lunes, 8 de octubre de 2007

UN BLANCO RADIANTE

YO NO ESTOY ALLÍ

Esta semana, una más, surgió la polémica. En un vídeo promocional del Metro, se mostraba a dos tipos de madrileños: el primero, aficionado al Real Madrid y usuario de transporte público, se acerca al Bernabeu tranquilamente, leyendo revistas culturales y con el polo por dentro. Limpísimo, vamos. Por el contrario, el segundo humano es un mastuerzo del Atlético de Madrid. Ese hombre, con su gorrito y bufanda rojiblancos, coge su coche, pitillo y móvil en mano, para dirigirse al estadio. Claro, el muy marrano pita y es feo, y además llega tarde. El lío ya está montado. La Comunidad de Madrid lo niega todo, el Atleti se indigna y el Real Madrid calla. Por eso escribo esta columna de hoy: por el silencio del club blanco. Señores, ¿no deberían estar indignados? ¿Cuándo los madridistas hemos ido impolutos y sin bufandas al estadio? ¿Cuándo no nos hemos fumado un buen cigarrillo y cantado antes del inicio? Pues nada, que eso todo se lo lleva el del Atleti. Menuda vergüenza. Somos el club más aburrido de España. Mientras que el sosainas del Madrid va al estadio sin hablar, sin rajar de Schuster y sin comentar los previos con todo aquel que se le ponga cerca, el chavalete del Manzanares se dedica a lo que debe hacer cualquier español de bien: vocear, increpar al árbitro y llegar tarde al partido.
En la nueva película de Todd Haynes, «I'm not there» («Yo no estoy allí»), se retrata la vida de Bob Dylan. Pero no es una biografía al uso. En ella, el próximo premio «Príncipe de Asturias» está representado por seis personajes diferentes: desde un niño negro o una mujer hasta un Richard Gere envejecido. Eso es lo que yo le pido al vídeo del Metro de Madrid, que muestre la diversidad madridista. Porque en el club blanco habitan Valdano y Juanito Navarro, Aznar y Toñín el Torero, Pipi y García... Señores, tal espectro humano no se puede reducir a un señor pijísimo que va en Metro. Por lo tanto, y ya que no conozco a nadie del Atlético de Madrid (desde que ganaron el doblete han desaparecido), exijo un vídeo promocional del Metro dirigido por Todd Haynes. En él saldrías tú y tú y tú y tú y tú, madridista amigo, y de refilón aparecería yo: blanco, escéptico, dylanista, voceras, bufandero y, aun así, usuario de Metro. Sólo entonces ya estaríamos allí.

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