miércoles, 3 de octubre de 2007

UN BLANCO RADIANTE

¿DÓNDE ESTÁ EL CADÁVER?

En las películas de misterio, siempre hay un cadáver sobre el que gira toda la acción. A su alrededor pasan testigos, inculpados, conspiradores, policías... intentando desmadejar qué fue lo que pasó para que el pobre hombre o la pobre mujer cambiase de barrio. Según la Secta Galaniana de Wichita, Kansas, los cadáveres fílmicos son, fundamentalmente, de tres tipos: los obvios, los encubiertos y los falsos. La calificación de “muerto obvio” recae sobre aquellos cuerpos sin vida que consiguen aparecer una y otra vez para la desesperación del asesino. Un ejemplo lo pueden ver en “Este muerto está muy vivo”. Por otra parte, el “palmao encubierto” es aquél que no sale durante el metraje y, por tanto, crea la duda de si realmente se ha cometido un crimen. Una clara muestra la podemos encontrar en “La ventana indiscreta”. Finalmente, la denominación de “cadáver falso” sirve para designar aquellos fallecidos que realmente estaban de parranda. O sea, lo que pasaba en la canción de Peret “El muerto vivo” o en el excepcional largo de Clouzot “Las diabólicas”.
En el Barça hay un cadáver encubierto, aunque ellos se empeñen en repetir que se trata de uno falso. El mal olor general y el nerviosismo de los sospechosos da fe de su presencia y siembra la sospecha. Laporta, para no hablar del tema, se dedica a dar discursos nacionalistas apestosísimos por las cadenas de radio. Entretanto, Ronaldinho explica todas las mañanas sus movimientos de la noche anterior. ¿Cómo se declarará? ¿Culpable o inocente? Pero peor pinta tiene Rijkaard asumiendo el papel de mayordomo. “Yo pasaba por aquí, vi el mogollón y entré”, parece que dice el entrenador holandés. Vale, por mucho que hayan contratado a la compañía de investigadores “Messi & Henry”, no consiguen aclarar el enorme misterio que recorre sus pasillos. Sus conciencias están revueltas, amigos. Y aún más al comprobar que en la casa de enfrente nos sentimos completamente relajados tras haber desmentido la vinculación de nuestro presidente con la mafia colombiana. ¡Vivan los polis estadounidenses!
La explicación para la actitud del Barcelona se encuentra en las películas de misterio. Cuando un club (o un sospechoso) niega una y otra vez que esté pasando algo malo sin que se lo pregunten, probablemente ocurra lo contrario. ¿Tratarán de esconder los blaugranas, en su futuro estadio de cumpleaños, algún fiambre obvio del que no se libraron a tiempo?

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