lunes, 11 de mayo de 2009

NUNCA ES TARDE PARA ENAMORARSE

Director: Joel Hopkins
Intépretes: Dustin Hoffman, Emma Thompson, Eileen Atkins



No. “Nunca es tarde para enamorarse” no es “Papillon”, ni “Lenny”, ni “Sentido y sensibilidad”, ni “Primary colors”, ni “Los amigos de Peter”, ni siquiera es “Mad city” o “El beso de Judas”. La propuesta de Joel Hopkins (su primera producción “major”) no engaña a nadie: su título (el ridículo “Nunca es tarde para enamorarse”), las previsibles intenciones de su trama… Hopkins ha tenido la enorme suerte (o la enorme capacidad económica) de conseguir a dos actores que podrían levantar un filme de Jodorowsky. En ellos reposa el interés del metraje, en sus monólogos (de recuerdo escojo al norteamericano brindando por su hija), en sus coqueteos de guión anecdótico.

¿Qué sería de “Nunca es tarde para enamorarse” si eliminásemos a los extraterrestres Hoffman y Thompson? Una tontería simplona, geriátrica, dispuesta a emitirse a altas horas de la madrugada. Es paradójico que una película sobre la vejez descubra a uno de los grupos jóvenes del momento: los (maravillosamente) anticuados “teenagers” “Kitty, Daisy & Lewis” entonan “Son of a gun”.

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