Director: Jean Marc Vallée
Intérpretes: Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany
Web: http://www.theyoungvictoria.co.uk/
Gracias al éxito del sobrevalorado drama gay “C.R.A.Z.Y.”, Jean Marc Vallée atraca en una superproducción “britanicohistórica”, “La reina Victoria”. Aunque en principio el salto desde la homosexualidad a la realeza parezca un giro mortal con doble tirabuzón, si rascamos surge un buen número de semejanzas entre ambas realidades. Fíjense: fascinación por los trajes de plumas, por la colorida solemnidad, por los bailes bizarros, por el amor-odio del populacho… ¿lo ven?
Aún separada de la anterior mediante un estilo rígido y fotográfico de película inglesa de época, “La reina Victoria” arranca a similar marcha que “C.R.A.Z.Y.”. Gusta a Vallée la idea de un personaje central que lucha contra su inmadurez y las contradicciones que florecen cuando ésta es obligada a asumir roles que la desbordan. La primera hora, rodeada una gélida Emily Blunt de arpías y miserables, alcanza sus objetivos: ensombrecer los destellos de la juventud, de los carruajes, de las recepciones con maquinaciones, traiciones, engaños. Obviamente, no carburaría este engranaje de maldades sin la exacta, cronometrada aportación de unos secundarios que engrandecen al filme (y empequeñecen a Blunt y Friend): Paul Bettanny, Julian Glover, Miranda Richardson, Jim Broadbent, Mark Strong y (mínimo papel, enorme actor) Michael Maloney.
En cambio, a medida que avanza el metraje la cosa se vuelve falsa como la (ahistórica) herida del príncipe Alberto durante un atentado a la reina. Se desenturbian los entuertos de la peor manera: aclarándolos con toneladas de azúcar. De golpe, de forma inverosímil, dejan de ser malvados los malvados y regresan los buenos a la bondad. Después de prometer algo (¡estupenda escena de una monarquía reprochándose mientras come!), uno no entiende esta rebaja final de “La reina Victoria” en su discurso, este rendimiento al “Hola!” (¿se deberá a la producción de Sarah Ferguson?) que desecha la real ponzoña real en pos de una taza de té fría, muy fría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario