lunes, 5 de noviembre de 2007

ENTREVISTA A KIKO VENENO

El músico catalán actuó en “Llanes al cubo 07” el sábado junto a Carmen París y Muchachito Bombo Inferno y recibió a LA NUEVA ESPAÑA en los previos.
KIKO VENENO: “CANTO LO QUE PASA POR EL MUNDO"

Llanes, Eduardo GALÁN
Kiko Veneno llega al hall del hotel preparado para dictar las canciones que va a interpretar en la nueva edición de “Llanes al cubo”. Tranquilo, se sienta y comienza a escribir en un folio los títulos: “Los delincuentes”, “Las toallas”, “En un Mercedes blanco”… poco a poco, en un gesto automático para él pero fascinante para el que lo ve, va rellenando el espacio blanco de una parte esencial de la música española de los últimos veinticinco años. Como un notario, cuenta los temas. Doce. Arreglado el “setlist”. Ya podemos empezar a preguntar.

Desde que le vimos en Oviedo hace un año, ¿qué hay de nuevo?
Aparte de las giras habituales, hemos estado trabajando en Méjico, San Francisco, Nueva York… lo de San Francisco fue una cosa muy especial. Nos llevó Jackson Browne, un gran amigo. Hicimos una actuación en un local que resultó legendaria para toda la banda. La verdad es que es algo muy especial poder ir a tocar a sitios tan lejanos. Además, a mí me gusta viajar y esto me da la oportunidad de hacerlo.

“Veneno” (1977) y “El hombre invisible” (2005), separados por treinta años, ¿qué tienen en común?
Claramente hay un intermedio en ese camino: “Échate un cantecito” (1992). Lo que pasa es que no podría relacionarlos; me ha costado demasiado hacerlos como para ahora tener que explicarlos. En el fondo, el mío es un trabajo que se basa en la libertad, en cantar lo que pasa por el mundo, por tu lado o a ti mismo. Las cosas interesantes son aquellas que se hacen con falta de premeditación, es decir, el arte está en buscar lo oscuro, lo que no se conoce bien. Esto tiene su riesgo pero tú estás defendido: siempre se supone la buena voluntad del que busca, como al torero que está en la plaza y se le supone el valor.
También considero que se puede ver mi carrera en las letras. Son mensajes que ya están dichos, por eso me gustaría renovarlos en los siguientes discos. Soy muy consciente de lo que he contado y también lo soy de que, a lo mejor, hay un momento en el que hay que callarse. Resulta curioso que, como siempre he estado fuera de las tendencias, en el 77 soñase con utilizar “samplers” y ahora esté volviendo a la guitarra de palo, preocupándome más por las letras y la melodía.

Cierto, a las letras les da mucho valor, ¿cómo consigue no ser nunca pedante?
Es la marca en la que me he ido especializando. Son letras de andar por casa, de tópicos. Todo el mundo me dice: “Tú haces letras de cualquier cosa”. Sí, pero aunque sean sencillas no dejan de costarte mucho trabajo. Lo que tengo es paciencia; busco y busco versos. Sólo cuando termino las canciones me doy cuenta de los fallos que pueden tener. Las letras son mensajes que dejas ahí para toda la vida y a mí me gustaría dejar esa marca de sencillez, al estilo de “Estaba lloviendo/ Yo me mojé”. Al final, son un poco las verdades de perogrullo, las pequeñas verdades, que yo intento convertir en grandes verdades con una estructura bien hecha; empezando por el principio y terminando por el final.

Ya que estamos con las letras, de qué premio Príncipe se alegró más: ¿de Dylan o de Paco de Lucía?
De muchos. De Dylan, de Paco, de Woody Allen… pero para mí Paco está dentro de esa música andaluza que es parte del paisaje. El flamenco tiene unas cualidades enormes, una belleza que te fulmina y te atrapa. A cualquier aficionado a la música, si le pones en situación y escucha a Paco, a Camarón,… es imposible que no le guste. Hoy día, Remedios Amaya es tan importante como Tom Waits y seguramente mucho más importante que Rufus Wainwright, que todavía está empezando.

Decía Paul Simon el otro día que el concepto de álbum, de LP, se va al garete con el Ipod. ¿Se puede seguir trabajando para crear álbumes y no buenas canciones sueltas?
Se debe seguir. Los chicos podrán dar al botón “Aleatorio” del Mp3, pero el orden y la calidad siempre serán más importantes que la cantidad de información. Toda la vida ha habido discos de dos canciones, como el último de U2, pero hay otros, como el nuevo de Paul Simon (“Surprise”), que merece la pena escucharlos enteros y tenerlos en cuenta enteros. Hay que agradecer siempre el que haya artistas que tengan el talento de hacer álbumes enteros, duren lo que duren.

¿Cuándo le vamos a poder agradecer que haga el siguiente álbum?
Estoy trabajando en ello con Raimundo Amador. Todavía estamos comenzando a construir las canciones para un nuevo disco conjunto.

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