lunes, 8 de marzo de 2010

APRENDA A PROTESTAR COMO GUARDIOLA

Cada uno, a lo suyo.

“No te enteras de nada”, reprochó Guardiola al árbitro asistente del Almería-Barcelona. Se acercó a la oreja “desenauricularizada” del linier y le soltó esa perla con la suavidad de un chaleco morado sobre una corbata de Armani. Hasta para protestar, Guardiola es admirable (no nos olvidemos que posee el récord de rojas en el Barça como jugador). Lo gracioso: en ese instante, quien no se enteraba era él. ¿Se extrañan? Suele ocurrir con el Barcelona. Te repiten que la “caverna mediática” condiciona a los trencillas mientras, qué coincidencia, Guardiola les grita desde la banda. En un encuentro con expulsiones justísimas (a Ibrahimovic le caerán un par de partidos, ¿no?), con faltas de gol regaladas, el entrenador culé consideraba que le iba todo mal: lógico, está muy acostumbrado a que le vaya todo demasiado bien.

A Pellegrini, en su estado comatoso, le sucede lo contrario. Uno tiene la sensación de que al chileno no le altera ni una sesión de fotos de Natalia Verbeke. En su monolito (y por mucho que asegure que Van Der Vaart y Guti no aguantaban los 90 minutos), su reacción ante los dos goles del Sevilla tardó una barbaridad y nos obligó a pensar que se nos escapaba la liga. Aceptamos apelar a la cacareada épica, pero el Real Madrid no puede convertirse en un Osasuna de millonarios. Se nota, cualquiera lo nota, que las presencias de Lass y Marcelo deberían gestionarse entendiendo a qué juega el rival de enfrente. En un momento inmóvil del Madrid, justo cuando Dragutinovic buscó el bote (no comment, Casillas), nuestro entrenador miraba al cielo, como si Pep le recitase eso de “no te enteras de nada”. Suenan a chiste las declaraciones de Pellegrini en rueda de prensa: “La entrada de Guti y Van Der Vaart dio más aire al equipo”. Menuda novedad, ¿por qué no te animaste con el 0-1?

En el fondo, el choque con el Sevilla fue una protesta. Con un equipo inferior delante (sólo tiraron dos veces a puerta, el Madrid ¡treinta y tres!), los blancos se reivindicaron, frente al fútbol desquiciado azulgrana, como campeones de Liga. Lo que pasa es que, en vez de la chunguez ilustrada de Guardiola, nosotros apostamos por el “protest” norteamericano, por el “We shall be free”, ¡aleluya!, del Barça.

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