domingo, 27 de enero de 2008

HACIA RUTAS SALVAJES

Director: Sean Penn
Intérpretes: Emile Hisch, Marcia Gay Harden, William Hurt
Web: http://www.haciarutassalvajes.es/



Hasta la fecha, el cine de Sean Penn habla de hombres solitarios cercados por los recuerdos: los dos hermanos incomunicados de “Extraño vínculo de sangre”; el atormentado justiciero de “Cruzando la oscuridad” y el detective obsesivo de “El juramento” preparan el camino para Christopher McCandless, el siguiente personaje en su mosaico de varones atormentados. A principios de los noventa, este joven de Virginia decidió abandonar el mundo material (evaporando su identidad personal y familiar) con el objetivo de emprender un viaje hacia Alaska recorriendo las malas tierras norteamericanas. Aunque, en lugar de encontrar un futuro armónico, la Naturaleza indiferente le acorraló en las llanuras del norte mientras le mataba de hambre.

Agreste y bella, poética y dolorosa, “Hacia rutas salvajes” desvela la mirada apasionada del director norteamericano sobre su biografiado. De esta forma, el filme probablemente diga más de Penn que del propio McCandless: su cercanía a Malick, sus referentes ideológicos, su música... A la vez, nuestro “outsider” protagonista es el centro de un estudiado montaje de “flashbacks” que le van descubriendo como “stock” de la clase media norteamericana y, de paso, le emparentan al Benjamin Braddock de “El graduado”. Con una diferencia esencial: esto no son los sesenta; si el primero se escapaba en pareja escuchando al silencio, el joven actual se “busca a sí mismo” dentro de un pasado mítico y salvaje.

La visión naíf del realizador desemboca en una falta de asperezas, de aristas (preexistentes en la historia “real”), que terminan por dar al retrato de McCandless la forma de una fábula bienintencionada (eso sí, impecable y necesaria, ahí rozaría en sentido inverso a “El pequeño salvaje” de Truffaut). Un trazo más fino podría haber convertido al filme en “Grizzly Man” o en “La costa de los mosquitos” pero, eliminada esa fascinación, quizá también se hubiesen obturado los brillantes amaneceres, las terroríficas ciudades, los interminables asfaltos que contemplamos a través de los ojos de Sean Penn.

No hay comentarios: