Lynne) escribirían la síntesis de excesos generales: una voz en off injustificada que retira el sentido al narrador; o un epílogo (con línea final embarazosa incluida) que no haría justicia a Corín Tellado.

Sólo dejando la sala atrás y repensando “Mapa de los sonidos de Tokyo”, extirpándole sus capas sobrantes, hallamos la fuerza de la directora catalana. Sabe Coixet arrancar ideas (y adaptarlas, vean “Elegy”); dirigir actores (López está a la altura de un grande) y componer caracteres interesantes. Para redondear un filme, le faltaría a Coixet escuchar a Leonard Cohen en “Anthem” (“Hay una grieta en todo/ así es como entra la luz”). Comprendería que no es necesario abrir grietas, sino descubrirlas. De ahí entra la luz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me ha gustado mucho tu post, aunque he de decir que no conozco muchas películas de Isabel Coixet. Si deseas conocer cosas acerca de filmax, no dudes en visitarnos en http://julio-fernandez-filmax.blogspot.com

Pipo dijo...

Te ha salido redonda Edu,¡chapeau!

Saludos

Edu Galán dijo...

Benditos seais los dos. Me siento hasta más guapo...

Estais invitados a lo que querais de menos de cinco euros!!

En serio, GRACIAS!!!

Anónimo dijo...

Me pareció inspirada a ratos (muy inspirada), pero en general errática, con retazos de novela rosa (desalentadores) en algunos diálogos y la voz en off para hacer avanzar la trama que podría haber resuelto de una forma más sutil. Esta mujer con La vida secreta de las palabras ya me empezó a cansar..

Edu Galán dijo...

Gracias, Jordim. No podría añadir nada a tu post.